Vera Chytilov¨¢, renovadora del cine europeo
La directora checoslovaca film¨® ¡®Las margaritas¡¯, pel¨ªcula ¨¦tica y est¨¦ticamente rompedora en su ¨¦poca y censurada durante a?os
El mi¨¦rcoles pasado, a los 85 a?os, falleci¨® en Praga la directora de cine checa Vera Chytilov¨¢, que en los a?os sesenta sorprendi¨® en festivales internacionales con su provocadora pel¨ªcula Las margaritas (1966), prohibida durante a?os por la la censura checoslovaca. Los premios obtenidos en el festival italiano de B¨¦rgamo, entonces cuna del nuevo cine europeo, sacaron al filme del anonimato. En Espa?a se estren¨® con ¨¦xito, aunque Chytilov¨¢ solo volvi¨® a las carteleras espa?olas con otra pel¨ªcula, como ocurri¨® en otros pa¨ªses.
Las margaritas expon¨ªa las situaciones vividas por dos muchachas gamberras dispuestas a convivir con la corrupci¨®n moral reinante, corrompi¨¦ndose ellas al mismo tiempo, un planteamiento que atentaba contra los esquemas morales del socialismo sovi¨¦tico, aunque en definitiva, vista hoy, sea una pel¨ªcula de corte ingenuo, si bien formalmente vanguardista, algo que tampoco le ayud¨® para ser tolerada en su pa¨ªs. ¡°Hemos abandonado el naturalismo porque ese camino no conduc¨ªa a ninguna parte¡±, declar¨® entonces la cineasta.
Chytilov¨¢ sufri¨® los embates censores vi¨¦ndose incluso obligada a firmar algunas de sus producciones posteriores con el nombre de su marido, Jaroslav Kucera, lo que contradec¨ªa su feminismo militante. Lleg¨® a escribir una carta al presidente del Gobierno Gust¨¢v Hus¨¢k reivindicando sus derechos como ciudadana que cre¨ªa en el comunismo, lo que le permiti¨® realizar m¨¢s tarde otra de sus pel¨ªculas notables, El juego de la manzana (1977), el otro filme que tambi¨¦n estren¨® en Espa?a.
Sin embargo, la irrupci¨®n de los tanques sovi¨¦ticos en 1968 durante la llamada Primavera de Praga hab¨ªa dado al traste en buena medida con su prometedora carrera. Aunque sigui¨® realizando pel¨ªculas hasta 2006 ¡ªcasi veinte largometrajes¡ª su estrella qued¨® truncada. No quiso abandonar su pa¨ªs como otros contempor¨¢neos suyos, Milos Forman a la cabeza, que logr¨® triunfar en Hollywood y gan¨® varios Oscar.
Aquellas dos trasgresoras margaritas que engatusaban a hombres casados para ser invitadas a comer o que se re¨ªan de sus viejunas ganas de amor convulsionaron en fondo y forma el cine europeo de los ¨²ltimos a?os sesenta, como tambi¨¦n sucedi¨® con buena parte del cine de otros pa¨ªses del Este en el que a la experimentaci¨®n cin¨¦fila se un¨ªa una revoluci¨®n moral y pol¨ªtica, truncada por la censura.
Chytilov¨¢, combativa y en¨¦rgica, sigui¨® siendo uno de los pinares de la renovaci¨®n cinematogr¨¢fico, aunque en el resto del mundo no pudi¨¦ramos ver su trabajo. Con ella desaparece una ¨¦poca, como recientemente ocurri¨® en el cine h¨²ngaro con la reciente muerte de Miklos Jancs¨®. Ambos cineastas merecen una revisi¨®n, tanto por su propia obra como porque casi todo lo subversivo est¨¢ por volver o redescubrirse.
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