Paco de Luc¨ªa, nuestro ¨²ltimo t¨®tem
Lleg¨® siendo un ni?o a la vanguardia y se ha ido en vanguardia. En el flamenco existe un antes y despu¨¦s del guitarrista
Lleg¨® siendo un ni?o a la vanguardia y se nos ha ido en vanguardia. Jam¨¢s se conoci¨® en el flamenco un caso semejante, y pocos en la historia del arte. Apenas hace un mes nos hab¨ªa dicho adi¨®s su mentor F¨¦lix Grande. Porque, recu¨¦rdese, un talento descomunal como el de Paco de Luc¨ªa, necesit¨® en Espa?a de voces entregadas a la causa para que los o¨ªdos patrios se enterasen de lo que es bueno, cuando ya el mundo lo sab¨ªa. Adolescente se fue a hacer camino por el globo y desde entonces fue ciudadano universal y patrimonio de la humanidad.
En el flamenco existe un antes y un despu¨¦s de Paco de Luc¨ªa. Es m¨¢s, existen varios antes y despu¨¦s, porque el genio algecire?o le ha dado varias vueltas de tuerca al g¨¦nero. ?l tom¨® una guitarra salerosa pero musicalmente escueta, y la visti¨® de armon¨ªa. Se inspir¨® en los acordes de la bossa nova para esta primera revoluci¨®n, que en Fuente y caudal (1973) alcanza su cresta y le acarrea la fama que siempre le agobi¨®.
Inventaba entonces el hit flamenco con la rumba Entre dos aguas. Todos van a su estela. Para llegar a este plazo el infante Paquito hab¨ªa aprendido a ta?er siguiendo la escuela del Ni?o Ricardo, m¨¢ximo representante de la guitarra flamenca en Espa?a, pero en Nueva York conoce a Sabicas, el rey del flamenco planetario, y descubre, como Col¨®n, un nuevo mundo de ins¨®lito virtuosismo que hace suyo y lleva a un m¨¢s all¨¢. Viajando dar¨¢ con dem¨¢s conceptos musicales que sabr¨¢ incorporar a su lenguaje, haci¨¦ndolo m¨¢s rico pero sin perder nunca su acento andaluz o la idiosincrasia jonda. Es ahora el tiempo del jazz, del Chiquito Corea o McLaughlin, de la formaci¨®n de su Sextet ¡ªguitarras, cante, bajo, vientos, percusi¨®n y baile¡ª y del descubrimiento en Per¨² del caj¨®n.
Acababa de rubricar un disco dedicado a la copla, otra de sus pasiones
Todos a la zaga conforman grupos alternativos y marchan a comp¨¢s del caj¨®n. Reinventar¨¢ despu¨¦s, con soniquete estratosf¨¦rico, el toque por alegr¨ªas, por tangos, por tanguillos o por buler¨ªas, en Siroco (1987), y ya nadie tocar¨¢ a la pret¨¦rita manera. Mientras, le cedi¨® su aire flamenco a la m¨²sica de Manuel de Falla, e interpretar¨¢ ¨ªntegra la partitura del Concierto de Aranjuez; quiero decir, nota a nota, sin saltarse ninguna como es habitual.
Cantaor frustrado que era, tal vez lo m¨¢s entra?able de su carrera va unido a la de su hermano Camar¨®n. Los dos gaditanos sagitarios coronaron unidos de la mano el pico m¨¢s alto de la belleza y la perfecci¨®n flamencas, tray¨¦ndose a su terreno un sin fin de admiradores de toda condici¨®n y plet¨®ricos de juventud. Como concertista supo Paco lograr para la sonanta, el espacio y la categor¨ªa merecidas y, por vez primera, tras su imagen, naci¨® una generaci¨®n que quiso ser guitarrista antes que cantaor.
Acababa de rubricar un disco a la copla dedicado, otra de sus pasiones confesadas. Es su ¨²ltimo regalo, que est¨¢n envolviendo. ?l era nuestro ¨²ltimo t¨®tem.
Con todo, les confesar¨¦ una cosa: No me lo puedo creer. Todos estamos igual.
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