¡°Yo he perdido a un amigo; el cine ha perdido a un actor irrepetible¡±

Es un momento dif¨ªcil para Julia Louis-Dreyfus (Nueva York, 1961). La actriz llega con los ojos humedecidos a la habitaci¨®n de un hotel de Toronto, donde se desarrollan las entrevistas de Sobran las palabras. El motivo de sus l¨¢grimas no es otro que la muerte de James Gandolfini, su compa?ero de reparto en la pel¨ªcula, con el que la actriz manten¨ªa una estrecha relaci¨®n en el que fue uno de sus ¨²ltimos trabajos (el pen¨²ltimo) para la gran pantalla. ¡°Todos me pregunt¨¢is por Jim y es muy dif¨ªcil tratar de mantener la compostura, es dif¨ªcil hacerse a la idea de que no est¨¢ aqu¨ª hoy con nosotros¡± confiesa la actriz, popular en todo el mundo por la serie Seinfeld y Emmy a la mejor int¨¦rprete de comedia por Veep, otro t¨ªtulo televisivo de culto, donde da vida a una delirante vicepresidente de Estados Unidos.

Louis-Dreyfus no se ha prodigado demasiado en el cine aunque para ella la cosa tiene una explicaci¨®n muy sencilla: ¡°Cuando hac¨ªa Seinfeld ¨C y estuve 9 a?os con ello- ten¨ªa 7 u 8 meses ocupados con el rodaje, as¨ª que tampoco ten¨ªa demasiado tiempo para otra cosa. No es que no me llegaran proyectos, es que no ten¨ªa tiempo para nada m¨¢s¡±.

La neoyorquina sigue haciendo televisi¨®n pero esta vez ha encontrado hueco y firmado una de las comedias favoritas del a?o para la cr¨ªtica anglosajona, que amenaza con repetir ¨¦xito en el resto del mundo gracias a un reparto de campanillas, donde adem¨¢s de los mencionados Louis- Dreyfus y Gandolfini, destacan Toni Collette y Catherine Keener. Dirigida por Nicole Holofcener, Sobran las palabras cuenta la historia de una sufrida masajista (Louis-Dreyfus) que conoce a un hombre (Gandolfini) que podr¨ªa ser la pareja ideal. Naturalmente, las cosas no ser¨¢n tan sencillas como podr¨ªa parecer: ¡°Me gustaba la idea de interpretar a alguien de carne y hueso, alguien con quien podr¨ªa identificarme, esencialmente bueno pero capaz de meter la pata constantemente. Siempre recuerdo aquello que dec¨ªa Larry David sobre que los los malos entendidos eran un elemento imprescindible de la comedia y no puedo estar m¨¢s de acuerdo. Siempre me he sentido muy c¨®moda en ese terreno, el de la incomodidad y creo que es una gran herramienta para un comediante¡± cuenta la actriz, vestida de negro y con el rostro cansado.

La innegable qu¨ªmica entre Louis-Dreyfus y Gandolfini es la piedra angular de un precioso filme que bebe de los esquemas de la vieja escuela y que ¨Cinevitablemente- lleva a la pregunta que la actriz ha o¨ªdo ya en un buen n¨²mero de ocasiones en el festival de Toronto: ¡°?C¨®mo era trabajar con James [Gandolfini]? Pues era un hombre maravilloso, pero no solo eso. James ten¨ªa una sensibilidad tan inmensa y era tan generoso conmigo y con los dem¨¢s actores que trabajar con ¨¦l era una delicia. Creo que de alg¨²n modo ¨¦l tem¨ªa hacer este papel porque cre¨ªa que la comedia no era lo suyo (lo cual es absurdo) pero una vez all¨ª, en el set, era el hombre m¨¢s poderoso del mundo. No puedo explicar con palabras la capacidad de Jim para conseguir que todo fuera sencillo, la confianza que te daba mirarle a los ojos cuando rodabas una escena con ¨¦l. Si dijera que fue uno de los mayores placeres de mi vida trabajar con ¨¦l no le estar¨ªa haciendo justicia: le echo de menos cada d¨ªa y a veces (hoy mismo) hablo de ¨¦l en presente porque no puedo creer que ya no est¨¦ aqu¨ª con nosotros¡± cuenta la actriz, cuyos ojos la traicionan una vez m¨¢s al recordar a uno de los actores m¨¢s amados de los ¨²ltimos a?os. ¡°Yo he perdido a un amigo pero el cine ha perdido a un actor irrepetible¡±, remata Louis-Dreyfus.