Paz, vida, libertad
Seg¨²n Paul Val¨¦ry, hay palabras que cantan m¨¢s que hablan. En espa?ol actual, dir¨ªamos tambi¨¦n que "dan el cante" cuando se las utiliza en ciertos contextos ret¨®ricos. Sirven para abrumar de indignidad al adversario y as¨ª ahorrarse argumentaciones m¨¢s detalladas y menos facilonas. Por ejemplo, el uso de "vida" por los contrarios a una ley de plazos del aborto o incluso a cualquier regulaci¨®n legal del mismo: ellos son "pro-vida" y se preguntan con autocomplaciente asombro "c¨®mo puede ser progresista estar en contra de la vida". Queda impl¨ªcito que los dem¨¢s son abogados de la muerte, la cual por cierto es parte inseparable de la vida.
Defender la vida (as¨ª, sin m¨¢s) es como defender la ley de la gravedad, una apuesta segura pero innecesaria porque ambas funcionan muy bien sin nuestro apoyo. Cosa distinta y menos simplona es defender la vida humana, o sea aquello que hace humana a la vida m¨¢s all¨¢ del puro ciclo biol¨®gico, para lo cual hay que considerar variables como el gradual desarrollo del embri¨®n, la libertad de elecci¨®n materna, la existencia eventual de malformaciones que convierten la vida en calvario, etc¡. La legislaci¨®n es progresista cuando calibra y abre opciones, no cuando impone dogmas o se atiene al mero formalismo. L¨¦ase por ejemplo Podemos hacer m¨¢s (ed. Pasos Perdidos) de Manuel Atienza, sobre otra forma de pensar el Derecho.
Hay otras palabras "cantarinas". En Euskadi, se emplea "paz" ("plan de paz", "proceso de paz") como aval de una pol¨ªtica para abreviar cuanto se pueda las condenas de los etarras y patentar un relato edificante en el que todos somos algo culpables y los verdugos perdonan a las v¨ªctimas tanto como ¨¦stas a aquellos. Quienes se niegan a este enjuague est¨¢n contra la paz o son tibios en buscarla, luego impl¨ªcitamente pertenecen al orbe de la guerra aunque nunca hayan puesto bombas ni apuntillado con tiros en la nuca. Los reproches a ETA porque no acaba de dejar las armas se equilibran con otros al Gobierno por su "inmovilismo", es decir porque no cambia la pol¨ªtica penitenciaria para otorgar beneficios pol¨ªticos a presos que no lo son pero creen serlo. Cuando ambos se muevan, aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria. Aunque la gloria de unos sea celestial y la de los otros municipal o parlamentaria¡
Y por ¨²ltimo la gran palabra musical, "libertad". En Catalu?a, suena a todas horas el himno de los esclavos de Nabucco. Aunque a simple vista sea dif¨ªcil percibirlo, se trata de un pueblo oprimido al que los pr¨®ceres nacionalistas han decidido liberar. ?Qui¨¦n puede ser tan vil y autoritario como para oponerse a la libertad? ?La ley? Pero el derecho a decidir democr¨¢tico est¨¢ por encima de la ley, seg¨²n acaban de descubrir algunos sabios. Es el derecho a decidir qui¨¦n puede decidir y qui¨¦n no, que crea compartimentos estancos entre los ciudadanos de un mismo pa¨ªs o sea que toma como punto de partida lo mismo que propone como meta de llegada. En eso consiste para ellos la Libertad, que como la Vida y la Paz ya no son conceptos discutibles, sino trompeteo para acallar las argumentaciones molestas. Aclamaciones y sinrazones: ?vuelven los vivas de rigor!
Babelia
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