Globos sueltos
En una ceremonia bastante tediosa, donde la sucesi¨®n de premios forzaba agradecimientos enumerados m¨¢s que sentidos, los Globos de Oro apenas ofrecieron un chiste brillante
En una ceremonia bastante tediosa, donde la sucesi¨®n de premios forzaba agradecimientos enumerados m¨¢s que sentidos, los Globos de Oro apenas ofrecieron un chiste brillante. Y este ten¨ªa que ver con esa leyenda urbana que persigue a George Clooney. Las presentadoras aseguraron que en su papel en Gravity tambi¨¦n prefer¨ªa flotar por el espacio antes que pasar un minuto m¨¢s a solas con una mujer. Fueron mujeres libres, globos sueltos como los que se escapan de las manos de los ni?os, aqu¨ª escapando de las manos del control de oficinas de prensa y cirujanos pl¨¢sticos, los que ofrecieron los instantes m¨¢s ricos. Jacqueline Bisset o Robin Wright, pero sobre todo la irrupci¨®n de Diane Keaton para recoger el premio a Woody Allen.
Aquella Annie Hall modelada a imagen y semejanza de la actriz y su familia, situ¨® a Woody Allen en una dimensi¨®n distinta a la del c¨®mico popular. Consagrado por el Oscar a la Mejor Pel¨ªcula, que no recogi¨® pues tocaba esa noche el clarinete, ya nunca descendi¨® del pedestal ni aunque la p¨¦rdida de cari?o hacia el ser humano tras un divorcio traum¨¢tico desdibujara la calidad de sus propuestas. Este a?o le toca a Cate Blanchett, y quiz¨¢ a la genial Sally Hawkins, recoger los premios por Blue Jasmine. Pero hasta ellas tienen la sensaci¨®n de que esos premios ir¨ªan a parar a otras actrices si hubieran sido las elegidas, porque son los personajes los que acaban por ofrecer la particularidad que se destaca sobre otras escrituras de previsible f¨®rmula.
Allen, fascinado por las mujeres que pelean en la sociedad contempor¨¢nea, armadas de belleza pero tambi¨¦n inteligencia, cumpliendo a?os entre histerias y neurosis, ha escrito papeles que han significado premios y dimensi¨®n profesional para gente como Diane Keaton, Mia Farrow, Judy Davis, Geena Rowlands, Dianne Wiest, Scarlett Johanson, Pen¨¦lope Cruz, Barbara Hershey, Anjelica Huston y hasta Mira Sorvino, Mariel Hemingway o Juliette Lewis. Detr¨¢s de esos personajes puede haber una identificaci¨®n de presencias reales, reconocibles. Pero hay tambi¨¦n un esfuerzo por entender lo incomprensible, por sujetar lo inasible. Mujeres que un d¨ªa se sueltan de la mano del hombre y se convierten en globos que se elevan, arrastrando un hilo sin due?o hasta donde nadie puede alcanzar.
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