¡®Entresuelo¡¯, la vida de mis abuelos
El escritor y periodista Daniel Gasc¨®n edita su tercer trabajo, una biograf¨ªa indirecta sobre su propia familia
El escritor Daniel Gasc¨®n (Zaragoza, 1981) comparte piso con su novia desde hace tres a?os en la Avenida Goya, en Zaragoza. La elecci¨®n del inmueble no fue casualidad. En la planta de abajo se encuentra la vivienda donde resid¨ªan sus abuelos. La casa es el escenario donde se entrecruzan la mayor¨ªa de historias de su ¨²ltima novela Entresuelo (Mondadori), una autobiograf¨ªa indirecta cuyo eje central gira en torno a su propia familia, concretamente la materna. ¡°No es el ¨²nico escenario, pero es el lugar que le ha dado unidad a la novela¡±, explica.
Frente a la casa, por los a?os cincuenta, hab¨ªa una carboner¨ªa que ya no existe y que perteneci¨® a su abuelo: ¡°Una persona contrajo una deuda con ¨¦l y no ten¨ªa dinero para pagarla, as¨ª que le cedi¨® el negocio¡±, explica. Leoncio Gasc¨®n, as¨ª se llamaba, lleg¨® a Zaragoza por aquellos a?os desde Ejulve, un peque?o municipio situado en la provincia de Teruel. Tras encadenar empleos en los que no le pagaban, finalmente se encontr¨® trabajando como capataz en la mina Manolita. Aunque no ten¨ªa estudios, su afici¨®n a las letras lo llev¨® a hacer suyo uno de los esl¨®ganes m¨¢s famosos: ¡°no es hulla, es antracita, el carb¨®n de Manolita¡±. La cita, explica el escritor, en realidad es publicidad enga?osa, ya que lo que realmente se extra¨ªa era lignito. De todas las historias que forman el libro, de una extensi¨®n de poco m¨¢s de cien p¨¢ginas, esta es la favorita de su autor.
Para contar la biograf¨ªa de su familia, el escritor zaragozano asegura que se ha estado documentado durante toda su vida. Y ese trabajo lo ha complementado con una extensa labor de investigaci¨®n para contextualizar las narraciones. ¡°Sin contar con la labor de investigaci¨®n he tardado como dos a?os y medio en escribir el libro. Cuando preguntaba cosas del pasado lo hac¨ªa pensando en ¨¦l. Adem¨¢s, tengo la suerte de que mi hermana y mi padre son escritores, entonces ten¨ªa m¨¢s fuentes de las normales.¡± El padre de Gasc¨®n es el escritor y periodista Ant¨®n Castro, (Arteijo, La Coru?a, 1959) que este a?o ha recibido el Premio Nacional de Periodismo Cultural y su hermana la narradora Aloma Rodr¨ªguez (Zaragoza, 1983), cuyo ¨²ltimo trabajo, S¨®lo si te mueves (Xordica), ha salido a la luz este a?o.
¡°El libro lo escrib¨ª, adem¨¢s, con la intenci¨®n de que lo pudiera leer mi abuela Isabel (viuda de Leoncio). Le ha encantado¡±, asegura el autor. Uno puede preocuparse de que este tipo de revelaciones familiares saquen a la luz historias que debieran ser enterradas, pero este, asegura, ¡°no es un libro para sacar cad¨¢veres¡±. Por otra parte, defiende Gasc¨®n que su familia, siempre dentro de lo normal, ha sido feliz ¡°con todas sus contradicciones¡±
La cercan¨ªa con la que est¨¢ escrito el texto hace que el lector pueda sentirse identificado con alguna de las narraciones. El libro est¨¢ relatado desde la ternura, con un lenguaje simple y directo. El escritor no solo cuenta la historia de una familia, tambi¨¦n retrata una ¨¦poca que nos es com¨²n a todos y los cambios habidos en Espa?a desde la dictadura hasta hoy.
Continuando con la historia de Leoncio Gasc¨®n, el abuelo del autor de Entresuelo, finalmente, tras encadenar una serie de empleos con los que malviv¨ªa acab¨® trabajando para una multinacional holandesa. Esta evoluci¨®n personal ejemplifica la que llev¨® a la sociedad espa?ola a pasar del aislamiento m¨¢s absoluto con la dictadura de Franco a su posterior apertura al extranjero con la ca¨ªda del r¨¦gimen. Leoncio muri¨® en 2006, a los 78 a?os.
El encuadre est¨¦tico que Gasc¨®n ha querido darle a la historia se asemeja mucho al de un montaje cinematogr¨¢fico. Para ¨¦l, los detalles visuales son lo m¨¢s importante de la historia: ¡°A mi abuela Isabel le gustaba contar la historia de dos vecinos que se pensaban que ellos eran amantes. Que despu¨¦s de 50 a?os de casados todav¨ªa alguien crea eso explica muchas cosas¡±. Esta an¨¦cdota puede llegar a definir con gran profundidad c¨®mo eran sin tener que dar m¨¢s explicaciones. Esa es la intenci¨®n con la que el autor ha desarrollado el texto: que aquello que pueda pasar desapercibido, la trivialidad de las cosas, se convierta en una simbolog¨ªa que retrate el mundo que nos rodea. Al final, lo cotidiano, explica el escritor, llega a convertirse en universal.
Babelia
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