Charlotte Rampling se transforma en Sylvia Plath
La actriz brit¨¢nica recita a la poeta norteamericana acompa?ada por el violonchelo de Sonia Wieder-Atherton. Tras su espect¨¢culo en Pamplona hoy se presenta en Bilbao
El escenario permanece casi en penumbra, envuelto en un ambiente ¨ªntimo, casi desnudo. La escenograf¨ªa se limita a una silla y una butaca. Todo respira contenci¨®n. La luz, muy tenue, apenas alumbra a las dos mujeres que ocupan el escenario. Una es la actriz brit¨¢nica Charlotte Rampling; la otra es la violonchelista francoamericana Sonia Wieder-Atherton. La primera recita a la poeta estadounidense Sylvia Plath y la segunda interpreta las suites n¨²mero 2 y 3 del compositor brit¨¢nico Benjamin Britten. Juntas llevan a escena el espect¨¢culo The Night Dances (Danzas Nocturnas), que gira por Espa?a con solo dos escalas: ayer en el Teatro Gayarre de Pamplona y esta noche en el Arriaga de Bilbao.
Rampling presta su voz de cine y su maravillosa entonaci¨®n a una selecci¨®n de escritos de Plath declamados en ingl¨¦s y franc¨¦s: los poemas de Ariel y algunos extractos de su correspondencia y sus diarios. La brit¨¢nica comparece vestida de negro y descalza, un atuendo austero en consonancia con la atm¨®sfera que la envuelve. Esta int¨¦rprete, que se convirtiera en sex symbol tras protagonizar El portero de noche (Liliana Cavani, 1974) y que ha trabajado en cerca de 80 filmes a las ¨®rdenes de maestros como Woody Allen, Francois Ozon o Lars Von Trier, y en nuestro pa¨ªs con Julio Medem, contin¨²a irresistible a sus 67 a?os. Due?a de una de las miradas m¨¢s intensas de la escena actual, con sus caracter¨ªsticos p¨¢rpados ca¨ªdos, Rampling despliega su voz ronca, carism¨¢tica, sugerente; perfecta para recitar unos versos ¡°hechos para ser le¨ªdos en voz alta¡±, seg¨²n la brit¨¢nica: "Quiero lanzar sus versos al p¨²blico, de manera que llegue a ¨¦l profundamente".
La autora de El coloso (1960) escribi¨® y vivi¨® hasta su suicidio a los 33 a?os marcada por sus constantes cambios de car¨¢cter y el recuerdo tr¨¢gico de la muerte temprana de su padre. Considerada una de las principales representantes de la poes¨ªa confesional, casada con el escritor Ted Hughes y primera poeta en ganar un premio Pulitzer a t¨ªtulo p¨®stumo, Sylvia Plath ensalz¨® en su obra la cotidianeidad, unas veces sumida en el hast¨ªo y otras movida por la intensidad de su fuerza vital interior, siempre marcada por el drama, la agitaci¨®n y la proximidad de la locura. Elementos, todos, que se conjugan en poemas como Edge, Ariel, Daddy, Wintering, Medusa o Contusion, que en The Night Dances encuentran el contrapunto perfecto en el arco de Wieder-Atherton. Las notas dulces y ¨¢speras de la violonchelista y el recitado de la actriz se funden en un di¨¢logo que oscila entre el sosiego y la agitaci¨®n, plagado de momentos reposados, tristes o desesperados.
Wieder-Atherton ide¨® esta propuesta de poes¨ªa y m¨²sica despu¨¦s de que ella y Rampling coincidieran en un espect¨¢culo que fusionaba poemas y sonidos de Europa del Este. Recuerda la violonchelista que Sylvia Plath "apareci¨® como un cometa. Y la idea de la m¨²sica de Britten lleg¨® casi al mismo tiempo. Unir a estos dos autores en un mismo espect¨¢culo es una historia de energ¨ªa, ya que ambos tienen un punto moderno y fulminante".
Sobre el escenario Rampling da vida a un personaje real, el de la propia Plath. La brit¨¢nica apunta que ¡°en esto consiste mi trabajo. No es una cuesti¨®n de dificultad, sino de saber conectar con el personaje". Y la violonchelista a?ade que la obra supera al personaje: "En la poes¨ªa Daddy, no solo se hace referencia al propio personaje, al padre que form¨® parte de la vida de Plath, sino a todos los padres":
¡°Mira, papi, aqu¨ª est¨¢s delante del encerado,
En esta foto tuya que conservo,
Con un hoyuelo en el ment¨®n en lugar de en el pie,
Mas sin dejar por eso de ser un demonio,
El hombre de negro que parti¨®¡±
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