Muere Peter O'Toole, la mirada de Lawrence de Arabia

Fue el protagonista de una de las verdaderas joyas legadas por el cine, ese Lawrence de Arabia de intens¨ªsima mirada azul que propuls¨® la carrera de un actor irland¨¦s tan talentoso como vividor y amante del buen whisky. Los ojos de Peter O¡¯Toole se apagaron definitivamente en un hospital de Londres, donde falleci¨® a los 81 a?os despu¨¦s de una larga enfermedad que su agente no precis¨®.

Aquel papel del aventurero ingl¨¦s que se sum¨® a la revuelta ¨¢rabe durante la Primera Guerra Mundial, las decenas de pel¨ªculas que le siguieron y tambi¨¦n los numerosos escenarios en los que bord¨® a los cl¨¢sicos a lo largo de medio siglo acabaron convirtiendo a este int¨¦rprete en toda una leyenda de su oficio.

Cuando el director David Lean reclut¨® a O¡¯Toole para que encarnara en la gran pantalla al oficial del ej¨¦rcito brit¨¢nico TH Lawrence en la ¨¦pica Lawrence de Arabia (1962), el actor nacido en Connemara (Rep¨²blica de Irlanda) era un desconocido del gran p¨²blico que se hab¨ªa bregado en los teatros de Bristol y Londres desde los 17 a?os. Su salto a primera l¨ªnea de la profesi¨®n fue fulminante y le abri¨® la llave de un Hollywood en el que desembarc¨® de la mano de una generaci¨®n de grandes int¨¦rpretes brit¨¢nicos de s¨®lidos recursos interpretativos, pero temperamento m¨¢s bien iconoclasta. ¡°S¨ª, con (Richard) Burton y Richard Harris pregon¨¢bamos los 60. Beb¨ªamos en p¨²blico y hac¨ªamos abiertamente lo que todo el mundo hac¨ªa entonces en privado¡±, se jactaba el actor.

Fue, como ellos, una gran estrella, que dio lo mejor en papeles inolvidables como su Enrique II en Beckett, el profesor de Adi¨®s Mr Chips, El le¨®n en invierno o, ya en su madurez, el actor desencantado y rebelde de Mi a?o favorito. Nunca se olvid¨® de los escenarios, en Londres, en Nueva York o en Dubl¨ªn, donde interpret¨® un sinf¨ªn de papeles shakespearianos, de Beckett, de Shaw, de Chejov, en el que siempre consider¨® su medio natural. Peter Seamus Lorcan O¡¯Toole amaba la literatura, declamar y, en especial, los sonetos de su amado William Shakespeare.

Pero para las grandes audiencias siempre fue Lawrence de Arabia, el papel que se lo dio casi todo, excepto uno de los siete Oscars que recab¨® la pel¨ªcula (entre ellos, Mejor pel¨ªcula y Mejor director). O¡¯Toole fue nominado en ocho ocasiones, pero s¨®lo consigui¨® la estatuilla cuando le fue concedida a t¨ªtulo honor¨ªfico hace diez a?os. Entonces estuvo a punto de rechazarla, m¨¢s exactamente de pedir que retrasaran su entrega hasta que cumpliera los 80 a?os, ¡°porque todav¨ªa estoy en el juego y a¨²n podr¨ªa tener la oportunidad de ganar ese mocoso (en alusi¨®n al Oscar)¡±, dijo entonces. Siempre expresaba lo que pensaba ¡ªlo que no siempre le granje¨® simpat¨ªas en el gremio¡ª e intent¨® ser consecuente con su modo de pensar cuando, en 1987, rechaz¨® el t¨ªtulo de caballero de la reina Isabel II por razones personales y pol¨ªticas. Esta fue una de sus perlas: ¡°Al contrario que los actores, el p¨²blico y los cr¨ªticos est¨¢n absolutamente faltos de preparaci¨®n. El primero solo piensa en divertirse, y los cr¨ªticos, que por lo general son artistas frustrados, derraman sobre nosotros sus bilis, insatisfacciones y complejos¡­¡±. Apenas vivi¨® en su Irlanda natal, pero ejerci¨® de irland¨¦s por todos sus poros (su padre era irland¨¦s y su madre escocesa) a pesar de que algunos medios aseguraban que en realidad era oriundo de la ciudad inglesa de Leeds, y no de la irlandesa Connemara.

La ¨²ltima ocasi¨®n fallida se produjo en 2006, cuando la Academia de Hollywood volvi¨® a incluirlo en la lista de candidatos a mejor actor principal por su interpretaci¨®n de un actor viejo y lascivo en el filme brit¨¢nico Venus. Fue derrotado por el americano Forrest Whitaker (El ¨²ltimo rey de Escocia) y un O¡¯Toole ostensiblemente envejecido no ocult¨® su decepci¨®n. El a?o pasado decidi¨® finalmente arrojar la toalla y despedirse de un oficio al que, seg¨²n sus propias palabras, estaba ¡°profundamente agradecido, porque me ha permitido trabajar con gente estupenda, con buenos compa?eros con los que hemos compartido el inevitable destino de todos los actores: fracasos y ¨¦xitos¡±.

Peter O¡¯Toole deja dos hijas y un hijo habidos respectivamente de sus matrimonios con la tambi¨¦n actriz Sian Phillips y con Karen Brown, adem¨¢s del legado de una carrera plagada de t¨ªtulos sobresalientes y tambi¨¦n de algunos proyectos fallidos de los que nunca se arrepinti¨®, porque agradec¨ªa de su oficio que le hubiera procurado estabilidad econ¨®mica, adem¨¢s de fama y prestigio.

Fue extrovertido y alegre, tambi¨¦n d¨ªscolo y combativo, y sobre todo fue el propietario de unos magn¨¦ticos ojos de azul intenso capaces de inundar toda una pantalla.