La seducci¨®n y el v¨¦rtigo
Su aparente modestia no compromete ni condiciona en absoluto su potencial para seducir a un p¨²blico amplio
El cine espa?ol vive tiempos parad¨®jicos: cuando todo parece conspirar para que las cosas sean m¨¢s dif¨ªciles y arduas que nunca, no dejan de aparecer pel¨ªculas que, ilustrando las palabras de Andr¨¦ Bazin, nacen libres e iguales. Quiz¨¢ m¨¢s libres e iguales que antes, porque sus creadores ya no han tenido que pactar con castradores criterios de mercado y con garantes del m¨ªnimo com¨²n denominador del gusto mayoritario. Stockholm, segundo largometraje del director de considerable trayectoria televisiva Rodrigo Sorogoyen, ven¨ªa dando que hablar a su paso por festivales como nueva gran esperanza blanca de ese emergente cine low cost espa?ol. Conviene matizar las implicaciones de la etiqueta low cost, porque, a veces, da la impresi¨®n de que las heterog¨¦neas pel¨ªculas agrupadas bajo ese contexto pidan disculpas por sus espartanos planteamientos de producci¨®n: al igual que otra notable pel¨ªcula reciente y muy distinta a la de Sorogoyen ¡ªla espl¨¦ndida Ilusi¨®n de Daniel Castro¡ª, Stockholmno necesita m¨¢s que lo que tiene y su aparente modestia no compromete ni condiciona en absoluto su potencial para seducir a un p¨²blico amplio.
STOCKHOLM
Direcci¨®n: Rodrigo Sorogoyen.
Int¨¦rpretes: Javier Pereira, Aura Garrido.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2013
Duraci¨®n: 91 minutos.
Stockholm empieza en una fiesta, donde un joven (Javier Pereira) se fija en una chica esquiva (Aura Garrido), a la que intentar¨¢ seducir a lo largo de un serpenteante flirteo que acabar¨¢ mudando su piel en noche oscura del alma. Es inevitable pensar en la trilog¨ªa de Linklater inaugurada con Antes del amanecer, pero el prop¨®sito de Sorogoyen es otro y no conviene desvelarlo.
Javier Pereira invierte toneladas de encanto y energ¨ªa en su papel de encantador de serpientes que amanece bajo otra piel, pero el arco de su personaje es menos agradecido que el de su compa?era de reparto, una Aura Garrido sobresaliente que cocina muy a fuego lento su misterio.
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