¡°Pacheco todav¨ªa nos hac¨ªa mucha falta¡±
Los grandes escritores mexicanos y el mundo de la cultura se ti?en de luto
Acababa de enterarse de la muerte de Jos¨¦ Emilio Pacheco, y Elena Poniatowska, su amiga, su confidente, ya lo estaba echando de menos: "Todav¨ªa nos hac¨ªa much¨ªsima falta, se ha ido antes de tiempo. Sobre todo ahora que M¨¦xico est¨¢ en un torbellino de violencia. Basta con ver Michoac¨¢n. Ha muerto uno de los grandes intelectuales y uno de los grandes escritores de M¨¦xico".
Fallecido a los 74 a?os de edad en un hospital de la Ciudad de M¨¦xico, Pacheco deja una legi¨®n de seguidores de todas las generaciones que devora sus libros con entusiasmo. Era uno de esos escritores que la gente toma como suyo.
El escritor Rafael P¨¦rez Gay considera que era refractario a las alabanzas, "como todo buen escritor debe ser". Recuerda cuando le hicieron un homenaje hace tres a?os en una universidad. Se sent¨® en primera fila y a ratos estaba inc¨®modo. No dejaban de enaltecerle. "Estoy aturdido", dice, justo cuando acaba de terminar un art¨ªculo de Pacheco para un peri¨®dico mexicano (La Raz¨®n).
Cristina Rivera-Garza, escritora y profesora universitaria en Estados Unidos, siempre le pide a sus alumnos que lean Las batallas en el desierto. "Es la obra fundamental del M¨¦xico de mediados de siglo contada desde dentro y con la perspectiva y el desamparo de un ni?o", dice por tel¨¦fono. Rivera Garza le niega la muerte a Pacheco: "Va a ser siempre un escritor vivo".
El poeta y novelista Juli¨¢n Herbert, de 43 a?os, lo sent¨ªa en el alma. "?Puta madre!", exclamaba al conocer la noticia. "Le ten¨ªa un inmenso cari?o. Adem¨¢s de ser lector y sobre todo apreciar sus primeras obras (Las batallas en el desierto). Fue un tipo generos¨ªsimo conmigo. Estaba interesado en la nueva literatura mexicana que se estaba haciendo", cuenta.
Herbert no solo le ha rendido homenaje a Pacheco esta tarde con sus palabras. Lo ha hecho a lo largo de toda su carrera. "En casi todos mis libros incluyo poemas traducidos de otras lenguas aunque versionados libremente. Esa idea la traigo de ¨¦l y es la forma que tengo de darle las gracias por todo lo que ha significado para m¨ª", continu¨® Herbert.
Pacheco se puede considerar el primer escritor latinoamericano que corrigi¨® una novela, Morir¨¢s lejos, una vez publicada. No consta en acta que otro lo haya hecho. "Tiene huevos. Le encontr¨® otro sentido y le cambi¨® muchas partes, incluido el final", recuerda este hecho extraordinario el escritor mexicano Jorge F. Hern¨¢ndez. "Le quiero agradecer m¨¢s que nada como lector porque fue un poeta infinito, nos descubri¨® que la poes¨ªa era accesible, que estaba en todas las partes", se?ala y antes de colgar pide un favor: "Pon que estoy muy triste".
Benito Taibo ya ten¨ªa tono f¨²nebre. "Es francamente terrible. Hace poco muri¨® Juan Gelman. Los dos eran amigos m¨ªos. ?Quieres que te diga algo a riesgo de caer en un lugar com¨²n? En M¨¦xico nos hemos quedado hu¨¦rfanos de poetas". En su Facebook escribi¨® una larga reflexi¨®n sobre Pacheco, al que consideraba "generoso, benevolente, cari?oso y brillante". "Y glot¨®n", bromea.
Pacheco se ruborizar¨ªa al leer tanto elogio. Las reacciones de las instituciones culturales mexicanas no se hicieron esperar. El presidente de Conaculta, Rafael Tovar, dijo que el fallecimiento de Pacheco era "una inmensa p¨¦rdida para las letras universales". "Mi p¨¦same a sus deudos", escribi¨® a trav¨¦s de Twitter. Por el mismo canal, el presidente Enrique Pe?a Nieto se un¨ªa a las condolencias: "Ha fallecido un gran representante de nuestra literatura. M¨¦xico extra?ar¨¢ al gran escritor Jos¨¦ Emilio Pacheco. Descanse en paz".
Poniatowska gan¨® en noviembre el Premio Cervantes de literatura y, nada m¨¢s bajar las escaleras de su casa para recibir a los que la estaban esperando en su sal¨®n, dijo que hab¨ªa desayunado. Acababa de amanecer y no era un dato intrascendente. "Cuando se lo dieron a Jos¨¦ Emilio me dijo que no pudo probar bocado hasta la tarde. Le acosaron a llamadas durante todo el d¨ªa, pero yo soy m¨¢s previsora. Yo al menos le he ganado en esto, en literatura ya es otra cosa. Vengo ya a hablar con ustedes habiendo comido un cafecito y un pan", relat¨®.
Esta triste tarde de domingo se le ech¨® encima como una losa a Elenita, como la llamaba Pacheco. Y tocaba recordar el momento en el que su amigo fue de gran apoyo. "Recuerdo que a ¨¦l le llev¨¦ el manuscrito de La noche de Tlatelolco (el libro m¨¢s conocido de la escritora) y fue el primero que escribi¨® sobre el texto y el ¨²nico que lo hizo en 1968. Siempre fue un tipazo. Estoy horriblemente triste. Yo soy mayor que ¨¦l", a?adi¨® la novelista, de 81 a?os.
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