Thomas Struth: ¡°El mercado del arte me genera mucha presi¨®n y rivalidad¡±
El fot¨®grafo alem¨¢n, uno de los m¨¢s relevantes de la contemporaneidad, habla en una rara entrevista sobre su obra
Son im¨¢genes fr¨ªas. Como un hielo recorriendo la columna vertebral. Un barroco sistema de cirug¨ªa envuelve en pl¨¢stico y metal a un enfermo, la irreal presencia del parque de atracciones de Anaheim (California), donde Walt Disney inaugur¨® su primer Disneyland all¨¢ por 1955, las futuristas instalaciones del Instituto Tecnol¨®gico de Georgia (Atlanta, Estados Unidos), en las cuales se dise?an robots que miran al hombre o una calle perdida en alg¨²n recodo de San Petersburgo (Rusia). Estos son los nolugares que Thomas Struth (Geldern, Alemania, 1954) retrata en su ¨²ltima exposici¨®n en la galer¨ªa berlinesa Max Hetzler. El artista alem¨¢n ¡ªquien junto a nombres como Jeff Wall y Andreas Gursky est¨¢ considerado uno de los principales fot¨®grafos contempor¨¢neos¡ª dispara su m¨¢quina contra el tiempo y traba una historia com¨²n a trav¨¦s de im¨¢genes muy distintas. Aunque solo en apariencia. Comparten un camino: ¡°La imaginaci¨®n¡±, apunta Struth, a quien quiz¨¢ recuerden como el primer fot¨®grafo que expuso, en 2007, en el Prado. Una manera de presenciar la realidad que para el artista tiene estructura de fotograf¨ªas de gran formato. Algunas de ellas ¡ªen un mano a mano con la escultora Cristina Iglesias¡ª llegar¨¢n a partir del pr¨®ximo 28 de mayo a la galer¨ªa madrile?a Ivorypress bajo el t¨ªtulo On Reality. Empecemos por Alemania.
Pregunta. ?Qu¨¦ nos puede contar sobre su exposici¨®n en Berl¨ªn?
Respuesta. La exposici¨®n tiene unas 15 im¨¢genes. De las cuales seis corresponden a fotograf¨ªas que tome en Disneyland (Anaheim, California) en abril del a?o pasado. La historia de estas im¨¢genes es larga. La idea surge en 2008 e hice las primeras pruebas durante 2009. Me llev¨® mucho tiempo ver las posibilidades reales que hab¨ªa. Si se fija semejan construcciones muy reales pero son falsas. Est¨¢n construidas. Son artificiales. De hecho, algunos lugares parecen fantas¨ªas. Extra?as construcciones elaboradas por el cerebro que se transforman en formas esculturales reales. Me interesa mucho la imaginaci¨®n y c¨®mo la materializamos.
La fotograf¨ªa a¨²n es una manera excepcional de comunicar¡±
En la muestra tambi¨¦n hay dos fotos de arquitectura de San Petersburgo (Rusia), y ambas son de 2005. Pero nunca las hab¨ªa mostrado en un contexto tan extenso como en la exposici¨®n de Berl¨ªn. Adem¨¢s el visitante puede hallar fotograf¨ªas de espacios cient¨ªficos y tecnol¨®gicos, una operaci¨®n m¨¦dica realizada con un robot quir¨²rgico y una imagen de las instalaciones del Centro de Investigaci¨®n y Restauraci¨®n de los Museos de Francia.
P. Las im¨¢genes son tan distintas entre s¨ª que parece dif¨ªcil hallar alguna relaci¨®n.
Me gusta que una imagen m¨ªa consiga un buen precio¡±
R. Estoy interesado en las im¨¢genes que habitan en nuestro cerebro, que llevamos en ¨¦l. Ya sea cuando so?amos o cuando recordamos algo; el archivo mental. Tambi¨¦n me atrae la imaginaci¨®n mirando hacia el futuro. Lo que imaginamos que podr¨ªamos crear. Y, desde luego, envolvi¨¦ndolo todo: la comunicaci¨®n. Cuando hablamos con alguien, imaginamos. Incluso si hablemos de lo mismo, las im¨¢genes que creamos son diferentes. Su combinaci¨®n genera una ambig¨¹edad, una oscilaci¨®n¡ Ese es el territorio que me interesa.
