Lo nunca sentido
"La pel¨ªcula tiene mucho de milagro. De milagro t¨¦cnico, de milagro emocional, de milagro cinematogr¨¢fico".
Cada semana se estrenan en los cines pel¨ªculas buenas, regulares y malas. De vez en cuando, contadas, se cuela alguna obra maestra, esas que luego formar¨¢n parte de la historia del cine. Pero muy rara vez se estrena un acontecimiento, no tanto por extraordinario en su calidad, que tambi¨¦n, sino sobre todo por su sello de nunca visto. Se dijo aquello de Avatar, de James Cameron, pero solo fue perge?ar un sue?o a¨²n en pa?ales. Se escribi¨® de nuevo con La vida de Pi, donde Ang Lee encontr¨® en las tres dimensiones el formato perfecto para contar una experiencia m¨¢gica. Y se vuelve a repetir ahora con Gravity. Y es verdad. Alfonso Cuar¨®n ha encontrado el escenario perfecto para imponer los adelantos t¨¦cnicos en materia de estereoscopia, un lugar donde, excepto unos pocos privilegiados, nadie ha osado estar: el espacio, una inmensidad que nos coloca en lugar privilegiado desde la butaca del cine, jugando con nosotros a trav¨¦s de ese esp¨ªritu primigenio del cinemat¨®grafo como atracci¨®n de barraca de feria.
Ficha
GRAVITY
Direcci¨®n: Alfonso Cuar¨®n.
Int¨¦rpretes: Sandra Bullock, George Clooney.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. EE UU, 2013.
Duraci¨®n: 92 minutos.
?Al contrario que La vida de Pi, a la que le sobraban (art¨ªsticamente hablando) los dos grandes trechos antes y despu¨¦s de la aventura en el barco, Gravity es escueta, sencilla en su narraci¨®n, y ni tiene pre¨¢mbulos ni colea despu¨¦s de su eje esencial. Todo en ella es carne. Una hora y media de sensaciones para las que, por una vez, las gafas tridimensionales son imprescindibles, pues en 2D la pel¨ªcula ser¨ªa poca cosa. ?Ciencia-ficci¨®n? Seg¨²n se mire, porque quiz¨¢ estemos m¨¢s ante una pel¨ªcula de aventuras; incluso ante un western donde el territorio desconocido por conquistar no es Monument Valley sino la l¨ªnea de K¨¢rman. As¨ª, la pel¨ªcula es al mismo tiempo met¨¢fora de la mierda que rodea a la civilizaci¨®n actual y sin¨®nimo de la internacionalizaci¨®n del espacio, donde cada estaci¨®n espacial conf¨ªa en su propio dios, aunque todos vengan a ser el mismo. Una aventura de aire m¨ªstico y sustrato metaf¨ªsico que, sin embargo, est¨¢ protagonizada por un personaje no creyente que, al final, solo se ayuda de su propio ¨ªmpetu, el emocional.
Como aquella escena inicial de la maravillosa A vida o muerte (Powell y Pressburger, 1946), a la que tanto se parece la doble conversaci¨®n entre Sandra Bullock y George Clooney (el tono de este, en el alambre de la muerte, y el de aquel David Niven, es exacto en su calma ir¨®nica), la pel¨ªcula tiene mucho de milagro. De milagro t¨¦cnico, de milagro emocional, de milagro cinematogr¨¢fico.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.