Alberto Coraz¨®n: ¡°Vivimos la apoteosis de la mediocridad¡±
El pintor espa?ol reniega del dise?o gr¨¢fico: la mediocridad del encargo le sacaba de quicio
Pregunta. Dec¨ªa Caravaggio que era incapaz de pintar nada que no estuviese delante de ¨¦l. Yo creo que ment¨ªa. ?Y usted?
Respuesta. Yo creo que no. No existe ning¨²n dibujo de Caravaggio. Hab¨ªa quien no dibujaba ni bocetaba, que pintaba a lo valent¨®n, como Vel¨¢zquez. No es tan raro y eso se produce en el barroco. Nosotros venimos del romanticismo, y en esa ¨¦poca existen mejores dibujantes, pero el barroco es pura expresi¨®n directa. A Caravaggio se le critic¨® mucho que escogiera mendigos como modelos de santos y m¨¢rtires.
P. Santificaba a los desahuciados de su ¨¦poca.
R. Utilizar mendigos era lo m¨¢s realista, pero no pod¨ªa dejar de pintar las cosas como las ve¨ªa.
P. ?Viven las naturalezas muertas?
R. Claro. Es una expresi¨®n equ¨ªvoca. Ser¨ªa mejor naturaleza inm¨®vil. El concepto espa?ol es m¨¢s exacto: bodeg¨®n.
Perfil
Alberto Coraz¨®n (Madrid, 1942) ha conformado infinidad de s¨ªmbolos contempor¨¢neos como dise?ador gr¨¢fico. Ahora se dedica a la pintura, el dibujo, la escultura. Un bodeg¨®n de Caravaggio le ha llevado a urdir su ¨²ltima exposici¨®n, en la galer¨ªa Marlborough, con variaciones sobre la carnalidad del presente y la memoria. Reniega del dise?o gr¨¢fico: la mediocridad del encargo le sacaba de quicio.
P. Pero estos ?se pintaban para demostrar destreza t¨¦cnica o para incitar a la gula?
R. El bodeg¨®n da forma a la teatralidad de lo dom¨¦stico. Arranca de los griegos de un modo muy evocador y modesto, para recibir al viajero y al amigo. Los griegos contemplaban la amistad como un valor supremo, por encima del amor. Compartir unas frutas creaba un v¨ªnculo fort¨ªsimo y desinteresado, el regalo no deb¨ªa comprometer. En el Renacimiento, ese car¨¢cter se pierde a favor de la exhibici¨®n ostentosa de objetos y alimentos.
P. ?Nos saldr¨ªa un gran bodeg¨®n fij¨¢ndonos en las estanter¨ªas de los supermercados?
R. No tiene que ver con lo pop. La cultura pop y la iconograf¨ªa pop tienen su propio territorio.
P. Ambos son costumbristas. ?No es la sopa Campbell de Warhol un bodeg¨®n posmoderno?
R. No parece tener esa intenci¨®n, pero puesta encima de la mesa, podr¨ªa serlo. No lo hab¨ªa pensado, pero s¨ª.
P. ?Qu¨¦ es eso de que pinta de memoria? ?Para llevar la contraria a Caravaggio?
R. Estoy siempre pintando a partir de la memoria. Necesito un tiempo previo de concentraci¨®n y cuando me siento seguro comienzo directamente sobre el lienzo, obstinadamente, sin pararme hasta que est¨¢ acabado. Puedo estar muchas horas concentrado, con la sensaci¨®n del furtivo en un bosque entre signos desconocidos.
P. ?Y eso no distorsiona las im¨¢genes de la realidad?
R. La realidad es una construcci¨®n diferente para cada uno de nosotros. Una vivencia est¨¦tica, personal, que en mi opini¨®n nos llega a trav¨¦s de la memoria.
P. La realidad ha conformado durante siglos la pintura. ?Ahora la realidad la conforma el dise?o gr¨¢fico?
R. Somos animales simb¨®licos. Vivimos en un h¨¢bitat de signos. Desde los tiempos primitivos, esos signos han sido gr¨¢ficos o est¨¦ticos. La gr¨¢fica es instrumental, valiosa. En cambio, el signo est¨¦tico carece de utilidad inmediata y eso parece devaluarlo, pero no es absolutamente imprescindible. Sin embargo, la creaci¨®n art¨ªstica resulta vital.
P. ?En qu¨¦ se fija la gente?
R. En los ¨²ltimos a?os prestamos mucha atenci¨®n m¨¢s a los colores que a las formas. Y me parece estupendo.
P. ?Y los que dan forma a eso nos dominan?
R. No es cuesti¨®n de dominaci¨®n. Ocurre por saturaci¨®n. La saturaci¨®n, el bombardeo iconogr¨¢fico, es lo que nos somete y eso nos hace variar la sensibilidad y el gusto hacia algo m¨¢s sutil, algo que no es tan obvio como algunos se empe?an.
P. ?Podr¨ªa dibujarme en palabras un logotipo de la miseria moral que nos rodea?
R. Un logo es una abstracci¨®n. Y la miseria moral que nos atenaza es una terrible realidad que comienza a dar muestras de rasgos inhumanos. Vivimos deslumbrados por la apoteosis de la mediocridad. Nunca ha sido tan brillante ni ha gozado de tanto ¨¦xito.
P. ?Por qu¨¦ repudi¨® el dise?o gr¨¢fico?
R. El dise?o es el resultado de un encargo, y esta misma mediocridad que ya hemos comentado no permite ning¨²n encargo estimulante. Es un asunto de dignidad profesional. Acepto solo aquel trabajo que me permite buscar la excelencia. Otra palabra que est¨¢ desapareciendo.
P. ?Qu¨¦ se encarga usted a s¨ª mismo?
R. Escribir, esculpir, pintar. Cumplo 72 a?os, lo dem¨¢s me sobra. Tengo que llegar en plenas facultades a los 80, no quiero distraerme con tonter¨ªas.
Babelia
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