Picaresca
En el caso de la ropa usada hace ya tiempo que ven¨ªa siendo sospechosa la magnitud del esfuerzo solidario
El Equipo de investigaci¨®n de La Sexta se entretuvo en su ¨²ltima emisi¨®n en perseguir el destino de los contenedores de ropa usada que decoran nuestras calles. En Espa?a, cada vez que alguien se dedica a investigar d¨®nde van los contenedores nos da una sorpresa desagradable. Pas¨® con las plantas de reciclado de basura y ha pasado hasta con muchos bancos, que eran contenedores de nuestros ahorros, pero resulta que jugaban a otra cosa. En el caso de la ropa usada hace ya tiempo que ven¨ªa siendo sospechosa la magnitud del esfuerzo solidario, donde cada semana alguien informa en tu portal de que pasar¨¢n a recoger ropa usada y no es raro que en las calles de tu barrio convivan varios contenedores con lemas cargados de buenos sentimientos, que se ofrecen a solucionar los problemas de los m¨¢s desfavorecidos a cambio de tu ropa sobrante.
Durante el programa pudimos comprobar que algunos Ayuntamientos ya tienen bastante con cobrar una tasa por contenedor y prefieren no hurgar en el asunto. El uso que se haga de la recogida les resulta indiferente. Por tanto, no es raro que los m¨¢s avispados dejen sus contenedores de fabricaci¨®n propia en alg¨²n esquinazo frecuentado y pasen a recoger la mercanc¨ªa. Mucha de ella no llega al destino imaginado por el donante. Es algo as¨ª como si donaras sangre y en lugar de terminar en las unidades precisas de los hospitales, se vendiera embotellada en barras de bar. Desde empresas internacionales de grandes proporciones a peque?os depredadores, la ropa usada es un negociete incruento que alimenta mercadillos de medio mundo y que arropa bien poco a los m¨¢s necesitados.
Por el camino queda la certeza de que el ciudadano no puede continuar instalado en la ingenuidad. Si en el gesto de donar su ropa usada hay algo m¨¢s ambicioso que liberar espacio en su armario, har¨ªa bien en informarse con cautela y conocer el destino de las prendas. Aqu¨ª tambi¨¦n la informaci¨®n es una responsabilidad personal. La buena intenci¨®n cuando se delega en manos inapropiadas se convierte en una espiral turbia. Y si alguien piensa que la picaresca fue un g¨¦nero literario de la vieja novel¨ªstica espa?ola va muy desencaminado. La picaresca es una rama de las m¨¢s modernas escuelas de negocio.
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