Alfaguara empieza la celebraci¨®n de sus 50 a?os de viajes literarios
La editorial elige la Feria del Libro de Guadalajara para el primer brindis con lectores y autores Vargas Llosa, Xavier Velasco, Jo?l Dicker y Sergio Ram¨ªrez contaron su periplo hasta llegar al sello
No se sabe a ciencia cierta si hubo m¨¢s risas, aplausos o silencios emotivos. Y todo por un doble viaje literario en el que se embarc¨® Alfaguara ayer para celebrar sus 50 a?os en octubre de 2014. Lo cierto es que en el auditorio que lleva el nombre de uno de los escritores hispanohablantes fundamentales del siglo XX, Juan Rulfo, empezaron los festejos ante centenares de personas que asisten a la 27? Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Un comienzo de viaje festivo encabezado por cuatro escritores cuya ruta hasta llegar a la editorial es distinta y representativa de muchos de los m¨¢s de dos mil autores, con unos cinco mil t¨ªtulos, que ha editado el sello en toda su vida. Mario Vargas Llosa, Sergio Ram¨ªrez, Xavier Velasco y Jo?l Dicker desanduvieron su pasado literario, con sus cuitas y sue?os a bordo, antes de recalar en una de las editoriales m¨¢s importantes del ¨²ltimo medio siglo en el ¨¢mbito iberoamericano.
Sus voces llevaron al auditorio hacia adelante y hacia atr¨¢s, o mejor, como en un tiempo borgeano que cae como un haz de luz, y todo fuera presente eterno, instante, simult¨¢neo. Aplausos, risas (con alguna carcajada) y silencios de la gente ante sus historias e historietas; ?o acaso eran los argumentos de sus nuevas novelas que bajo el techo rulfiano lo trastoc¨® todo?
No en vano, cuando Sergio Ram¨ªrez termin¨® de contar su periplo con destino Alfaguara en medio de risas, Juan Cruz, editor hist¨®rico del sello y corresponsable junto a su equipo de la fuerza de su esp¨ªritu iberoamericano y global, como moderador del acto, le apostill¨® burl¨®n al autor nicarag¨¹ense: ¡°Has conseguido hacer creer a toda la gente que lo que has contado fue verdad¡±.
Una hora antes Vargas Llosa hab¨ªa empezado el viaje, la sesi¨®n en la que los cuatro narradores rindieron homenaje al arte de contar y compartir historias con los amigos. Su cuento es el cuento de alguien que no quiere casarse y descasarse porque s¨ª. Y se resume en tres episodios: empez¨® confesando un affaire de joven (con una peque?a editorial donde amaban a los cuentos), luego, en la adultez de los a?os 60, le propusieron matrimonio y acept¨® feliz, y vivi¨® como en un sue?o (en Seix Barral con Carlos Barral), hasta que la luz del d¨ªa lo fue despertado del sue?o y decidi¨® divorciarse (Barral hab¨ªa muerto, la editorial hab¨ªa cambiado de manos y el amor no era el mismo); pero como ¨¦l es de los del amor amor, ya le hab¨ªa echado el ojo a su siguiente conquista, solo que esta vez iba a ser ¨¦l mismo quien se declarara (era el a?o 1997 y al frente de Alfaguara estaba Juan Cruz). Lo hizo, asegura Vargas Llosa, porque ¡°buscaba una editorial verdaderamente literaria, que publicara no solo la mejor literatura sino que tambi¨¦n mantuviera una relaci¨®n cercana y profesional y de consejera con los autores. Y Alfaguara quer¨ªa publicar lo mejor que se escrib¨ªa en espa?ol. Ten¨ªa vocaci¨®n de llegar a todos los confines de nuestra lengua. As¨ª es que me enamor¨¦. Y r¨¢pidamente nos entendimos¡±.
