La otra Greta
De los premios YouTube queda el baile desgarbado de la actriz Greta Gerwig, bajo el ritmo de 'Afterlife', de Arcade Fire, con puesta en escena de Spike Jonze, en la apertura de la gala
Los premios de la MTV premiaron a la m¨²sica de la MTV. Sucede con todos los premios, que se premian a s¨ª mismos. La maniobra tan forzada de Miley Cyrus de extraer un porro de su bolso en la gala solo viene a ratificar la previsibilidad de los medios. Ella, de ni?a amamantada por la estrategia abrasiva de Disney, sabe de buena fuente que nadie se ha arruinado jam¨¢s por tratar de imb¨¦cil a la audiencia. Menos eco tuvieron los premios YouTube, que dejaron un regalo del que a¨²n se puede disfrutar en YouTube, porque la retroalimentaci¨®n es la ¨²nica alimentaci¨®n que se tolera en los medios. Que se lo digan a la editorial Planeta, con sus giras de pol¨ªticos con memorias selectivas por los canales de televisi¨®n del grupo. De esos premios YouTube queda el baile desgarbado de la actriz Greta Gerwig, bajo el ritmo de Afterlife, de Arcade Fire, con puesta en escena de Spike Jonze, en la apertura de la gala.
Disponible para amantes del desbarre, parte de un trampantojo muy al gusto de ese director. Pero Greta Gerwig convierte el momento en una gozosa coqueter¨ªa de payasa inteligente. El presentador de la gala fue Jason Schwartzman, cuyo c¨ªrculo de ¨ªntimos incluye a Noah Baumbach, pareja de la Gerwig, coguionista de Wes Anderson, a su vez c¨®mplice de Jonze y los hermanos Coppola, a su vez primos del presentador. Francis Ha, de Baumbach, con Greta Gerwig, y Her, de Jonze, con Joaquim Phoenix, son ya los ¨¦xitos indie del a?o.
La rubia Gerwig, que lucha contra la gelidez con papeles estupendos, puede pronto convertirse en la otra Greta. Porque en el cine siempre habr¨¢ una divina Greta. Greta Garbo, cuyo nombre hasta parec¨ªa ideado por un iluminado empresario de variedades del Paralelo. Es pertinente rescatar esa esclarecedora an¨¦cdota que contaban de ella, cuando viv¨ªa en Par¨ªs apartada del mundo del espect¨¢culo. Al parecer, si notaba que alguien la reconoc¨ªa por la calle, aceleraba el paso y urg¨ªa a su acompa?ante: ¡°Huyamos deprisa, ah¨ª viene un cliente¡±. La fina inteligencia de la Garbo en retiro, conocedora en primera fila de los misterios y certezas del estrellato, nos orienta al usar la palabra ¡°cliente¡± sobre la deriva habitual entre artista y espectador.
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