Mayor¨ªa de edad y pasaporte al limbo
¡®Slimane¡¯, largo de ficci¨®n del cineasta Jos¨¦ ?ngel Alay¨®n, narra la rutina de j¨®venes sin papeles
La primera vez que Slimane (Sus-Masa-Draa, Marruecos, 1992) entr¨® en un cine fue para ver su propia pel¨ªcula. La primera vez que vio el mar fue a bordo de una patera, que le llev¨® del S¨¢hara Occidental a Tenerife. La primera vez que fum¨® fue para una secuencia de ese filme para la que se tuvo ventilar un paquete entero entre toma y toma. La primera vez que sali¨® de la isla canaria fue para ir a Madrid y despu¨¦s a Dub¨¢i, al festival de cine del emirato. La inmensidad del mar, la gran pantalla y la mareante ciudad llegaron a la vida de este joven inmigrante a ca?onazo limpio, sin medias tintas, sin mojarse un poco los pies, los codos y la nuca para darle tiempo a la digesti¨®n.
Secuencia de 'Slimane' mostrada como promoci¨®n para el Festival Internacional de Dub¨¢i.
Slimane es el protagonista de la pel¨ªcula hom¨®nima del cineasta canario Jos¨¦ ?ngel Alay¨®n (Tenerife, 1980), que en diciembre particip¨® en el Festival M¨¢rgenes, donde convergen trabajos en la periferia de la industria, y que se estrenar¨¢ en primavera. Con una distribuidora y, si no, negociando con salas independientes.
La cinta cuenta la historia de dos marroqu¨ªes que al cumplir 18 a?os se ven obligados a dejar el centro de menores y adentrarse en un limbo en el que solo se tienen el uno al otro. Aunque, en realidad, la pel¨ªcula tendr¨ªa que haber sido otra. El primer guion encerraba una historia coral de tem¨¢tica social. Uno de esos borradores que pasan de un lado a otro y a los que no se les para de dar vueltas. El director, formado en la escuela de cine cubana San Antonio de Ba?os (de donde han salido Jaime Rosales o Benito Zambrano), ten¨ªa una ayuda al desarrollo y estaba obligado a llevar a cabo un proyecto. Se le ocurri¨® usar el casting de la pel¨ªcula para incluir nuevas ideas. All¨ª, ¡°la presencia de Slimane hac¨ªa que desapareciera la c¨¢mara¡±. Por eso Alay¨®n se propuso meter al joven dentro del relato, aunque para ello tuviera que dinamitarlo: ¡°Al final se fue desvaneciendo el guion y qued¨® solo Slimane¡±.
El filme, cuenta su director, nace de un boicot. Y se film¨® a golpe de boicot. De un deseo de enterrar una historia que no convenc¨ªa. Todo empez¨® en el casting. El equipo de la pel¨ªcula empapel¨® los centros de C¨¢ritas de Tenerife con la convocatoria. A ella acudi¨® este chico, de complexi¨®n fuerte y mirada fr¨¢gil. Acababa de salir de un centro de menores y estaba en ese limbo que luego Alay¨®n traslad¨® a la pel¨ªcula. Solo ten¨ªa a sus amigos, y un DNI que pon¨ªa ¡°no apto para el trabajo¡±. Poco a poco se metieron en la vida de Slimane. Alay¨®n le dej¨® una c¨¢mara para que durante tres meses grabara dos o tres horas diarias de su rutina. Pens¨® en ello porque los actores no se comportaban de la misma manera cuando actuaban delante de la c¨¢mara. Fue observar la vida de Slimane por la cerradura de la puerta. Como en el cine.
Para el joven actor la experiencia se convirti¨® en un reto. ¡°En un momento tienes que cambiar completamente la cara y el cuerpo¡±, explica Slimane por tel¨¦fono, antes de entrar al supermercado en el que trabaja gracias a Alay¨®n. A ¨¦l le debe ahora este sue?o, aunque en el rodaje le pusiera al l¨ªmite. ¡°El cabr¨®n mi hizo vomitar de verdad en una secuencia¡±, recuerda con cari?o.
Alay¨®n se enfrenta ahora al reto de estrenar Slimane en salas. Un salto ¡°dif¨ªcil¡±, sobre todo por la crisis de la industria. Una crisis que, sin embargo, es algo menos dram¨¢tica cuando uno est¨¢ acostumbrado a observarla desde la periferia. ¡°Mientras la industria est¨¢ como pollo sin cabeza, nosotros estamos c¨®modos. La gente que hace este cine est¨¢ m¨¢s acostumbrada a la precariedad. Es como construir algo nuevo sobre unas ruinas¡±.
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