Arctic Monkeys, el genio y la chuler¨ªa
'AM' es el disco internacional del a?o para los lectores de EL PA?S. La banda del carism¨¢tico Alex Turner ensancha su p¨²blico alej¨¢ndose de su rock acelerado inicial. Ahora quieren ser sexis
Son la banda de rock del momento, pero como son unos jovenzuelos queda la esperanza de que a¨²n no hayan dado lo mejor de s¨ª mismos. Arctic Monkeys, cuatro chicos ingleses de Sheffield, fueron una fulgurante revelaci¨®n en 2005 con un rabioso rock juvenil, y su forma de salir al mercado se consider¨® un ejemplo para la industria del siglo XXI. Era el primer grupo MySpace, se dijo entonces, porque movieron masivamente su material en las redes sociales (y de mano en mano) antes de batir r¨¦cords de ventas al editar Whatever people say I am, that's what I'm not. Pero la historia del rock est¨¢ llena de bandas que subieron tan r¨¢pido como cayeron en el olvido despu¨¦s; desde luego, este no es el caso.
El quinto ¨¢lbum de Arctic Monkeys, llamado simplemente por sus iniciales AM, es el mejor del panorama internacional en este a?o 2013, seg¨²n buena parte de la cr¨ªtica y, ahora tambi¨¦n, seg¨²n el veredicto de los participantes en la encuesta que ha realizado EL PA?S en su p¨¢gina web. El disco obtuvo el voto del 17,79% de los casi 2.000 participantes entre 20 candidatos seleccionados.
AM es un ¨¢lbum redondo, que mantiene un nivel muy alto en sus doce temas y demuestra el punto de madurez alcanzado por la banda. El tema de apertura es este Do I Wanna Know?, con un poderoso riff.
El grupo cuenta con un l¨ªder con el carisma que siempre se exigi¨® a las grandes estrellas del rock. Alex Turner lo tiene todo a sus 27 a?os: un gran talento compositor, una voz seductora, habilidad con la guitarra y, de forma muy acusada, presencia en el escenario. Pose de dandi, tup¨¦ y peine en el bolsillo, gui?os a las chicas. Un artista de magn¨¦tica chuler¨ªa. Un m¨²sico enorme.
Los Monkeys son continuadores de la mejor tradici¨®n del rock brit¨¢nico desde planteamientos muy indies. En AM han demostrado que saben evolucionar, desde luego m¨¢s r¨¢pido que algunos de sus fans. En sus inicios eran una banda gamberra que cantaba a las juergas del s¨¢bado noche en canciones de dos o tres minutos que eran verdaderas descargas, casi un electroshock. "Hac¨ªamos rock sin pensarlo demasiado", en palabras de Turner. Hoy han abierto mucho su abanico sonoro, lo que tambi¨¦n ha ensanchado su p¨²blico aunque est¨¦n disgustados algunos puristas (ya saben, esos de "solo me interesa su primer ¨¢lbum"). Esto es rock guitarrero, pero las guitarras ya no est¨¢n aceleradas. Abundan baladas cargadas de t¨®rrida sensualidad, y hay soul y hay glam, y se cuida lo ac¨²stico, y juegan con sus voces, y hacen falsetes como los de One for the road.
Se atreven a todo porque se han negado a quedarse etiquetados. No vas a ir de alternativo cuando gustas a las mayor¨ªas. Nadie les encuadrar¨ªa ya, como cuando empezaron, en lo que se llam¨®?pospunk. En efecto ten¨ªan influencias de bandas con la crudeza y energ¨ªa de los Clash, pero tambi¨¦n beb¨ªan del m¨¢s amable britpop, de la herencia beatle e incluso del hip-hop. Desde que est¨¢n instalados en California, se les relaciona tambi¨¦n con el stoner rock (otros lo llaman dessert rock), ese de guitarras pesadas y reminiscencias psicod¨¦licas que practica su amigo y ahora colaborador Josh Homme (Queens of the Stone Age). La paradoja es que cada vez m¨¢s remiten a los a?os dorados, a los grandes cantantes de los 50 y los 60 a los que quiere parecerse Turner. Seg¨²n crecen suenan m¨¢s cl¨¢sicos. Eso los aleja de modas ef¨ªmeras y quiz¨¢s ayude a que dejen huella m¨¢s duradera. Un ejemplo de su cara m¨¢s elegante es este I wanna be yours, que firma Turner con el poeta?John Cooper Clarke. Ahora los Monkeys se proponen ser sexis. Y hacer bailar al p¨²blico, pero ya no dando botes.
