Andrea Camilleri: ¡°El pueblo que se resigna est¨¢ acabado¡±
Maestro italiano de la novela negra y conciencia pol¨ªtica de la izquierda de su pa¨ªs, Andrea Camilleri se define a sus 88 a?os como ¡°un empleado de la escritura¡±. Es la estrella del festival de literatura criminal BCNegra, que le entrega el Premio Pepe Carvalho
![El escritor siciliano Andrea Camilleri.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DZL52BXPN4ZJBPVSINNAXAQL4I.jpg?auth=c7c63459cc5f5a8b0fe540a38f959e0e934f3baca138d4c79182bcc4cfd2054d&width=414)
La ma?ana del 19 de octubre de 2003, el escritor italiano Andrea Camilleri (Sicilia, 1925) se enter¨® por los peri¨®dicos de que, el d¨ªa anterior, su amigo Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n hab¨ªa muerto de un infarto en el aeropuerto de Bangkok. ¡°Aquella noticia me golpe¨®, pas¨¦ verdaderamente un mal d¨ªa. Despu¨¦s de comer, me ech¨¦ una peque?a siesta y, al levantarme, mi mujer me dijo: 'Ha llegado un paquete para ti'. Lo abr¨ª. Era el ¨²ltimo libro de Manolo publicado en Italia¡±.
Si no fuera por la vista, que pr¨¢cticamente lo ha exiliado de la lectura en papel, Camilleri disfruta de unos 88 a?os de lujo. Sigue escribiendo todos los d¨ªas -hace un mes termin¨® la ¨²ltima entrega del comisario Montalbano, del que Salamandra publica ahora en Espa?a El juego de los espejos-, fumando como un carretero y contagiando el placer de la conversaci¨®n. Dentro de unos d¨ªas viajar¨¢ a Barcelona para participar en la semana literaria BCNegra 2014.
Pregunta. ?Es cierto que usted a veces empieza a escribir una novela a partir de una frase escuchada en la calle?
R. S¨ª, pero m¨¢s que una frase escuchada en la calle, suelo utilizar alguna frase le¨ªda en un libro. Por ejemplo, La desaparici¨®n de Pat¨° naci¨® de dos frases de una novela de Leonardo Sciascia en la que cuenta que en 1873 hubo en Italia una gran investigaci¨®n parlamentaria sobre Sicilia. En un determinado momento, el senador que presid¨ªa la comisi¨®n le pregunt¨® al alcalde de un peque?¨ªsimo pueblo de Caltanissetta: se?or alcalde, ?se han producido recientemente en su pueblo hechos de sangre? Y el alcalde respondi¨®: no, a excepci¨®n de un farmac¨¦utico que por amor ha matado a siete personas... Imag¨ªnese qu¨¦ locura, en qu¨¦ entorno viv¨ªa, ?no consideraba un hecho de sangre matar a siete!
P. Viv¨ªa en el escenario de sus novelas, Sicilia, la Mafia¡
'Femicrime¡¯ y delitos urbanos en Barcelona
Destaca en el programa de BCNegra (hasta el 8 de febrero, con m¨¢s de 60 actividades) la presencia masiva de autoras. Este a?o, la cita cuenta con m¨¢s editoriales que nunca: 43.
El cat¨¢logo de estrellas internacionales luce nombres como Peter James, Ben Pastor, Sophie Hannah y el propio Camilleri, que recoger¨¢ el premio Pepe Carvalho.
No conviene perderse la exposici¨®n sobre Georges Simenon y la dedicada a las mujeres malvadas en las aventuras del escritor Sherlock Holmes.
Entre las numeros¨ªsimas mesas redondas, las dedicadas a la ciudad y el crimen, las series televisivas, los detectives victorianos y el lado oscuro y criminal de la ciencia.
R. A la Mafia la he tenido siempre en un segundo plano, aunque siempre presente, porque negarla hubiese sido negar la existencia del aire. Influye en todas las relaciones, condiciona la existencia, y el Estado a¨²n no sabe c¨®mo luchar contra ella. Hoy adem¨¢s la Mafia es de cuello blanco y, por tanto, m¨¢s dif¨ªcil de combatir. Al principio eran analfabetos y hoy tienen carreras, pero sigue siendo la mafia. Est¨¢ en la pol¨ªtica, en la industria...
P. ?Nunca ha tenido problemas por escribir de la Mafia?
R. No. Y eso que ya han aprendido a leer. En el momento en que empezaron a matar periodistas entend¨ª que ya hab¨ªan pasado a la alfabetizaci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ escribe en siciliano?