El viaje de Vargas Llosa hasta llegar a Alfaguara coincide en ese tiempo que cae como un haz de luz en el viaje de la historia de la editorial. Sus vidas literarias nacen casi a la vez. Cuando Vargas Llosa empieza su relaci¨®n con Seix Barral en Barcelona en 1962, al ganar el Biblioteca Breve con La ciudad y los perros, la idea de crear un sello en Madrid ya rondaba por ah¨ª hasta que se concreta dos a?os m¨¢s tarde con el nacimiento de Alfaguara, creada por el constructor Jes¨²s Huarte y bajo la direcci¨®n de Camilo Jos¨¦ Cela y sus hermanos Juan Carlos y Jorge Cela Trulock. Viaje al Pirineo de L¨¦rida, de Cela, fue el primer t¨ªtulo de la nueva editorial ("y tal vez sin quererlo ese gesto acab¨® por definir todo un programa editorial de viaje entre los pa¨ªses del espa?ol", dice Pilar Reyes, su editora). Un a?o m¨¢s tarde nace el Pre?mio Alfaguara de Novela que distingue por primera vez Las corrupciones, de Jes¨²s Torbado; y el segundo la ganar¨ªa Manuel Vicent con Pascua y naranjas. En los 70 Camilo Jos¨¦ Cela se va desvinculando (en el 73 se suspende el premio) hasta que en 1975 la editorial toma un nuevo rumbo bajo la direcci¨®n de Jaime Salinas, hijo del poeta Pedro Salinas. Se imprime un car¨¢cter m¨¢s universal al sello y se encarga el dise?o de las portadas a Enric Satu¨¦. Es el creador de una imagen de libros que la gente recuerda y conserva por su exquisitez marcada por los colores azul y gris. En 1980, Alfaguara entr¨® a formar parte del Grupo Santillana (del Grupo Prisa, editor de EL PA?S). En los a?os siguientes, y hasta hoy, fue dirigida por Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu, Luis Su?¨¦n, Guillermo Schavelzon, Juan Cruz, Amaya Elezcano y Pilar Reyes. Es en 1993, bajo la direcci¨®n de Cruz, cuando se lanza el proyecto de Alfaguara Global, con la edici¨®n simult¨¢nea en Espa?a y Am¨¦rica Latina de Cuando ya no importe, la ¨²ltima novela que escribir¨ªa Juan Carlos Onetti.
Es por esos a?os cuando Vargas Llosa, deseoso de un nuevo amor, le echa el ojo. Y en 1997 se comprometen, hasta el sol de hoy. La sesi¨®n de cuentos v¨ªvidos sigui¨® con la magia embaucadora de Velasco y su periplo por submundos y crisis de fe en s¨ª mismo hasta que obtiene el premio Alfaguara; luego el joven Dicker, una de las revelaciones literarias del a?o a nivel internacional, dijo que termin¨® aqu¨ª por la empat¨ªa o buenas vibraciones que le dio el sello que considera como una familia; y cerr¨® con Sergio Ram¨ªrez, ganador junto a Eliseo Alberto y su Caracol Beach, del primer premio Alfaguara en su segunda etapa, iniciada en 1998 por la novela Margarita, est¨¢ linda la mar.
Un viaje de recuerdos, risas y emociones en los que estuvieron tambi¨¦n presentes en las intervenciones y brindis grandes ausencias como las de Carlos Fuentes, Jes¨²s de Polanco, Jaime Salinas, Javier Pradera o Isabel Polanco quien, como record¨® Juan Luis Cebri¨¢n, acad¨¦mico y presidente del Grupo Prisa, due?o de la editorial, un par de horas m¨¢s tarde en el brindis de los festejos, ella comprendi¨® que Alfaguara no era solo Espa?a o de Espa?a, sino que su vocaci¨®n era iberoamericana, la de borrar las fronteras f¨ªsicas con Latinoam¨¦rica gracias al idioma com¨²n y hermanarse definitivamente con el portugu¨¦s. Eso ya fue en un caser¨®n o mansi¨®n de corte colonial rodeados de escritores de casi todos los pa¨ªses iberoamericanos, de editores de todos lados y de agentes literarios que cada vez m¨¢s pasan por la FIL para charlar con sellos como Alfaguara porque saben que su red de 22 sedes en sendos pa¨ªses iberoamericanos funciona como un vivero de futuros grandes nombres. De una editorial que, seg¨²n Pilar Reyes, busca ser de autor y no de libros. Y siempre, como record¨® Cebri¨¢n, en su brindis mayor, en agradecimiento y en honor de los lectores, el destino final hacia donde se dirige este viaje literario.
Babelia
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