La muerte de Seymour Hoffman pone rostro al resurgir de la hero¨ªna en EE UU
La polic¨ªa encontr¨® al actor con la aguja en el brazo y cinco papelinas de droga en la basura
La repentina muerte del oscarizado actor Philip Seymour Hoffman por una supuesta sobredosis de hero¨ªna ha puesto rostro al alarmante resurgir de esta droga en Estados Unidos, cuyo consumo creci¨® un 79 por ciento entre 2007 y 2012, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales. La hero¨ªna, una droga que caus¨® estragos en los a?os 1970 y 1980, vuelve a las calles de Estados Unidos como alternativa barata y accesible a los analg¨¦sicos con receta derivados del opio, a los que son adictas miles de personas y que causan 15.000 muertes al a?o.
El abuso de estos medicamentos se dispar¨® a partir de la d¨¦cada de 1990, una "epidemia" que las autoridades han tratado de contener con un control m¨¢s severo de su venta y la ampliaci¨®n de los requisitos para obtener una receta m¨¦dica.
La impactante imagen del aclamado Capote, un exitoso actor de s¨®lo 46 a?os, hallado muerto este fin de semana en calzoncillos y con una aguja en el brazo ha puesto en primer plano un problema social y sanitario del que las autoridades llevan meses advirtiendo. A falta de que se conozcan los resultados de la autopsia, la Polic¨ªa trabaja sobre la hip¨®tesis de una sobredosis de hero¨ªna como causa de la muerte del actor, en cuyo apartamento de Nueva York encontraron 50 bolsas de esta droga.
En este resurgir, la hero¨ªna ha dejado de ser una lacra principalmente urbana, para extenderse a zonas del extrarradio y rurales. No obstante, cifras como las de la ciudad de Nueva York son un evidente term¨®metro de las dimensiones del problema: las muertes provocadas por esta droga aumentaron un 84 % entre 2010 y 2012, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales.
La hero¨ªna es la alternativa a la que recurren miles de estadounidenses adictos a los analg¨¦sicos que se ven privados de estos medicamentos, con un precio mucho mayor y un acceso m¨¢s restringido. Un frasco de f¨¢rmacos opi¨¢ceos como el OxyContin o Vicodin, que necesitan receta m¨¦dica, son muy adictivos y se prescriben para dolores severos, cuesta cerca de 120 euros en EE.UU., mientras que una dosis de hero¨ªna se puede conseguir en las calles por menos de seis euros.
Esto explica, seg¨²n las autoridades sanitarias, realidades tan alarmantes como que el n¨²mero de nuevos consumidores de hero¨ªna -personas que se inyectan esta droga por primera vez- haya aumentado casi un 60 % en la ¨²ltima d¨¦cada. Otras causas que se aducen para entender el rebrote del consumo de hero¨ªna en EE.UU son las producciones r¨¦cord de esta droga en los ¨²ltimos a?os en Afganist¨¢n y el aumento de la calidad y el tr¨¢fico de la que llega al pa¨ªs a trav¨¦s de la frontera con M¨¦xico.
Al problema del repunte en su consumo, se suman las muertes provocadas en las ¨²ltimas semanas por su versi¨®n adulterada con otros componentes, lo que hace a esta droga cien veces m¨¢s potente. A finales de enero trascendi¨® que al menos 22 personas murieron en la regi¨®n occidental de Pensilvania por consumir una mezcla de hero¨ªna con el f¨¢rmaco Fentanyl, un opi¨¢cedo que se utiliza para la anestesia general, una combinaci¨®n letal. La investigaci¨®n de la repentina muerte de Hoffman, que ha sacudido a Hollywood, a toda la naci¨®n y a los cin¨¦filos de todo el mundo, ha puesto todos los focos sobre los estragos que causa en Estados Unidos una droga que en el imaginario colectivo pertenece a otra ¨¦poca
Babelia
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