Grabado en Los ?ngeles bajo la impecable producci¨®n de James Ford, AM es una obra que la publicaci¨®n brit¨¢nica New Musical Express se?al¨® como "el mejor disco de la d¨¦cada", en una cr¨ªtica tan rendida que los compara con figuras de la talla de Bowie, Beatles o Dylan. No mucho m¨¢s prudente, Rolling Stone se preguntaba en portada (en su edici¨®n espa?ola) si son los nuevos reyes del rock.
En tierras brit¨¢nicas, donde son idolatrados, lograron colocar todos sus ¨¢lbumes en el n¨²mero 1. El pasado verano fueron los triunfadores del gran festival de las islas, el de Glastonbury, aunque compart¨ªan cartel con lo mejor de su generaci¨®n y con veteranos de la talla de The Rolling Stones. No todo es tan un¨¢nime: se les resiste el mercado norteamericano, que ya no es tan propicio a las bandas inglesas como fue, si bien este AM lleg¨® a ser el sexto m¨¢s vendido de la lista Billboard, su mejor dato a ese lado del Atl¨¢ntico. La cr¨ªtica del New York Times, que en 2006 los hab¨ªa declarado "una de las bandas m¨¢s excitantes del planeta", ahora opina que suenan a imitaci¨®n. Si hay divisi¨®n de opiniones entre su propio p¨²blico, ?no iba a haberla entre los cr¨ªticos?
Si hay que elegir un tema del ¨¢lbum AM, el candidato claro es este R U Mine?, que se avanz¨® como sencillo en 2012 y cuyo contundente guitarreo ahora sirve para el ¨²ltimo de los bises en sus conciertos. Porque Arctic Monkeys abren y cierran sus actuaciones con su nuevo disco, en vez de exprimir sus ¨¦xitos m¨¢s conocidos como hacen tantos. Para eso hay que estar seguro de lo que uno vale. Hay que ser tan chulo como Turner. Y tan artista como ¨¦l.
Arcade Fire y David Bowie, finalistas
El ¨¢lbum Reflektor, de la banda canadiense Arcade Fire, ha sido el segundo m¨¢s votado por los participantes en la encuesta de EL PA?S como el mejor del a?o, en un desenlace re?ido resuelto por solo tres puntos. Un 14,67% vot¨® a favor del disco m¨¢s arriesgado de los de Montreal, para el que se han asociado con el productor James Murphy (LCD Soundsystem). El innovador grupo, que salt¨® a la fama con un rock ¨¦pico interpretado con instrumentos tradicionales como el de Wake up, vio el camino para la renovaci¨®n tras el ¨¦xito de Sprawl II, una canci¨®n de estilo tecno y ochentero de su tercer ¨¢lbum, The suburbs. Ahora irrumpen convertidos a la m¨²sica electr¨®nica y transformados en una banda ficticia (The Reflektors) en un ¨¢lbum extra?o, inquietante, quiz¨¢s bizarro, pero brillante, que busc¨® inspiraci¨®n en el carnaval de Hait¨ª. La fiesta caribe?a se refleja en esta pieza representativa de su nueva etapa: Here comes the night time. Quiz¨¢s este disco no entra a la primera, pero acaba enganchando tambi¨¦n a los esperaban m¨¢s violines y menos mezclas hechas en un ordenador.
El tercer ¨¢lbum m¨¢s votado de la lista fue The next day, el disco de la reaparici¨®n de David Bowie a sus 66 a?os, grabado en total sigilo cuando se le daba por desaparecido y se especulaba sobre su salud. El disco se llev¨® un 12,7% de los votos en la encuesta de EL PA?S. A un artista con esa trayectoria ya no se le exigir¨ªa que sorprenda, en realidad no se le pod¨ªa exigir nada porque lo ha demostrado todo, pero Bowie convenci¨® con su primer ¨¢lbum en m¨¢s de una d¨¦cada. La canci¨®n que da nombre al ¨¢lbum, y unas cuantas m¨¢s, son tan buenas como tantas del mejor Bowie. En el provocador v¨ªdeo, que lleg¨® a ser censurado por Youtube, el cantante hace de mes¨ªas en un raro oficio con cardenales y prostitutas. Genio y figura. El misterio que rode¨® el lanzamiento del disco ha disparado las especulaciones sobre si es esta la despedida definitiva, muy a su manera, del que fue rey del glam. Nadie lo sabe: a Bowie el misterio le sienta muy bien.
Babelia
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