El gran juez Internet se retrata sobre la escena

Es tan as¨¦ptico y sencillo como hacer un clic. En la realidad virtual, se puede mostrar aprobaci¨®n o rechazo, se puede se?alar y comentar de manera an¨®nima, se puede construir una imagen hecha a la medida de nuestra fantas¨ªa, uno es dotado con el poder de participar sin que haya m¨¢s mediaci¨®n que ese teclado, esa pantalla, y esa conexi¨®n¡­ Haga clic¡­ ?Sucede algo ah¨ª fuera? ?Qu¨¦ impacto tienen nuestras acciones en la Red sobre la realidad? El gran ojo de Internet, que todo lo capta y lo escupe, ha sido el motivo que ha inspirado a Jos¨¦ Padilla (Santa Cruz de Tenerife, 1976) para la escritura de su obra teatral Haz clic aqu¨ª, una orden simple que abre posibilidades muchas veces incontrolables. La pregunta sobre nuestra responsabilidad en el ciberespacio llena la escena de la Sala de la Princesa del Teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid desde este mi¨¦rcoles hasta el 15 de diciembre.

¡°?M¨¢talo!¡±. Aquel video se convirti¨® en un fen¨®meno viral. Seis j¨®venes se lanzaron a golpes contra otros tres a las puertas de una discoteca en la avenida de la Constituci¨®n de Granada en una madrugada de enero de 2011. Una chica remat¨® con su tac¨®n a uno de ellos que estaba tendido en el suelo. El abogado Rafael Alba lo grab¨® todo desde la ventana de su piso y despu¨¦s de que los agredidos decidieran no presentar cargos, colg¨® el v¨ªdeo en YouTube con un mensaje en que expresaba su repugnancia por que aquellos individuos se hubieran tomado la justicia por su mano. Ped¨ªa ayuda ciudadana para identificar a los j¨®venes. En solo tres d¨ªas, hubo 80.000 visitas en YouTube, 3.200 meneos en Men¨¦ame y decenas de hilos de conversaciones en foros. De ah¨ª a que los foreros se lanzaran a hacer el trabajo de la polic¨ªa hubo solo la separaci¨®n de un clic. A trav¨¦s del rastreo de cuentas de Facebook y de Tuenti se llev¨® a la detenci¨®n virtual de los sospechosos, cuyos nombres llenaron el ciberespacio. La chica a la que acusaban de haberse servido de su zapato para el remate de la paliza era una menor, que comenz¨® a recibir mensajes con insultos y amenazas. Se hab¨ªan vuelto las tornas, y los foreros, el gran hermano Internet, se tomaban la justicia por sus fueros.

La historia que se relata en Haz clic aqu¨ª est¨¢ basada en estos hechos. ¡°Trato de hacer una reflexi¨®n sobre nuestra responsabilidad en la Red, lo que compartimos, las consecuencias que tienen nuestras acciones¡­¡±, explica Padilla, quien declara a su vez su admiraci¨®n por Internet ¡°como foro de uni¨®n, medio de transmisi¨®n, de mejora, de pensamiento¡­¡±. Al mismo tiempo, ¡°porque es inmediato y sin trabas, no est¨¢ de m¨¢s preguntarse c¨®mo lo usamos y qu¨¦ capacidad tenemos para construir un mundo mejor¡­ No trato de dar respuestas ni ser panfletario¡­¡±. ?Es la chica culpable o no, y por qu¨¦ la cacer¨ªa virtual se ceba con ella? ?Se tiene derecho a crucificar a esa persona?

El montaje se despliega en la serie de cruce de vidas que provoca el juicio a trav¨¦s de Internet, y el personaje de Ruth Ver¨ªn, la supuesta chica del tac¨®n de aguja, se convierte, seg¨²n el autor y director del montaje, ¡°en el objeto de deseo para muchos fines distintos¡±. Al argumento de la obra se une el personaje de la pareja del abogado que cuelga el video en la Red, una periodista que trabaja para la secci¨®n de Gente de un diario local, y que tambi¨¦n desea su parte del jugoso pastel informativo.

Jos¨¦ Padilla invita con el t¨ªtulo a pensar y valorar en la orden ¡°Haz clic aqu¨ª¡± y en la repercusi¨®n de un acto que se ha hecho tan cotidiano para millones de personas. ¡°No quisiera caracteres que captaran nuestra adhesi¨®n o repulsi¨®n instant¨¢neas, no importa si han sido ellos o no los culpables de las acciones que se les atribuyen, si sus motores son ¨¦ticamente reprobables (¡­) Me gustar¨ªa poner al p¨²blico en esa tesitura, la de saberse jueces prematuros¡±.

El montaje forma parte del programa para nuevos autores Escritos en la escena del Laboratorio Rivas Cherif que el Centro Dram¨¢tico Nacional ha creado para la investigaci¨®n del hecho teatral. En dos meses los dramaturgos tienen la posibilidad de terminar de escribir las obras en propia escena, con el ensayo con los actores que aportar¨¢ nuevas soluciones teatrales y literarias.