Un oasis bot¨¢nico en Sinaloa

La victoria amaz¨®nica es una planta de la familia de los nen¨²fares, original del r¨ªo Amazonas. Crece sobre el agua, sus hojas pueden alcanzar un metro de di¨¢metro y su flor se abre durante la noche y se cierra en las ma?anas. Tambi¨¦n era la espina clavada en el coraz¨®n de Carlos Murillo Depraect. Ingeniero civil de profesi¨®n y bot¨¢nico por afici¨®n, viaj¨® por numerosos pa¨ªses debido a su trabajo y tambi¨¦n por placer, haci¨¦ndose con una importante colecci¨®n de plantas que instal¨® en Culiac¨¢n (Sinaloa), la ciudad mexicana de la que era originario. Hace casi tres d¨¦cadas, la colecci¨®n se convirti¨® en el jard¨ªn bot¨¢nico de la ciudad. Murillo Depraect consigui¨® palmas, bamb¨²es y cactus, pero la victoria amaz¨®nica se le resisti¨® hasta el final de sus d¨ªas puesto que no parec¨ªa ser compatible con el clima seco de Culiac¨¢n.

Los visitantes que ahora acuden al bot¨¢nico pueden observar las imponentes hojas de la victoria amaz¨®nica flotando en uno de los primeros estanques del recorrido, algo que no pudo hacer su fundador. Despu¨¦s de muchos intentos, han conseguido que la especie se reproduzca por primera vez en M¨¦xico. Es una rareza en el pa¨ªs, donde no se puede observar otro ejemplar, al igual que tambi¨¦n este jard¨ªn bot¨¢nico es singular gracias a la combinaci¨®n entre su colecci¨®n de plantas y su muestra de arte contempor¨¢neo.

El jard¨ªn bot¨¢nico de Culiac¨¢n es un oasis en una ciudad ruidosa en la que predominan las construcciones grises. Diez hect¨¢reas que albergan m¨¢s de 1.000 especies de plantas (el 80% son for¨¢neas) y que permiten pasar del desierto al jard¨ªn tropical. Entre las plantas, aparecen desperdigadas las obras de la colecci¨®n de arte moderno que se funden con el paisaje. Uno, muchas veces, ni las ve. Pero ah¨ª est¨¢ el columpio del mexicano Marco Rountree sobre el que crecen las bugambilias o el armaz¨®n de acero del dan¨¦s Olafur Eliasson bautizado como The flower archway (el arco de las flores).

¡°La conjugaci¨®n entre la naturaleza y el arte contempor¨¢neo producen una oferta que no tiene comparaci¨®n en M¨¦xico¡±, explica Carlos Murillo Michel, director de la Sociedad Bot¨¢nica y zool¨®gica de Sinaloa - de quien depende el jard¨ªn - e hijo de su fundador, el ingeniero Murillo. ¡°El arte contempor¨¢neo propone reflexiones sobre temas de actualidad. Creemos que nuestro jard¨ªn puede ser un elemento generador de cambio y de impacto social en una ciudad con una idiosincrasia muy particular¡±.

Idiosincrasia es el eufemismo que Carlos Murillo utiliza para referirse al narco. Culiac¨¢n es la capital de la narcocultura y est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la historia del c¨¢rtel de Sinaloa, liderado por el todopoderoso Chapo Guzm¨¢n, hasta que fue detenido el pasado mes de febrero. ¡°Una apuesta tan importante como la nuestra ayuda a refrescar la percepci¨®n de la ciudad hacia el exterior¡±, dice Murillo.

La colecci¨®n de arte contempor¨¢neo est¨¢ formada por las obras - algunas a¨²n en instalaci¨®n - de 37 artistas de varias nacionalidades. Tambi¨¦n los hay locales, como Teresa Margolles, natural de Culiac¨¢n. Su obra est¨¢ impregnada por la denuncia contra la violencia y su aportaci¨®n al bot¨¢nico de la ciudad es un conjunto de bancas de ¡°cemento mezclado con el agua en el que se lavaron cad¨¢veres de personas asesinadas¡±, como dice en su inscripci¨®n. Las obras se eligieron bajo la curadur¨ªa del mexicano Patrick Charpenel, director del recientemente inaugurado Museo Jumex - una ambiciosa apuesta que quiere poner a M¨¦xico en el mapa del arte contempor¨¢neo - y pertenecen a la colecci¨®n del matrimonio formado por Agust¨ªn e Isabel Coppel. Agust¨ªn Coppel es el hombre al frente de la cadena de grandes almacenes mexicanos que llevan su apellido. Tambi¨¦n natural de Culiac¨¢n y miembro del Patronato que gestiona el jard¨ªn de la ciudad, es uno de los promotores? - junto a Carlos Murillo -? de la apuesta por la fusi¨®n entre el bot¨¢nico y el arte contempor¨¢neo y a la vez accesible para los visitantes.

Durante a?os, el Volkswagen Beetle (o escarabajo) fue uno de los modelos m¨¢s habituales en las carreteras mexicanas. Conocido como vocho, en 2003 se fabric¨® el ¨²ltimo en todo el mundo en una f¨¢brica del Estado de Puebla. El artista belga Francis Al?s se mov¨ªa en su vocho del 91 por M¨¦xico DF y decidi¨® que la mejor manera de honrar la memoria de este s¨ªmbolo era que no acabara en un desguace. As¨ª, condujo hasta Culiac¨¢n y estrell¨® el veh¨ªculo contra un ejemplar de Huanacaxtle u ¡°oreja de elefante¡±, un ¨¢rbol grande y alto con un tronco ancho que crece en el jard¨ªn bot¨¢nico. La naturaleza, imparable, ha comenzado a colonizar la carrocer¨ªa. Las plantas trepan y se cuelan por las ventanillas hasta los asientos. ¡°Alg¨²n d¨ªa, dentro de no mucho, el veh¨ªculo estar¨¢ completamente cubierto por las plantas¡±, explica la gu¨ªa del jard¨ªn. Francis Al?s bautiz¨® su obra como Game Over.