Fisac/De la Sota, arquitecturas paralelas
Una gran exposici¨®n bucea en la historia de dos de los grandes cl¨¢sicos de la arquitectura moderna espa?ola Se cumplen 100 a?os de su nacimiento
Dos de los pilares de la arquitectura moderna espa?ola, Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996) y Miguel Fisac (Daimiel, Ciudad Real, 1913-Madrid, 2006), podr¨ªan representar las dos caras de su profesi¨®n: la depuraci¨®n abstracta del primero frente a la obsesi¨®n por la expresividad del hormig¨®n del segundo. Pero en esa dicotom¨ªa entre industria y artesan¨ªa ¡ªo entre rigor y creatividad¡ª se perder¨ªan las aristas que hicieron grandes a unos pioneros tan poli¨¦dricos como su propia obra.
Viajero incansable y en permanente revuelta interior, el autor del Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos de Madrid (1963), Miguel Fisac, no era un dionis¨ªaco, aunque su obsesi¨®n por reflejar la cualidad fluida del hormig¨®n con acabados acolchados pueda empujar a pensarlo. Tampoco De la Sota, autor del Gimnasio del Colegio Maravillas de la capital (1962), era apol¨ªneo, aunque su camino hacia una depuraci¨®n extrema (lleg¨® a defender no hacer arquitectura como camino para hacerla") pudiera dejarlo entrever. Aunque con frecuencia se hayan simplificado sus legados para reforzar su recuerdo, ambos fueron, por etapas, lo uno y lo otro: contenidos y expresivos, cartesianos y creativos. As¨ª, el arquitecto Mois¨¦s Puente ¡ªeditor de los escritos de Alejandro de la Sota¡ª atribuye la construcci¨®n del mito Sota a la escuela sotiana, empe?ada en una lectura de la obra que acab¨® encorsetando al personaje¡±. Y el profesor de la Escuela de Arquitectura de Toledo Carlos Asensio-Wandosell observa que Fisac era moderno cuando no lo era Sota, ¡°pero de repente Sota, a base de destilarse a s¨ª mismo, se va abstrayendo y le va ganando la partida a un Fisac que se fue preocupando cada vez m¨¢s de lo poco reconocida que era su personalidad¡±.
Asensio-Wandosell y Puente han puesto a Fisac frente al espejo de De la Sota y a este frente al espejo del primero en la exposici¨®n Miguel Fisac y Alejandro de la Sota, miradas en paralelo, que el ICO inaugurar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 17. Se trata de aprovechar el centenario de los dos maestros para afianzar su recuerdo. Pero tambi¨¦n para clarificarlo, se?alando que sus miradas eran m¨¢s confluyentes que paralelas.
El retrato resultante revela las ra¨ªces de buena parte de la arquitectura espa?ola actual: desde la obra de sotianos de hoy como I?aki ?balos hasta la de Jos¨¦ Selgas y Luc¨ªa Cano, que sumando el uso de materiales prefabricados a la expresividad del hormig¨®n demuestran que la mejor arquitectura no nace de decidirse por un estilo sino de saber manejar cualquier recurso. Por eso, lejos de purismos excluyentes, la muestra desvela la resistencia emprendida por Fisac y De la Sota, primero ante el historicismo que imperaba en la arquitectura del franquismo y, despu¨¦s, ante la propia inercia moderna.
Fue la obsesi¨®n por industrializar la construcci¨®n lo que llev¨® a De la Sota a encargar a herreros artesanos una barandilla de aspecto industrial para su obra m¨¢s celebrada, la sede del Gobierno Civil en Tarragona (1964). Sin embargo, y a pesar de que el arquitecto gallego se fue volcando en el uso de prefabricados para aligerar sus edificios, una an¨¦cdota recordada por Pep Llin¨¢s ¡ªque trabaj¨® con ¨¦l en dos proyectos¡ª desvela lo puntilloso que pod¨ªa llegar a ser. Durante la construcci¨®n de la Canciller¨ªa espa?ola en Par¨ªs (1987), la obra se par¨® porque Sota no enviaba la documentaci¨®n. Llin¨¢s viaj¨® a Madrid a comprobar qu¨¦ ocurr¨ªa. Y all¨ª, en el estudio de la calle Bret¨®n de los Herreros, lo encontr¨® paralizado por el color de las moquetas. ¡°Sus ayudantes estaban tejiendo, a ganchillo, muestras para el maestro¡±, explica Asensio-Wandosell.
