Vivir y escribir con una bala en la cabeza
Martin Cruz Smith publica 'Tatiana' primera novela desde que revel¨® que tiene p¨¢rkinson El escritor ocult¨® su enfermedad durante a?os para no ser etiquetado
¡°Cuando en 1995 me fue diagnosticado el p¨¢rkinson me sent¨ª muy infeliz. Entr¨¦ en una fase en la que estaba enfermo, a disgusto y repasando continuamente los errores que hab¨ªa cometido en mi vida. Mi primer impulso fue ignorarlo. Despu¨¦s vino el momento de la verdad: ?a qui¨¦n dec¨ªrselo?. ?Amigos, familiares, editores? Si lo hac¨ªa p¨²blico ser¨ªa etiquetado para siempre como 'El escritor con p¨¢rkinson' ?Qui¨¦n necesita algo as¨ª?¡±. De esta manera cuenta a EL PA?S el escritor Martin Cruz Smith (Reading, Pensilvania, 1942) su lucha contra los efectos m¨¢s indeseables de una enfermedad que cambi¨® su vida, no su trabajo, y que no hizo p¨²blica hasta noviembre de 2013, con la publicaci¨®n de Tatiana, su ¨²ltima obra hasta la fecha que ahora publica en Espa?a ediciones B (traducci¨®n de Javier Guerrero).?
Smith debut¨® con Gorki Park en 1981, un aut¨¦ntico best- seller del thriller de esp¨ªas con adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica incluida y que le dio la fama como escritor de novelas de espionaje en plena guerra fr¨ªa. Tatiana es la octava novela de la protagonizada por Arkady Renko y se inicia con la muerte de un hombre que porta una libreta con notas esenciales para el futuro de Rusia pero que nadie m¨¢s puede leer. ?Un juego? ?Una casualidad? ?Una alusi¨®n a su enfermedad?.?
¡°El menor de mis problemas es lo que la mayor¨ªa de la gente habr¨ªa considerado el mayor: la incapacidad f¨ªsica para escribir con precisi¨®n y rapidez. Pero ah¨ª tuve en mi mujer, Em (de Emily) a alguien dispuesto no solo a ser mis manos sobre el teclado sino tambi¨¦n un c¨®mplice intelectual que ha sido mi primer editor durante d¨¦cadas¡±. Em es quien teclea en esta conversaci¨®n con el autor de Gorki Park realizada en la proximidad tecnol¨®gica y la distancia geogr¨¢fica que separa Madrid del norte de California, donde Smith vive y trabaja.?
Para sus apariciones en p¨²blico ide¨® una postura con la mano en la barbilla, estilo pensador de Rodin, para no llevarlas siempre en los bolsillos
Disimular una enfermedad que provoca evidentes s¨ªntomas f¨ªsicos es complicado. Para sus apariciones en p¨²blico ide¨® una postura con la mano en la barbilla, estilo pensador de Rodin, para no llevarlas siempre en los bolsillos. Las alucinaciones, que se han reducido, no le suponen ning¨²n problema. ¡°Para un escritor, tener alucinaciones es redundante¡±, asegura con el humor de quien est¨¢ acostumbrado a minimizar un mal.
Renko, un polic¨ªa tan perdido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica como en la Rusia actual, honesto y obstinado, criticado por sus jefes por idealista, es un hombre que no porta pistola porque eso le har¨ªa perezoso y absurdo y le llevar¨ªa siempre por la soluci¨®n m¨¢s sencilla de los problemas. Pero, adem¨¢s, tiene una bala alojada en la cabeza, un mecanismo de acci¨®n retardada que puede acabar con su vida en cualquier momento. ¡°Mi mayor problema eran los temblores¡± asegura Smith ¡°pero fueron aliviados en parte gracias a una operaci¨®n llamada ¡°Estimulaci¨®n profunda del cerebro¡± demasiado horrible para ser descrita pero tremendamente efectiva. Ahora, Arkady y yo tenemos una bala en la cabeza. ?Coincidencia? Una pregunta inquietante¡±, remata con malicia sin aclarar la cuesti¨®n.
La Rusia m¨¢s negra
Smith, que reconoce la influencia de los suecos Maj Sjowall y Per Wahloo y del cl¨¢sico Simenon, estuvo a punto de no poder acabar su anterior novela, Tres estaciones, publicada en 2010 durante uno de los peores momentos de su enfermedad y cuando no era de conocimiento p¨²blico. Ahora, a los 71 a?os se siente con fuerza y critica la deriva gore del g¨¦nero negro en la actualidad. ¡°La v¨ªctima ya no es solo asesinada. Ahora es decapitada, destripada¡¡± asegura un escritor que no utiliza casi la violencia a pesar de situar sus novelas en uno de los parajes m¨¢s violentos sobre la Tierra.?
¡°En 1973 estaba investigando sobre un detective estadounidense en Rusia cuando me di cuenta de que lo m¨¢s interesante era escribir sobre un detective ruso en Rusia. Despu¨¦s del colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica Rusia sigue cambiando y creo que merece la pena seguir escribiendo sobre ello¡±, cuenta con un halo de pesimismo cuando se le pregunta por la Rusia actual. La clave est¨¢, siempre, en la esperanza. ?Pueden existir personajes como Arkady u otros luchadores activos por la verdad y la democracia, o al menos por cierto sentido de la justicia, que pueblan sus libros? ¡°Por supuesto¡±, contesta, ¡°la prueba la encontramos en Anna Politkovskaya, la periodista en la que est¨¢ inspirada Tatiana¡±.
La obra ha recibido excelentes cr¨ªticas en EE UU por ser, sobre todo, un excelente veh¨ªculo literario para contar los problemas, presentes y eternos, de Rusia. No faltan oligarcas corruptos y corruptores, un Estado monstruoso e ineficiente y una violencia soterrada y perpetua. Y luchadores por la dignidad como Arkady Renko. ¡°Renko est¨¢ cansado, pero nunca estar¨¢ exhausto. Debe cuidarse mejor¡±, finaliza. Nunca sabremos si esa frase es de Smith o autor¨ªa de Em, la otra mitad de este hombre y de su lucha por ser un escritor corriente y sin etiquetas y seguir en la brecha.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.