El futuro de la seguridad
No son pocas las utop¨ªas negativas que el cine ha creado recientemente, as¨ª que no es extra?o que se haya vuelto la vista hacia una de las m¨¢s clarividentes del cine moderno
Corren excelentes malos tiempos para las distop¨ªas, para el desarrollo ficticio de sociedades futuras alejadas del ideal en las que, sin embargo, subyazcan elementos con suficiente credibilidad como para poder entreverse que nos vamos directamente a pique. No son pocas las utop¨ªas negativas que el cine (y la televisi¨®n: Black mirror nos acecha) ha creado recientemente, as¨ª que no es extra?o que se haya vuelto la vista hacia una de las m¨¢s clarividentes del cine moderno: aquella Robocop (Paul Verhoeven, 1987) que elucubraba sobre asuntos que se fueron confirmando con prontitud, con la privatizaci¨®n de la seguridad como esencia. S¨®lo hay que pensar en empresas como Blackwater, fundada en 1997, y en medidas como las cercan¨ªsimas tentativas para que los guardias jurados puedan detener e interrogar a gente por la calle, para echarse a temblar. Y aqu¨ª tenemos esta nueva Robocop, versi¨®n 2014, en la que una escena de los primeros minutos, con Teher¨¢n absolutamente pacificado por un ej¨¦rcito de robots, provoca la suficiente estupefacci¨®n como para entreverla como posibilidad no tan remota.
Con continuos gui?os a la cultura de cierta ¨¦lite (los cuadros de Francis Bacon en el despacho del gerifalte, el hecho de que la ley clave se llame Dreyfuss, recordando el m¨ªtico caso sobre las libertades civiles, el Concierto de Aranjuez...), pero tambi¨¦n a la cultura popular (del Hombre de hojalata de El mago de Oz a la canci¨®n de Frank Sinatra), el gui¨®n de este remake tiene el suficiente atractivo como para no desde?ar la reincidencia tem¨¢tica. As¨ª, en la potencia de los dos primeros tercios de la pel¨ªcula colaboran tanto una escritura de buen nivel como el exquisito tratamiento de las elipsis (magn¨ªfico el paso de la bomba contra el oficial de polic¨ªa a tenerlo como robot), as¨ª como la imponente presencia del buen mad doctor que interpreta Gary Oldman.
Eso s¨ª, donde se echa de menos algo m¨¢s de arrojo es en la puesta en escena, sobre todo de las escenas de acci¨®n, compuestas con rutinaria apat¨ªa expresiva por el brasile?o Jos¨¦ Padilha, reclutado por Hollywood tras el ¨¦xito de las dos entregas de Tropa de ¨¦lite. Sin embargo, frente al baj¨®n del ¨²ltimo tercio, m¨¢s convencional, al final se impone la credibilidad de sus planteamientos en materia militar, de seguridad, de justicia e incluso de comunicaci¨®n y marketing, y lo que sobrevuela al acabar la pel¨ªcula es una met¨¢fora que hiere: la explicaci¨®n del cient¨ªfico de la ilusi¨®n del libre albedr¨ªo en el seno del robot-hombre, que cree tener libertad de actuaci¨®n aunque en realidad no la posea, lo que nos puede llevar a replantearnos algunos aspectos de las democracias actuales, en las que al pueblo tambi¨¦n se le otorga esa ilusi¨®n de poder en la toma de decisiones.
Robocop
Direcci¨®n: Jos¨¦ Padilha.
Int¨¦rpretes: Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Samuel L. Jackson.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. EE UU, 2014.
Duraci¨®n: 118 minutos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.