1971: la excursi¨®n espa?ola de Pete
Raimon recuerda su larga relaci¨®n con el patriarca del folk, al que conoci¨® en 1970 y con el que actu¨® en Espa?a al a?o siguiente
La mujer de Pete Seeger era japonesa. Toshi se llamaba. Muri¨® el a?o pasado. Ambos eran gente abierta al mundo. Y Pete era exactamente eso, un hombre abierto, un gran artista y un gran luchador. Esa s¨ªntesis de arte y lucha la encarn¨® toda su vida. Era, en cierto modo, la muestra real de la teor¨ªa de Antonio Gramsci sobre la cultura popular, que ha de trascender el elitismo para difundir de manera popular esa cultura. No solo eso: con Woody Guthrie es la matriz de la m¨²sica folk que va de Bob Dylan a Bruce Springsteen.
Conoc¨ª a Pete Seeger en 1970 en Nueva York. Est¨¢bamos con Fernando Santos, el hermano del cr¨ªtico Santos Torroella. Fernando era traductor en la ONU y hab¨ªa escrito con seud¨®nimo un libro sobre el folk. A trav¨¦s de ¨¦l entr¨¦ en contacto con la familia Seeger, con Pete, con su mujer y con su hija, casada con el fot¨®grafo Emilio Rodr¨ªguez.
La primera vez que le escuch¨¦ cantar fue en la iglesia de Saint Gregory, en Nueva York. Era el 4 de abril de 1970. A partir de entonces ¨¦l tradujo las canciones que me hizo cantar en p¨²blico, Al vent y D¡¯un temps d¡¯un pais. Present¨® mi disco Catalonian protest songs, que hab¨ªa recomendado a Folkways Records; creo recordar que puso de manifiesto la econom¨ªa de palabras con las que se cantaban estas canciones en catal¨¢n. Para ¨¦l, eran canciones punzantes que ayudaban a entender el pa¨ªs del que ven¨ªa.
Quise convencerle, con mi mujer, Analisa, de que viniera a Espa?a a cantar. Como muchos de los artistas progresistas que entonces entend¨ªan que estando Franco no deb¨ªan venir, ¨¦l dijo que prefer¨ªa no hacerlo; le convenci¨® finalmente el argumento de que si ellos no ven¨ªan la gente que viv¨ªa aqu¨ª pensar¨ªa que lo que hab¨ªa por esos mundos era el universo cultural carca que nos llegaba en ese momento.
Actu¨® en Terrassa el 7 de febrero de 1971. Yo estaba programado tambi¨¦n, pero solo le permitieron cantar a ¨¦l. Sigui¨® en San Sebasti¨¢n, pero lo prohibieron en Madrid y en la Escuela Industrial de Barcelona; pudo actuar otra vez en Sevilla. Yo traduje las letras de sus canciones y se aloj¨® en nuestra casa. Desde entonces establecimos mucho contacto y en 1976, muerto Franco, vino a cantar a Madrid y Barcelona. Luego seguimos encontr¨¢ndonos en Estados Unidos, hasta que en 1993 vino al Palau Sant Jordi para intervenir en el 30? aniversario de Al Vent, con su nieto Tao Rodr¨ªguez Seeger.
Babelia
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