Los tesoros fara¨®nicos regresan al Museo Egipcio tras vivir la revoluci¨®n
Una exposici¨®n muestra las antig¨¹edades que fueron destruidas o robadas el denominado Viernes de la ira, el 28 de enero de 2011
Pese a tener miles de a?os de antig¨¹edad, la historia reciente de algunas piezas arqueol¨®gicas egipcias ha sido de todo menos tranquila, ya que muchas fueron robadas en medio del caos reinante durante los d¨ªas de la revoluci¨®n de 2011. En una peque?a sala del Museo Egipcio de El Cairo, una exposici¨®n inaugurada hoy muestra parte de las antig¨¹edades que fueron destruidas o robadas el denominado Viernes de la ira, el 28 de enero de 2011, y que han sido recuperadas o restauradas.
Un total de 54 artefactos de la ¨¦poca fara¨®nica fueron sustra¨ªdos o da?ados aquella noche, de los que 28 han sido ya restituidos. "Trabajamos con las fuerzas de seguridad y la polic¨ªa para recuperar el resto. Estamos seguros de que siguen en Egipto, y por eso controlamos aeropuertos, puertos y caminos", explic¨® el ministro egipcio de Antig¨¹edades, Mohamed Ibrahim, encargado de inaugurar hoy con gran boato la exposici¨®n.
Algunos artilugios fueron decomisados por las autoridades cuando intentaban ser sacados ilegalmente del pa¨ªs o durante registros rutinarios, mientras que otros resultaron da?ados y estaban perdidos en salas del museo.
El tumulto que reinaba en la sala de la muestra contrastaba con la soledad del resto de estancias del Museo Egipcio, que ha vivido ¨¦pocas mejores ante la ausencia casi total de turistas, disuadidos de viajar al pa¨ªs del Nilo por la inestabilidad y los recurrentes estallidos de violencia.
Una de las estrellas de la exposici¨®n es una estatuilla de Akenat¨®n, fara¨®n de la XVIII dinast¨ªa (siglo XIV a.C), que instaur¨® el monote¨ªsmo, con una mesa de ofrendas. La figura luce ahora junto al resto de piezas en una urna de plexigl¨¢s, tras haber sido restaurada. De esta forma, ha recuperado algo del lustre que, sin duda, hab¨ªa perdido cuando fue hallada en la basura tras el saqueo del museo.
Aunque Ibrahim consider¨® que todos los objetos son valiosos, confes¨® su debilidad por la estatuilla de Akenat¨®n, en su opini¨®n, "la m¨¢s bonita". Tampoco se libr¨® del asalto al museo el hijo de Akenat¨®n, Tutankam¨®n (1332-1323). La c¨¢mara funeraria del conocido como "rey ni?o" es mundialmente famosa, porque fue la ¨²nica que se encontr¨® pr¨¢cticamente intacta en su descubrimiento, obra del egipt¨®logo brit¨¢nico Howard Carter en 1922, y los objetos hallados en su interior se conservan en el Museo Egipcio.
Sin embargo, algunas de las piezas que acompa?aron al fara¨®n en su viaje al m¨¢s all¨¢ tampoco se libraron de los destrozos, ya que dos figuras doradas de la colecci¨®n de Tutankam¨®n fueron da?adas en el saqueo.
Una de ellas es una estatua del fara¨®n de pie sobre un leopardo, que acab¨® inexplicablemente dividida en dos, con sus partes en diferentes estancias del museo. En la exposici¨®n se exhiben los objetos arqueol¨®gicos junto a carteles explicativos de lo ocurrido con cada pieza y una breve leyenda sobre el periplo que vivieron para ser recuperadas.
Una momia, una barca solar, joyas fara¨®nicas o un ej¨¦rcito de figuras nubias son otras piezas que se han recuperado para solaz de los visitantes y alivio de los egipt¨®logos. Tras la recuperaci¨®n de las antig¨¹edades, solo queda ahora que los turistas regresen a las salas del Museo Egipcio para que los faraones puedan recobrar tranquilos su sue?o eterno.
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