Laicismo y lengua com¨²n
Hay fanatismos tendenciosos e inquisitoriales que no provienen de las iglesias pero que tambi¨¦n interceptan la deseable libertad ciudadana
Dicen que en materia de educaci¨®n Francia ya no es lo que era, pero yo sigo viendo que a¨²n ofrece mucho que envidiar. Por ejemplo, cuando uno se pasea en la rentr¨¦e oto?al por las librer¨ªas parisinas y ve expuestas las obras de literatura y filosof¨ªa que van a estudiarse en el bachillerato. Casi dan ganas de matricularse otra vez en secundaria para gozar de ellas¡ y de paso para olvidar la situaci¨®n de las mismas materias en nuestro pa¨ªs. Por no hablar del ramalazo de entusiasmo ilustrado que se siente ante la Carta de la laicidad en la escuela, esa admirable declaraci¨®n de principios, derechos y deberes republicanos que desde el primer d¨ªa de este nuevo curso figura en lugar bien visible en cada una de las m¨¢s de 55.000 escuelas p¨²blicas francesas. No s¨¦ si bastar¨¢ para justificar el ambicioso plan de ¡°refundar la escuela republicana¡± que encabeza el ministro Vicent Peillon, pero desde luego constituye un importante paso en la clarificaci¨®n de lo que debiera ser la ense?anza p¨²blica en una democracia avanzada europea. En uno de sus 15 puntos establece que ¡°el laicismo garantiza la libertad de conciencia. Cada cual es libre de creer o no creer¡±. Una obviedad que ya parece ser asumida hasta por el papa actual, pero que suena a m¨²sica celestial ¡ªno hay mejor modo de decirlo¡ª cuando en Espa?a parece que se avecina un revival del catecismo en nuestros curr¨ªculos. S¨ª, al menos en cuestiones educativas a¨²n les merece a los franceses la pena pagar impuestos¡
Estas cosas demuestran el esp¨ªritu republicano, y no pol¨¦micas sobre la cl¨ªnica del Rey
¡°El laicismo permite el ejercicio de la ciudadan¨ªa, conciliando la libertad de cada uno con la igualdad y la fraternidad¡±: santas palabras, aunque sea santamente laicas, que no dudo que merezcan la aprobaci¨®n tambi¨¦n de nuestros principales partidos de izquierda. Pero resulta que esa carta francesa entiende el laicismo de forma m¨¢s amplia que la mera oposici¨®n a las injerencias clericales en los temarios escolares. Por mucha simpat¨ªa que uno tenga por el anticlericalismo (y no niego la m¨ªa) que es a lo m¨¢s radical que llegan nuestros izquierdistas, esa actitud no basta cuando se trata de establecer el fundamento laico de la educaci¨®n. Porque se trata (punto 6 de la carta) de evitar ¡°todo proselitismo y toda presi¨®n que les impida ¡ªa los alumnos¡ª hacer su libre elecci¨®n¡±. Y ciertamente hay otros fanatismos tendenciosos e inquisitoriales que no provienen de las iglesias pero que tambi¨¦n interceptan esa deseable libertad ciudadana.
Por eso el punto 7 establece: ¡°Todos los estudiantes tienen garantizado el acceso a una cultura com¨²n y compartida¡±. Y, naturalmente, la base de esa cultura garantizada es la lengua com¨²n del pa¨ªs. En Francia esa lengua com¨²n es la vehicular de ense?anza en todos los casos y su aprendizaje est¨¢ especialmente reforzado en primaria. En Espa?a, en cambio, el castellano comparte las tareas educativas con otras lenguas oficiales en varias autonom¨ªas. Desde la ¨®ptica laica, por tanto, resulta asombroso que la explicitaci¨®n en la nueva ley de educaci¨®n, a propuesta de UPyD, de que la lengua com¨²n es vehicular en todo el Estado, aunque las lenguas cooficiales lo ser¨¢n tambi¨¦n en sus respectivas comunidades, haya despertado la oposici¨®n de la izquierda parlamentaria. Que se opongan los nacionalistas es natural: los devotos clericales creen que el laicismo quiere acabar con las religiones y los devotos separatistas suponen que quiere exterminar las lenguas regionales. ?Pero la izquierda¡! Hombre, es en estas cosas donde se demuestra el esp¨ªritu republicano y no en pol¨¦micas sobre la cl¨ªnica en que debe operarse el Rey. Abundan las manifestaciones cr¨ªticas contra la ley Wert y comparto muchas de ellas: pero si les digo la verdad, me es imposible considerar sincera la preocupaci¨®n por la educaci¨®n p¨²blica de quienes nunca han denunciado la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica o hasta la defienden, como hoy pasa en Baleares. ?Ay, l¨¢stima que se perdiera la ocasi¨®n de explicar el laicismo en la difunta asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa! Podr¨ªan haberse habilitado hasta cursillos para parlamentarios en grupos reducidos¡
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.