Infamia
No es concebible mayor abyecci¨®n que maltratar a ni?os y a mendigos. La imagen m¨¢s tenebrosa del mal es la de cebarse con el desamparo absoluto
Puede ser fatigoso y angustioso caminar como turista privilegiado entre un entorno presidido por la miseria, acostumbrarte a pasar de largo ante ej¨¦rcitos de ni?os que te extienden la mano. Y tener la sombr¨ªa certeza de que los padres de estos cr¨ªos tambi¨¦n nacieron mendigando y que lo seguir¨ªan haciendo generaci¨®n tras generaci¨®n entre sus descendientes, que esa miseria ancestral est¨¢ impuesta como si fuera el orden natural de las cosas. Ocurre en pa¨ªses subdesarrollados, o en desarrollo, como afirman los ¨²ltimos eufemismos. Y sospechas que esa mendicidad ser¨¢ siempre impermeable al desarrollo, que este servir¨¢ exclusivamente para el bienestar de las castas superiores. Bueno, con suerte, los sirvientes que se lo merezcan tambi¨¦n mejorar¨¢n un poco su suerte.
La pobreza extrema y ancestral en esos lugares protagonizando la vida cotidiana no admite comparaci¨®n con lo que ocurre en este pa¨ªs, pero jam¨¢s hab¨ªa visto a tanta gente rebuscando al anochecer en la basura, ni tantas personas sin huellas de haber pasado su vida mendigando que se acercan a pedirte ayuda. Y lo haces o no lo haces en funci¨®n de variadas cosas, incluido eso tan prosaico de si llevas monedas en el bolsillo. Pero inevitablemente te preguntas por su ruina, o piensas con un escalofr¨ªo que alg¨²n d¨ªa podr¨ªa ocurrirte a ti, que ya solo est¨¢n a salvo los de siempre.
No es concebible mayor abyecci¨®n que maltratar a ni?os y a mendigos. La imagen m¨¢s tenebrosa del mal es la de cebarse con el desamparo absoluto. Hace un tiempo, la peor especie de hijoputas quem¨® viva a una se?ora que se guarec¨ªa en un cajero. Hay nazis que encuentran moralmente higi¨¦nico y tambi¨¦n muy divertido dar palizas a indigentes.
Y existen otros canallas que han descubierto algo tan pragm¨¢tico como que se puede ganar mucha pasta utilizando a los indigentes, que los condenados a sobrevivir en la intemperie pueden generar negocio si todav¨ªa son capaces de estampar su firma en unos papeles. Han descubierto que algunas empresas de la s¨®rdida historia de los ERE de Andaluc¨ªa utilizaron a indigentes para que figuraran como testaferros de sus empresas. Cuenta uno de ellos que le dieron 1.000 euros por firmar unos papeles. No hay l¨ªmites en la historia de la infamia.
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