A negro
La televisi¨®n valenciana se cerr¨® cuando quiso ser libre. Autogestionada por los trabajadores, tard¨® menos a¨²n en ser clausurada por la polic¨ªa que el canal p¨²blico griego
Hay una evidencia descorazonadora que sobresale entre los cristales rotos de la crisis. La idea de que tras la debacle se impondr¨ªa una regeneraci¨®n se ha esfumado. Recordamos las declaraciones rimbombantes y las promesas de refundaci¨®n, pero nada ha quedado de ellas. Nadie piensa hacer las cosas mejor cuando volvamos a recuperar el crecimiento econ¨®mico. Y tampoco nadie lo va a exigir. El cierre de Canal Nou alumbra sobre este decaimiento, sobre el abandono de toda esperanza de rectificaci¨®n. Es curioso que media Espa?a se haya sentido ofendida porque el obispado lance un libro de consejos para la vida privada femenina titulado C¨¢sate y s¨¦ sumisa, cuando lo cierto es que hay otro libro aplic¨¢ndose de manera cierta sobre la vida p¨²blica nacional: ¡°c¨¢llate y s¨¦ sumiso¡±.
Como preve¨ªamos, la televisi¨®n valenciana se cerr¨® cuando quiso ser libre. Autogestionada por los trabajadores, tard¨® menos a¨²n en ser clausurada por la polic¨ªa que el canal p¨²blico griego. Ese oasis de libertad era lo verdaderamente amenazante. Nunca fue un problema urgente su deuda, su l¨ªnea informativa manipulada, su zafiedad, su contrataci¨®n a capricho. A negro se fue cuando era cr¨ªtica, afilada y un desairado servicio p¨²blico. En otros lugares, donde se anunci¨® que se proceder¨ªa al cierre, tipo Castilla-La Mancha o Madrid, al parecer sigue sirviendo al poder como el espejito de la madrastra en el cuento infantil. Y en un rizo con nuestra estupidez vocacional, se nos quiere convencer de que estos canales son inviables, innecesarios y suprimibles.
Nadie piensa en corregir los errores. Se cerrar¨¢n cuando se les vayan de las manos. Ordenar¨¢n sacrificar al perro cuando deje de lamer la mano del amo y aprenda a ladrar. Pero no iba por ah¨ª la idea de regeneraci¨®n, sino por imponer c¨®digos de conducta, control profesional, distancia higi¨¦nica con el poder pol¨ªtico y mecanismos de elecci¨®n democr¨¢tica de los gestores. Incluso ha habido un retroceso en las opciones de dotar de independencia a los canales p¨²blicos. No se permitir¨ªa arruinar y hundir la red de transporte p¨²blico o de centros hospitalarios sin exigir que los responsables rindan cuentas. Tampoco nadie se conformar¨ªa con que dejaran de existir estos servicios p¨²blicos tan solo porque han sido gestionados de manera fraudulenta. ?O s¨ª? ?O quiz¨¢ s¨ª?
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