Elias L. Rivers, un gran hispanista
Mantuvo una larga y fecunda trayectoria docente e investigadora centrada fundamentalmente en la poes¨ªa espa?ola del Siglo de Oro
Elias L. Rivers (1924-2013) ha sido uno de los mejores representantes del hispanismo norteamericano, con una larga y fecunda trayectoria docente e investigadora centrada fundamentalmente en la poes¨ªa espa?ola del Siglo de Oro, a trav¨¦s de estudios y ediciones de Garcilaso, Francisco De Aldana, fray Luis de Le¨®n, Cervantes, G¨®ngora, Quevedo o sor Juana In¨¦s de la Cruz.
Natural de Carolina del Sur, muy pronto experiment¨® la riqueza de matices y registros de la oralidad, gracias a la viveza y variedad ling¨¹¨ªstica en que se cri¨®, fruto de la convivencia del ingl¨¦s y el gullah, el dialecto afroamericano y caribe?o. En Charleston curs¨® estudios de Humanidades y Filolog¨ªa Cl¨¢sica, interrumpidos para incorporarse a filas en la Segunda Guerra Mundial. Por su vocaci¨®n y capacidad poliglota, ingres¨® en la Universidad de Georgetown para aprender chino y servir en los frentes de China, Birmania e India. Despu¨¦s de la guerra se matricul¨® en la Universidad de Yale, donde se licenci¨® en chino, lat¨ªn y espa?ol con los m¨¢ximos honores (1948) y luego se doctor¨® (1952) con una tesis sobre la vida y obra de Aldana, publicada en 1955.
Obtuvo las becas Howard, Guggenheim y Fulbright para viajar a Espa?a en los a?os cincuenta. En esa ¨¦poca trab¨® amistad con don Antonio Rodr¨ªguez-Mo?ino, en cuya tertulia madrile?a del caf¨¦ Lyon particip¨® asiduamente y de cuya mano public¨® varios vol¨²menes, y sobre todo una monumental edici¨®n cr¨ªtica de Garcilaso de la Vega (1974), donde, adem¨¢s de cotejar todos los testimonios (incluso las ¡°correcciones en prensa¡±, por primera vez en la filolog¨ªa hisp¨¢nica) acompa?¨® cada poema con una copiosa anotaci¨®n. La necesaria erudici¨®n y rigor no le hicieron descuidar unas inteligentes apreciaciones cr¨ªticas que vinculan la literatura culta del toledano con la tradici¨®n oral, pues -advert¨ªa- ¡°la improvisaci¨®n viva y aut¨¦ntica de nuestro poeta cl¨¢sico depende de una memoria ac¨²stica parecida a la del juglar¡±.
Su pasi¨®n por la lengua y gusto por la poes¨ªa tambi¨¦n se traslucen en otros perspicuos estudios sobre los g¨¦neros doctos del Siglo de Oro, como la ep¨ªstola, o por el singular Viaje del Parnaso cervantino, pero sin perder de vista el inter¨¦s por la oralidad que mantiene a¨²n en trabajos tard¨ªos como los libros Things Done With Words: Speech Acts in Hispanic Drama (1986) y Quixotic Scriptures: Essays on the Textuality of Hispanic Literature, (1983), donde subrayaba la riqueza de los ritmos po¨¦ticos de la literatura espa?ola, o la pervivencia de la poes¨ªa tradicional, latente siempre en la memoria po¨¦tica popular, especialmente a partir de ¡°la fusi¨®n del lenguaje hablado y el oral por obra de Garcilaso¡±.
Profesor de las universidades de Darmouth (1952-1962), Ohio en Columbus (1962-1964), Johns Hopkins (1964-1978) y Nueva York en Stony Brook (1978-1993), vivi¨® largas temporadas a caballo de Madrid y Chinch¨®n. En 1969 se cas¨® en segundas nupcias con la hispanista Georgina Sabat, fallecida en 2008. Fue miembro correspondiente de la Hispanic Society of America, de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y, en 2009, de la Real Academia Espa?ola. De 1986 a 1989 presidi¨® la Asociaci¨®n Internacional de Hispanistas. En 1992, la Universidad de Salamanca le otorg¨® el prestigioso premio Nebrija. Hombre de car¨¢cter amable y buen conversador, todo un caballero sure?o, pas¨® sus ¨²ltimos a?os en Florida, donde abraz¨® el catolicismo. Muri¨® el pasado 21 de diciembre en Chevy Chase (Maryland).
Guillermo Ser¨¦s ha publicado recientemente la edici¨®n cr¨ªtica de la Historia de la conquista de la Nueva Espa?a.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.