¡®Princesas Rojas¡¯, un filme de espionaje tropical en la Centroam¨¦rica de los 80
La cinta costarricense 'Princesas rojas' toca desde la intimidad los traumas de la ¨¦poca de las revueltas centroamericanas
La infancia de Laura Astorga fue clandestina, guerrillera, costarricense, cubana, nicarag¨¹ense, rusa, religiosa, atea, po¨¦tica, musical, castrista, cheguevarista y maiamesca. Impredecible, tortuosa, secreta y restringida, fue una ni?ez que le arroj¨® valiosas im¨¢genes ochenteras con las que ella siempre so?¨® para idealizar, escribir, producir, filmar, construir y lograr Princesas Rojas, producci¨®n costarricense-venezolana que esta mujer nacida en 1975 en Costa Rica describe como ¨ªntima y autobiogr¨¢fica.
Astorga, educada en Costa Rica, Cuba y Nicaragua, convirti¨® la pel¨ªcula en su expresi¨®n de joven cineasta para exponer, con crudeza, la controversia familiar, social e ideol¨®gica de Centroam¨¦rica en el b¨¦lico decenio de 1980, con escasos momentos de felicidad y en una peligrosa y agitada vida de ni?a inocente enfrentada a una severa militancia revolucionaria paterna que transcurri¨® entre La Habana, Managua y San Jos¨¦ y a una traici¨®n pol¨ªtica materna, que en un momento clave emigr¨® a Miami al amparo del gobierno de Estados Unidos.
¡°De cualquiera que sea la fantas¨ªa, ya sea la del sue?o americano o la de los [ni?os] pioneros socialistas, es el final de esa fantas¨ªa¡±, explica Astorga en una entrevista con EL PA?S. ¡°La realidad es que esos elementos po¨¦ticos de las revoluciones o del sue?o americano, que es como otra parte de la familia, se acaban con la realidad pol¨ªtica y con los desenlaces familiares. Es como el fin de una ilusi¨®n que tambi¨¦n hace eco en la familia, pero es el fin de una ilusi¨®n en el sue?o revolucionario de Centroam¨¦rica¡±.
La vida de la dulce ni?a que pas¨® de pionera ¡°por el comunismo¡± en una escuela habanera a repetir canciones en ruso en un centro escolar manag¨¹ense y a integrar un coro de cantos sacros en una primaria josefina, transcurri¨® entre peligros, temores y dudas. En la pel¨ªcula, la ni?a Claudia sufre su drama pol¨ªtico-familiar junto a Antonia, una hermana menor, en el empe?o de su padre de defender a la revoluci¨®n sandinista, que gobern¨® Nicaragua de 1979 a 1990, mientras crec¨ªan las molestias de la madre.
La pel¨ªcula narra la vida de una ni?a marcada por la militancia del padre y la traici¨®n de la madre
Princesas Rojas, que este a?o fue exhibida en tres festivales ¡ªBerl¨ªn, Los ?ngeles y Costa Rica¡ª enfrent¨® trabas para participar en la edici¨®n 35 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, del 5 al 15 de diciembre de 2013 en La Habana. Los cubanos rechazaron la participaci¨®n del filme en las categor¨ªas de Gui¨®n y de Primera Copia, aunque le permitieron competir en ?pera Prima o primera obra de largometraje de cineasta. ?Por qu¨¦?
La cinta revela la intensa tarea de inteligencia y contrainteligencia ¡ªcon falsificaci¨®n de pasaportes, misiones clandestinas e infiltraci¨®n¡ª desplegada en la d¨¦cada de 1980 por un agente cubano estacionado en la capital costarricense para espiar las operaciones militares de la contra nicarag¨¹ense que, bajo el mando de Estados Unidos y desde su base sur en Costa Rica, con la complicidad del gobierno del entonces presidente costarricense, Luis Alberto Monge ?lvarez, combati¨® a la revoluci¨®n sandinista,
El tema es complicado para el r¨¦gimen comunista cubano. Cuba niega que cinco cubanos detenidos en 1998 en Miami por el gobierno de Estados Unidos, y en 2001 condenados tres de ellos a cadena perpetua y otros dos a penas de 19 y 15 a?os de prisi¨®n por terrorismo, trabajar para un gobierno extranjero y una larga lista de acusaciones, sean terroristas y enemigos. Los cinco, seg¨²n Cuba, son combatientes contra el terrorismo y defensores de la paz, aunque fiscales y jueces estadounidenses los describen como parte de un refinado aparato de inteligencia que fue entrenado, organizado y financiado por La Habana, para penetrar en ¨¢reas militares de Estados Unidos y espiar en esa naci¨®n a organizaciones anticastristas.
En este contexto, Astorga se aleja de otras consideraciones pol¨ªticas ajenas a Princesas Rojas y se limita a contar a este peri¨®dico que su pel¨ªcula ¡°tiene muchos elementos de una inteligencia tropicalizada, que es lo que hacen los padres [de Claudia y de Antonia]. Eso implica que es pobre y que es sin la parafernalia a la que estamos acostumbrados en [los filmes de] James Bond, pero los fines pol¨ªticos son los mismos¡±.
Cuba ha permitido la exhibici¨®n del filme, aunque con reservas
¡°Mi tema con Cuba es afectivo¡±, relata. ¡°Hay much¨ªsimos c¨®digos y much¨ªsimos chistes en esa pel¨ªcula, que Cuba y la gente de Cuba de cierta generaci¨®n lo va a entender mejor que muchos costarricenses y entonces habr¨ªa sido una pena que un p¨²blico cubano no disfrute de eso, porque son cosas que son muy rom¨¢nticas acerca de la cultura socialista, que est¨¢n muy desarrolladas en Cuba o yo las aprend¨ª en Cuba. Entonces, realmente habr¨ªa sido una pena que ese lenguaje tan codificado cubano no pueda ser visto por p¨²blico cubano¡±, describe.
Con estudios de cine en Espa?a, M¨¦xico, Costa Rica, Cuba y Argentina, Astorga acumula desde 2008 un extenso historial de participaci¨®n con su cortometraje Ellas se aman en festivales de Estados Unidos, Am¨¦rica Latina y Europa, pero tambi¨¦n por su trabajo ¡ªcomo productora, directora, tutora de interpretaci¨®n, responsable del elenco¡ª en series de televisi¨®n, documentales cortos y de ficci¨®n. Princesas Rojas es su primer largometraje, recientemente adquirido por la empresa espa?ola Latido Films para venta y distribuci¨®n internacional.
¡°Es una pel¨ªcula ¨ªntima, porque habla de una cosa muy familiar que no se conoce y porque los temas pol¨ªticos suelen ser abordados desde la grandilocuencia y casi nunca desde la intimidad¡±, subraya. ¡°Yo me salgo de la l¨ªnea y hago lo ¨ªntimo de la pol¨ªtico o lo trivial de lo ¨¦tico de una ¨¦poca dur¨ªsima para Centroam¨¦rica y para mi familia. Pero estaban en el momento conectados con una realidad y m¨¢s que fueran una ¨¦poca dura para ellos, era para todos y ellos estaban muy conectados en ese todos¡±, recalca.
Al coment¨¢rsele que Princesas Rojas tiene escasos momentos de felicidad, Astorga responde que ¡°es una s¨ªntesis muy intensa del momento pero s¨ª que hay alg¨²n gozo, un gozo por el arte, por la m¨²sica o por la aventura incluso¡±. Pero tambi¨¦n por el compa?erismo, por la amistad y por la hermandad, admite.
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