?D¨®nde est¨¢n las razones museol¨®gicas?
El nuevo museo contar¨ªa con los mismos cuadros que hoy tienen las instituciones valencianas
De un tiempo a esta parte la prensa viene anunciando la creaci¨®n de un nuevo Museo Sorolla. La iniciativa se atribuye a la Fundaci¨®n Bancaja, pero las Administraciones p¨²blicas valencianas y en especial la Conseller¨ªa de Cultura parecen dispuestas a sumarse al proyecto.
Un museo requiere una colecci¨®n y la primera pregunta que suscita la propuesta es obvia. ?Est¨¢n las partes implicadas pensando en adquirir un conjunto significativo de obras de Sorolla? La respuesta es: no. El nuevo museo contar¨ªa con los mismos cuadros que, hoy por hoy, tienen las instituciones p¨²blicas valencianas. Se tratar¨ªa solo de reunirlos.
No parecen haberse elaborado listas, o al menos no se han hecho p¨²blicas. La prensa ha hablado de 100 o 125 cuadros, una cifra imprecisa que a primera vista me parece exagerada, pero que en todo caso no ser¨ªa dif¨ªcil verificar ya que estamos hablando de colecciones conocidas. El conjunto m¨¢s numeroso proceder¨ªa del Museo de Bellas Artes de Valencia, a continuaci¨®n (aunque a mucha distancia) se situar¨ªa la Diputaci¨®n Provincial, luego el Ayuntamiento y finalmente la Fundaci¨®n Bancaja. Pero el n¨²mero es enga?oso ya que, en su mayor parte, se trata de obras peque?as, juveniles o poco significativas. ?Cu¨¢ntos cuadros realmente museables reunir¨ªa el nuevo museo? En la ¨²ltima gran exposici¨®n de Sorolla, la organizada por el Museo del Prado en 2009, podemos encontrar una respuesta a esa pregunta: de los 102 cuadros rese?ados en el cat¨¢logo tres vienen del Museo de Bellas Artes de Valencia, uno de la Diputaci¨®n, uno del Ayuntamiento y uno de Bancaja. El futuro Museo Sorolla de Valencia podr¨ªa contar, pues, con un n¨²cleo de seis cuadros verdaderamente museables. Quiz¨¢ dos o tres m¨¢s, si rebajamos un poco el list¨®n. Muy por debajo, en todo caso, del m¨ªnimo necesario para hablar de un museo monogr¨¢fico. Especialmente si se tiene en cuenta que hay aspectos fundamentales de la obra del gran pintor valenciano que estar¨ªan muy mal representados. Por citar un ejemplo, para ilustrar la pintura de escenas de playa (la tem¨¢tica m¨¢s popular de Sorolla, sin duda alguna) el futuro museo contar¨ªa con un ¨²nico cuadro museable: Pescadoras valencianas. ?C¨®mo se sentir¨ªan los futuros visitantes ¡ªvalencianos, espa?oles o extranjeros¡ª del hipot¨¦tico museo Sorolla de Valencia al buscar y no encontrar ning¨²n otro cuadro de playa de calidad?
Reunir¨ªa unas 100 o 125 obras juveniles y poco significativas
Pero la calidad y representatividad de la colecci¨®n no son los ¨²nicos interrogantes que plantean la iniciativa. Reunir y exponer al p¨²blico los cuadros de Sorolla que en estos momentos se encuentran en despachos o espacios administrativos es sin duda una propuesta loable. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa con los cuadros que se encuentran en el Museo de Bellas Artes en unas salas Sorolla que se inauguraron hace apenas unos meses? ?Habr¨ªa que trasladarlos al nuevo museo desmontando esas salas? ?Y cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias para el museo existente? Conviene recordar que estamos hablando de una colecci¨®n de pintura que se encuentra entre las m¨¢s importantes de Espa?a y que cuenta con una espl¨¦ndida representaci¨®n de pintores y escultores del entresiglo XIX y XX, un conjunto muse¨ªstico en el que Sorolla ocupa un lugar clave. Si quitamos a Sorolla el conjunto se desintegra y las colecciones del museo sufren un menoscabo irreparable. Hablamos tambi¨¦n de un edificio en el que se llevan invertidos muchos millones de euros de dinero p¨²blico y en el que est¨¢n a punto de iniciarse las obras de una nueva fase de ampliaci¨®n. Y estamos hablando tambi¨¦n, finalmente, todo hay que decirlo, de un museo al que el Gobierno valenciano viene manteniendo bajo m¨ªnimos desde hace muchos a?os con la excusa de que no hay dinero para m¨¢s. Si hay poco dinero, ?por qu¨¦ no atender primero las necesidades m¨¢s urgentes del existente Museo de Bellas Artes en vez de lanzarse a crear un nuevo museo?
Y, hablando de dinero, ?con qu¨¦ recursos se va a hacer y con qu¨¦ recursos va a funcionar ese hipot¨¦tico museo Sorolla? Nadie menciona ning¨²n estudio econ¨®mico. De hecho, nadie menciona ni siquiera un anteproyecto museol¨®gico. La ¨²nica noticia publicada es que la Fundaci¨®n Bancaja (la entidad que ha lanzado la iniciativa) est¨¢ dispuesta a aportar su sede de la plaza de Tetu¨¢n. Se trata de un edificio de oficinas situado a unos trescientos metros del edificio hist¨®rico que actualmente alberga el Museo de Bellas Artes. Ahora bien, es sabido que los edificios de oficinas tienen unos determinantes estructurales (distancia entre forjados, anchura de cruj¨ªas, ubicaci¨®n y capacidad de los n¨²cleos de comunicaci¨®n vertical...) que son incompatibles con las necesidades de un museo (dimensiones de los espacios de acogida, flujos de circulaci¨®n, dimensiones de las salas, especialmente su altura...). ?Habr¨ªa que derribar la estructura actual de ese edificio y construir una nueva?
?Y cu¨¢l ser¨ªa la naturaleza jur¨ªdica del nuevo museo? ?Ser¨ªa p¨²blico o privado? La pregunta es crucial porque, si el grueso de su colecci¨®n tiene que venir del actual Museo de Bellas Artes, ?estamos hablando de trasladar unos cuadros de titularidad p¨²blica, actualmente expuestos en un museo de titularidad p¨²blica, para llevarlos a un nuevo museo de titularidad incierta, recursos inciertos y, a todas luces, carente de proyecto?
?Y qu¨¦ hace, por cierto, la Fundaci¨®n Bancaja en todo esto? ?Qu¨¦ puede aportar? ?Un cuadro importante? ?No deber¨ªa haberlo depositado hace tiempo en el Museo de Bellas Artes? ?Qu¨¦ m¨¢s puede aportar? Vayamos al grano ¡ªy perd¨®n por la pregunta¡ª: ?es solvente?
En fin. Una sarta de preguntas sin respuesta. Aunque quiz¨¢ haya una ¡ªla m¨¢s veros¨ªmil¡ª: estamos inaugurando la campa?a electoral. Con un disparate, por cierto.
Tom¨¢s Llorens es historiador del arte y exdirector del Reina Sof¨ªa.
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