Eduard Fern¨¢ndez, actor

Si los cimientos de una pel¨ªcula son inestables, poco pueden hacer los int¨¦rpretes para acabar sosteni¨¦ndola. Y, sin embargo, hay ocasiones en que casi lo logran. Casi. Como en Todas las mujeres, miniserie de seis episodios producida por el Canal TCM, reducida ahora al formato largometraje, en la que un cr¨¢pula ego¨ªsta y manipulador se enfrenta a seis conversaciones con seis de las mujeres de su vida.

De la forma poco se puede decir salvo su sencillez: fotograf¨ªa de grano duro provocado por la poca iluminaci¨®n artificial, colores de tones ocres, funcionalidad en la puesta en escena; nada m¨¢s que rese?ar. La idea estructural puede parecer original, pero en realidad est¨¢ casi calcada de Flores rotas, de Jim Jarmusch, que no acud¨ªa tanto al valor del texto y s¨ª m¨¢s al simbolismo, a la elegancia en la puesta en escena y al triunfo del silencio.

Mientras, el texto, pretendida imitaci¨®n de las se?eras reiteraciones y di¨¢logos de besugos de las piezas teatrales de David Mamet, est¨¢ lleno de verborrea innecesaria y quiz¨¢ sea lo peor de la pel¨ªcula. Lugares comunes de verg¨¹enza (cu¨¢ntas veces hemos o¨ªdo decir en una ruptura: ¡°?No podemos hacer esto de una forma civilizada?¡±). Frases de transici¨®n entre temas que no sirven para nada. Demasiado texto y tiempo para la historia de los novillos robados, cuando solo debe ser la excusa, el mcguffin que provoca a los personajes. Golpes de efecto que no vienen a cuento: la enfermedad p¨¦lvica de la cu?ada. Sinsentidos de comportamiento: ?est¨¢ herido porque salt¨® del cami¨®n cuando vio que iba a volcar? Gui?os culturetas que reflejan m¨¢s los gustos de los autores que los de los personajes: Ben Harper aqu¨ª no pinta nada.

Y a pesar de todo, hay un int¨¦rprete inmenso (casi) capaz de sostener textos y situaciones indefendibles. Es Eduard Fern¨¢ndez, que, junto a un grupo de actrices excelentes, est¨¢n a punto de tomar las riendas de una pel¨ªcula que arranca fatal y mejora algo conforme avanza, sobre todo por la qu¨ªmica con Marta Larralde y Nathalie Poza. A punto.