¡®Queer¡¯, glosario de un maldito
La novela de Burroughs, escrita en 1952, no pudo ver la luz hasta 1985 La edici¨®n definitiva, del autor de la Generaci¨®n Beat, funciona como un diccionario de las obsesiones del escritor
Todo retrato de William S. Burroughs estar¨¢ lleno de contradicciones tanto por razones pl¨¢stico-est¨¦ticas como puramente biogr¨¢ficas. Hay algo de ¡°cabeza borradora¡±, de ofuscaci¨®n, algo que pasa de la escritura a los hechos y viceversa (un letargo condimentado con la hero¨ªna y la damocliana frustraci¨®n del deseo homosexual); ¨¦l mismo jug¨® a este juego de espejos con la ¡°doble exposici¨®n simult¨¢nea¡± de los sucesivos autorretratos que aparecen en Queer (cuya edici¨®n definitiva del 25? aniversario de la novela publica Anagrama, con traducci¨®n de Marcial Souto). En su ¨¢spera concisi¨®n, debe ser vista y tratada como una suerte de Ars poetica, compendio a la vez que ideario de un desastre, o mejor del desastre. Escrita en 1952, pero no publicada hasta 1985, Queer, en una segunda, tercera, otra lectura, sigue siendo un veh¨ªculo de tortura y develamiento de la esfinge.
Dice Oliver Harris (que prologa la edici¨®n y es adem¨¢s el editor de las cartas de William S. Burroughs y de otros estudios sobre el escritor) que ¡°puesto que no hay libros heterosexuales en la obra de William S.?Burroughs ¡ªcualquiera de ellos pod¨ªa llamarse Queer¡ª, su segunda novela es perversamente t¨ªpica¡¡±, a lo que puede agregarse, y esclarecedora en sus propias tinieblas. Esto, tambi¨¦n en cuanto al t¨ªtulo, pero en la sustancia, si hay un libro nada reivindicativo o militante (cosas que horrorizaban al autor) ese es precisamente Queer, muy al contrario, para que con una fr¨ªa y mal¨¦vola conciencia ir¨®nica se tire piedras a su propio tejado de vidrio desde la primera p¨¢gina hasta la ¨²ltima.
Ese era William S. Burroughs, un maestro del descreimiento y la desilusi¨®n, de los viajes a ninguna parte y las canciones que se interrumpen solas para dar paso al m¨¢s elocuente de los silencios, el vac¨ªo. Lo mejor que dice Harris en su educativo texto es que Queer es un libro pol¨ªtico, porque de hecho, en su margen, la revelaci¨®n es pol¨ªtica radical, quiz¨¢ el ejemplo de desintegraci¨®n m¨¢s mort¨ªfero (?y nada sutil!) de la literatura de su tiempo, mil veces imitado, nunca superado. Muy a su pesar, Queer conserva un podio en ¡°la tradici¨®n literaria gay¡± (Harris), pero lo trasciende aut¨®nomamente, y toda esa intrincada (y a veces incomprensible) mandanga de ¡°m¨¦todo heterosexual versus novela homosexual¡± resulta est¨¦ril.
Descarnado, radical en la aparente simpleza de las l¨ªneas (a fin de cuentas, su manera de dibujar literariamente es b¨¢sicamente amarga y desangelada), William S. Burroughs sab¨ªa que con Queer tocaba al menos uno de sus techos, el de vidrio.
A
Ayahuasca: meta y substancia, ver Cartas de la ayahuasca (1963). ¡°Me siento dispuesto a irme al Sur en busca del ¨¦xtasis ilimitado que se abre en vez de cerrarse como la droga. El ¨¦xtasis es ver las cosas desde un ¨¢ngulo especial. Tal vez encuentre en la ayahuasca lo que he estado buscando en la hero¨ªna, la yerba y la coca. Tal vez encuentre el ¨¦xtasis¡±.