Con todo, la que habla en los encofrados de Miguel Fisac es, m¨¢s all¨¢ de la industria, la huella del hombre. Y a pesar de su obsesi¨®n por la expresi¨®n del hormig¨®n, el arquitecto manchego llega a inventar un tipo de ladrillo para rematar los bordes. Lejos de traducir en incomprensi¨®n su torrente creativo, suple con su ingenio, lo que la incipiente industria espa?ola no era capaz de proporcionar. Por eso, inmersos en la actual escasez de medios, poner a dos pioneros de una ¨¦poca de aislamiento cultural y pobreza mir¨¢ndose a la cara resulta revelador para analizar c¨®mo cada uno fue construyendo la osad¨ªa que le llevar¨ªa a convertirse en maestro.
Puente recuerda que De la Sota dej¨® de trabajar unos a?os para decidir qu¨¦ camino deb¨ªa tomar y eligi¨® la f¨ªsica (el montaje en seco) frente a la qu¨ªmica (que mezcla los elementos). La hip¨®tesis de Asensio-Wandosell es que dentro de Fisac conviv¨ªan Jekyll y Hyde: el personaje p¨²blico que intent¨® toda su vida procurarse reconocimiento ¡ª¡°esa ansiedad por figurar de cualquier forma en cualquier lugar le gener¨® una imagen que finalmente le pas¨® factura¡±¡ª y un Fisac introvertido ¡ªque pas¨® un a?o encerrado en casa de sus padres cuando estall¨® la Guerra Civil¡ª ¡°de extrema sensibilidad e inteligencia que fue luchando contra su imagen p¨²blica a base de arquitectura¡±, apunta. No le escatima reconocimiento: ¡°Tiene algunas de las mejores obras de la segunda mitad del siglo XX: alcanza el clasicismo con el Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos y empieza cierto expresionismo manierista con la iglesia de Santa Ana en Madrid. El problema es que casi nadie las conoce y siempre aparece el personaje volviendo a producir rechazo¡±.
Que la modernidad en la arquitectura espa?ola fue de derechas es tan evidente como que era imposible construir lejos del poder y del dinero. Proyectistas con otra ideolog¨ªa se exiliaron o murieron en la Guerra Civil. As¨ª, tanto De la Sota ¡ªque hab¨ªa luchado en el bando nacional¡ª como Jos¨¦ Antonio Coderch ¡ªel gran ausente de esta muestra de maestros nacidos en 1913¡ª fueron arquitectos rupturistas y ciudadanos conservadores. Mientras, Fisac entr¨® y sali¨® del Opus Dei en un recorrido laber¨ªntico para tratar de encontrarse a s¨ª mismo y un lugar para su obra. Tal vez por eso, la distancia de un centenario sea un buen momento para reconocer, adem¨¢s de la escasa correspondencia entre arquitectura moderna e ideales democr¨¢ticos, las palabras del propio Fisac: "la verdadera arquitectura sobrepasa a su autor".
Obras seleccionadas
Alejandro de la Sota
Pueblo de Esquivel Sevilla, 1952-1963
Gobierno Civil de Tarragona, 1957-1964
Gimnasio del colegio Maravillas, Madrid, 1960-1962
Casa Dom¨ªnguez A Caeira (Poio), Pontevedra, 1973-1978
Edificio de Correos y Telecomunicaciones Le¨®n, 1981-1984.
Miguel Fisac
Instituto Laboral de Daimiel ,Ciudad Real, 1951-1953
Instituto Cajal y de Microbiolog¨ªa, Madrid, 1950-1956
Teologado Dominicos, Madrid, 1956-1959
Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos, Madrid, 1960-1963
Chalet en la Bah¨ªa de Mazarr¨®n, Murcia, 1968-1969
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