R. No es exactamente siciliano. Es un siciliano muy manipulado, el modo en que habl¨¢bamos en nuestra casa de la peque?a burgues¨ªa. El siciliano se utilizaba para el discurso ¨ªntimo, personal, y el italiano para tomar distancia o incluso para intimidar. Mi madre me pod¨ªa estar hablando en dialecto, pero cuando quer¨ªa advertirme de algo ¨C?te lo repito solo una vez m¨¢s!¡ª entonces pasaba al italiano.
P. ?Sigue escribiendo cada d¨ªa?
R. S¨ª, soy un empleado de la escritura, cada d¨ªa, como si fichara. Empiezo muy pronto, sobre las ocho, pero cumpliendo unos requisitos: tengo que estar perfectamente en orden ¨Cafeitado, vestido-- como si fuese a ir a la oficina. Se trabaja espl¨¦ndidamente hasta las diez y media de la ma?ana que es cuando empiezan las llamadas de tel¨¦fono. Yo sostengo la necesidad del ejercicio cotidiano, de la misma forma que un pianista, aunque no tenga un concierto a la vista, se mantiene haciendo ejercicio. Es fundamental para mantener a punto el cerebro y la escritura.
P. ?Se siente comunista todav¨ªa?
R. Siempre, siempre, siempre¡ Comunista por la justicia social, que cada vez se aleja m¨¢s en el horizonte.
P. ?D¨®nde est¨¢ la izquierda italiana?
R. Me acuerdo de aquel fil¨®sofo, Di¨®genes, que buscaba al hombre con una linterna. Pero ni siquiera con una linterna se consigue encontrar a la aut¨¦ntica izquierda italiana. Ya no hay una idea que la tenga unida. Una idea de pa¨ªs, de Estado. Italia est¨¢ atravesando un momento verdaderamente feo. La situaci¨®n del desempleo es terrible. Si hace 40 a?os se hubiese producido una situaci¨®n as¨ª, la gente habr¨ªa bajado la calle. Hoy, en cambio¡
P. ?Echa de menos una reacci¨®n m¨¢s fuerte?
R. Esto es malo desde el punto de vista de la resignaci¨®n. Si un pueblo se resigna est¨¢ acabado. Aquellos que han perdido la esperanza de encontrar un trabajo y por eso ya no lo buscan est¨¢n dando un paso hacia el suicidio. Antes, la actitud era otra [alza la voz, como prest¨¢ndosela a un desempleado]: pierdo la esperanza de encontrar un trabajo y te disparo, porque la Constituci¨®n dice que Italia es una Rep¨²blica fundada sobre el trabajo, por tanto bajemos a la calle a pedirlo¡ Pero no bajamos a la plaza. Esto quiere decir que la enfermedad es muy grave.
P. Se le ve muy desilusionado con la pol¨ªtica¡
R. Creo en la pol¨ªtica, y por eso escribo a menudo art¨ªculos sobre pol¨ªtica, pero creo en la buena pol¨ªtica, que no es la que se practica ahora. Me interesa una pol¨ªtica donde no todo es posible, donde no se traiciona a los propios electores al d¨ªa siguiente de las elecciones. Eso me repugna. La pol¨ªtica que, con sus pactos, sigue d¨¢ndole la oportunidad a Berlusconi, que ya ha sido condenado en firme y por tanto es un delincuente, que contin¨²e dominando la pol¨ªtica italiana. Este pa¨ªs deber¨ªa avergonzarse de que un hombre as¨ª contin¨²e haciendo pol¨ªtica.
P. A veces es muy dif¨ªcil entender desde fuera la incapacidad de Italia para dejar atr¨¢s ciertos vicios de la pol¨ªtica¡.
R. Los italianos, aunque esto que voy a decir es un poco grave, todav¨ªa no se han acostumbrado a la democracia. S¨¦ que son palabras fuertes. Si usted mira a Francia, tuvieron la revoluci¨®n francesa. En Espa?a, el 36 represent¨® la confrontaci¨®n que luego fue mundial entre fascismo y antifascismo. Se pag¨® con sangre y tienen ahora una idea de democracia ganada. Nosotros, s¨ª, tuvimos la resistencia, la liberaci¨®n, pero era m¨¢s contra los alemanes, contra los ocupantes, no contra el propio residuo fascista. No se ha producido una verdadera liberaci¨®n, verdadera. Es un problema no resuelto.
P. ?Qu¨¦ piensa un comunista irredento del papa Francisco?
R. Viene de una Iglesia m¨¢s cercana a la pobreza, y se le nota. No por casualidad ha aparecido en L¡¯Osservatore romano la rese?a de un libro que habla de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n que era como una blasfemia hace algunos a?os. Por tanto, no es solo una apariencia, es una sustancia. Si lo conseguir¨¢, esto no lo s¨¦. Porque el Vaticano es peor que una c¨²pula mafiosa, je je¡ Pero yo deseo que lo consiga.
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