B
Bala: ¡°El libro est¨¢ motivado y formado por un acontecimiento que nunca se menciona, que de hecho se elude cuidadosamente: la muerte accidental por un disparo de mi mujer, Joan, en septiembre de 1951¡± (¡) ¡°Todo me lleva a la atroz conclusi¨®n de que jam¨¢s habr¨ªa sido escritor sin la muerte de Joan¡±. [Introducci¨®n a la edici¨®n de Queer de 1985].
Bar: hay muchos bares en la obra de W. S. B. dir¨ªase que junto a las s¨®rdidas habitaciones de hoteles baratos son el escenario predilecto para la ¡°no acci¨®n¡±, a la manera de los cuadros de Hopper, como esta descripci¨®n del Cuba, un bar que ¡°por dentro parec¨ªa el escenario para un ballet surrealista¡±, con ¡°sirenas andr¨®ginas y peces inquietantes¡±.
C?
Cartas: relata Harris que en una misiva a Allen Ginsberg, en ese momento fungiendo como su agente literario, le expresa que guarde sus cartas para ¡°un libro futuro, cuando sea famoso¡±.
D
Danza: la descripci¨®n gore de la muerte de Isadora Duncan: ¡°En el Hispano-Suiza de Duc de Ventre cuando sus colgantes hemorroides saltaron del coche y se enrollaron en la rueda trasera¡±.
Droga: peyote, marihuana, hero¨ªna, coca¨ªna¡ la lista de W. S. B. es tan rigurosa y exhaustiva como la de la DEA. ¡°Un toxic¨®mano respeta poco su imagen. Usa la ropa m¨¢s sucia y gastada y no siente ninguna necesidad de llamar la atenci¨®n. Durante mi periodo de adicci¨®n en T¨¢nger, me conoc¨ªan como ¡®El hombre invisible¡¯. Esta desintegraci¨®n de la propia imagen se traduce a menudo en una sed indiscriminada de im¨¢genes. Billie Holiday dijo que supo que se hab¨ªa desenganchado de la droga cuando dej¨® de ver la televisi¨®n¡±.
H
Hero¨ªna: ¡°Burroughs volvi¨® a consumir caballo durante todo el tiempo que trabaj¨® en Queer¡±. (Harris).
K
Kerouac, Jack: hubo un periodo de retroalimentaci¨®n entre Kerouac y Burroughs (compartieron apartamento), de hecho en 1945 escriben juntos Y los hipop¨®tamos se cocieron en sus tanques. A su manera, se adoraban.
L
Lecturas: Andr¨¦ Gide, Oscar Wilde, Gore Vidal (La ciudad y el pilar de sal); James Barr (Quatrefoil); Fritz Peters (Finist¨¨re); Djuna Barnes (El bosque de la noche); Charles Henry Ford (The young and the evil).
M
M¨¦xico: ¡°M¨¦xico es siniestro y sombr¨ªo y ca¨®tico, con el caos especial de un sue?o¡±. (Carta a Jack Kerouac, mayo 1951).
O
Orfeo: el protagonista de Queer va al cine a ver el Orfeo de Jean Cocteau, pero el paralelismo se entabla con el de Ovidio. Dice Harris: ¡°Aunque el paralelismo con el mito de Orfeo resulta atractivo ¡ªen la versi¨®n de Ovidio (pero no en la de Cocteau), el poeta se siente desgarrado porque despu¨¦s de la muerte de su esposa, Eur¨ªdice, renuncia al amor de las mujeres para dedicarse a los muchachos¡ª, el paralelo entre el destino de Lee y la narraci¨®n de Burroughs demuestra la fuerza cada vez m¨¢s desestabilizadora del deseo en el plano de la escritura misma¡±.
Q
Queer: una novela de s¨ªndrome de abstinencia. El t¨ªtulo fue sugerido por Kerouac en los tiempos del apartamento en el Village en 1952. ¡°Mientras que yo escrib¨ª Yonqui, siento que Queer me escribi¨® a m¨ª¡±.
Y
Yonqui: una novela de adicci¨®n. ¡°Queer es m¨¢s vendible que Yonqui y puede atraer a un p¨²blico m¨¢s amplio. De hecho, es m¨¢s sensacionalista¡±. [Citado por Harris].
Babelia
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