Lima, capital de la literatura
El escritor Mario Vargas Llosa y el secretario de estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, abogan por la literatura contra el estancamiento y la enajenaci¨®n de la sociedad
El escritor y premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, inaugur¨® la tarde del lunes las actividades por la primera edici¨®n del Premio Bienal de Novela que lleva su nombre, y enfoc¨® su pensamiento en la educaci¨®n, argumentando que la ense?anza de habilidades pr¨¢cticas no debe ir en detrimento de las humanidades.
¡°La educaci¨®n ha pasado a ser una preocupaci¨®n central de nuestro tiempo, pero no piensen que sacrificando las actividades aparentemente impr¨¢cticas como las humanidades se puede conseguir m¨¢s r¨¢pidamente el progreso. Se puede conseguir un mundo de especialistas de t¨¦cnicos, de aut¨®matas manipulables, un mundo que puede ser f¨¢cilmente enajenado por los poderes de este mundo, algo que es mucho m¨¢s dif¨ªcil de conseguir de una sociedad impregnada de esa supuesta irrealidad que es el mundo paralelo de la literatura¡±, dijo en el Museo de Arte Contempor¨¢neo en la zona sur de Lima.
¡°Tenemos que impregnar nuestras sociedades de literatura, soy un convencido de que la literatura es un ingrediente fundamental de un ciudadano de una sociedad moderna¡±, a?adi¨®.
El novelista peruano coment¨® que era la primera vez que se encontraba en Lima, con amigos y colegas escritores a quienes suele ver en otros pa¨ªses. ¡°Son tantos que creo que por unos d¨ªas Lima es la capital de la literatura¡±, sugiri¨®.
El Bienal de Novela y el programa de mesas redondas en torno al concurso han sido una iniciativa del grupo empresarial peruano Hoschild, la C¨¢tedra Vargas Llosa y Acci¨®n Cultural Espa?ola, entre varias otras instituciones.
Vargas Llosa sostuvo que ¡°la literatura no es est¨¦ril. Puede parecer una actividad puramente placentera, una especie de anestesia del esp¨ªritu que se aparta del mundo de lo real, pero esa operaci¨®n tiene consecuencias enormes y valiosas en la vida real, sobre todo para las sociedades que no quieren quedarse estancadas y caer en el conformismo, y mantenerse vivas, cr¨ªticas, renovadoras, creativas¡±.
En un tono similar, el secretario de Estado espa?ol de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lasalle argument¨® sobre el valor de la literatura.
¡°Quiz¨¢ (la literatura) nos permita combatir esa otra barbarie silenciosa que est¨¢ probablemente en manos de la cosmovisi¨®n que convierte a los seres humanos en artefactos, pasando tantas horas en el ordenador, sumergidos en una pantalla, incapaces de comprender la propia realidad, porque necesitamos surfearla, sin entrar nunca en el meollo de la propia cotidianidad que est¨¢ a nuestras espaldas¡±, opin¨® Lassalle.
¡°Eso es lo que de alguna manera nos est¨¢ minando en nuestra propia dignidad humana y, sobre todo, en nuestra propia pulsi¨®n de seres sensibles y que es lo que precisamente nos hace todos los d¨ªas posible la literatura. Los libros que nos dan la libertad para ser cr¨ªticos y para ser humanos. Necesitamos una revoluci¨®n de lo sensible y la literatura puede protagonizarla¡±, a?adi¨® el secretario de Estado.
¡°Me preocupa la desertificaci¨®n cultural que erradica los santuarios y los reductos human¨ªsticos que todav¨ªa subyacen bajo la fisonom¨ªa humana y que favorecen la mutaci¨®n que est¨¢ en el rostro de una barbarie que sustituye la reflexi¨®n, que niega la autoridad epist¨¦mica del conocimiento, que hace transversal lo que exige jerarqu¨ªa de valores, jerarqu¨ªa intelectual; que extingue la identidad sensible. Creo que eso debe preocuparle a la literatura¡±, sugiri¨®.
Lassalle tambi¨¦n dedic¨® un momento al recientemente fallecido Adolfo Su¨¢rez. ¡°Hemos sentido la p¨¦rdida de un pol¨ªtico que fue un escritor de un relato pol¨ªtico -la transici¨®n-. Me gustar¨ªa mencionarlo porque desde la pol¨ªtica tuvo la audacia de tender la mano a la empat¨ªa de quien no piensa como ¨¦l, pero quiere aprender de las razones del otro, para juntos todos escribir juntos el relato de un destino colectivo en com¨²n y en paz¡±.
En el acto inaugural del Bienal de Novela, el narrador peruano Alonso Cueto fue el animador de un di¨¢logo con dos de los tres escritores finalistas, el espa?ol Juan Bonilla y el colombiano Juan Gabriel V¨¢squez, autores de Prohibido entrar sin pantalones y Las reputaciones, respectivamente.
V¨¢squez relat¨® que en sus novelas plantea un tema que le preocupa: ¡°La exploraci¨®n del pasado que no es tan fijo, es m¨®vil. Crecemos y nos educan con la idea de que el pasado est¨¢ escrito en piedra, y luego nos damos cuenta de puede modificarse. Encontramos una foto, una carta y todo sobre lo que hemos construido lo que somos empieza a cambiar, sufre un remez¨®n¡±.
Luego Bonilla dibuj¨® algunos rasgos de su relato finalista, basado en la vida del poeta ruso Vlad¨ªmir Maiakovski. ¡°Los del futurismo ruso cre¨ªan que la poes¨ªa est¨¢ en todas partes. ?l empez¨® como uno de esos autores extra?os del siglo XX: de la nada adquiri¨® verdadero poder porque fue un colaborador muy cercano de Lenin y Trotsky, pero luego de la muerte de Trotsky, Maiakovsky vuelve a la nada. Era un gran poeta cuando jugaba a la contra del poder: la poes¨ªa puede decir algo cuando est¨¢ contra la autoridad competente, sino se vuelve propaganda¡±, agreg¨® el narrador andaluz.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.