P. Con tanta sobreexposici¨®n, ?ha perdido la fotograf¨ªa su credibilidad?
R. No lo creo. No ha perdido para nada su funci¨®n. Es cierto que hay mucha gente que fotograf¨ªa, pero todav¨ªa es una manera excepcional y ¨²nica de comunicaci¨®n.
P. ?C¨®mo ha influido su formaci¨®n pict¨®rica en su trabajo?
R. La pintura y el dibujo me ense?aron composici¨®n y jerarqu¨ªa. Creo que tuvo su impacto al igual que la sensibilidad visual. Tengo una fuerte memoria visual y vi mucha pintura antes de empezar a fotografiar. Todo esto se ha fundido e influye en mi trabajo.
P. ?Y el estado de ¨¢nimo le afecta cuando fotograf¨ªa? Su trabajo tiene fama de fr¨ªo.
R. No demasiado. Pero tengo que sentir una especie de antojo. No puedo fotografiar si no me siento con ganas de construir una imagen.
P. ?Ve cosas distintas cuando fotograf¨ªa Tokio o Shangh¨¢i, D¨¹sseldorf o Nueva York?
R. No. Mi forma de observar es muy anal¨ªtica y se mantiene igual independientemente de donde me encuentre.
P. ?Retoca digitalmente sus fotograf¨ªas?
Hoy todo tiene que ser nuevo, nuevo, nuevo¡±
R. Normalmente no. Creo la mayor¨ªa de mis fotograf¨ªas en la c¨¢mara y en los ¨²ltimos cinco a?os empec¨¦ a escanear, algunas veces, las placas. Y trabajo sobre esa definici¨®n, el contraste y filtrando parcialmente un color en el ordenador, porque me ofrece m¨¢s posibilidades. Pero, por ejemplo, nunca elimino personas de un negativo.
P. ?Cu¨¢nto tiempo tarda en tomar una fotograf¨ªa? ?Por ejemplo, las de Disneyland?
R. En esas seis fotos trabaj¨¦ ocho d¨ªas, pero la idea, como le he comentado, procede de 2008.
P. ?C¨®mo elige los temas que fotograf¨ªa? ?Los busca o le encuentran?
R. Es dif¨ªcil explicarlo. En el caso de Disneyland proced¨ªa de una idea filos¨®fica anterior. Luego, cuando voy a los espacios, intento ver qu¨¦ lugares me sirven para lo que quiero narrar.
P. ?C¨®mo reacciona cuando una fotograf¨ªa suya en subasta se vende por m¨¢s de 700.000 euros?
R. Me gusta que una imagen m¨ªa consiga un buen precio. De todas formas vivimos una ¨¦poca en la que personas que no tienen ni 30 a?os, como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ganan cientos de millones de d¨®lares. Las proporciones monetarias de nuestro tiempo se han vuelto locas. ?Por qu¨¦ el arte deber¨ªa ser una excepci¨®n?
P. Entonces, ?cu¨¢l es su visi¨®n del mercado del arte?
La exposici¨®n en Ivorypress crear¨¢ una realidad fascinante¡±
R. Forma parte del juego. Me da muchas posibilidades pero tambi¨¦n me genera mucha presi¨®n, competencia y rivalidad. El mercado actualmente es muy grande en comparaci¨®n a hace tres d¨¦cadas, cuando empec¨¦ a trabajar. Ahora es un negocio inmenso, aunque tambi¨¦n lo era en tiempos de Picasso. Hoy en d¨ªa hay un deseo tremendo por artistas j¨®venes; nuevos artistas y nuevas obras. Todo tiene que ser nuevo, nuevo, nuevo.
P. ?Tiene alguna relaci¨®n especial con los coleccionistas?
R. Varios se han convertido en amigos, pero pocos. Dir¨ªa que cuatro o cinco. Son personas que han comprado mis trabajos de forma continuada a lo largo de los a?os.
P. En mayo tiene prevista una exposici¨®n (On Reality), junto a la escultura Cristina Iglesias, en la galer¨ªa madrile?a Ivorypress. ?Qu¨¦ veremos?
R. Habr¨¢ varias im¨¢genes que muestro en Berl¨ªn, tres o cuatro fotograf¨ªas de Disneyland y otras de ciencia y tecnolog¨ªa. Tambi¨¦n se ver¨¢n obras de Cristina que tratan sobre el agua. Va a ser una exposici¨®n que crear¨¢ una realidad fascinante y un poco inc¨®moda. Eso es lo que esperamos.
P. ?Pero cree que funcionar¨¢ junto un trabajo tan distinto como el suyo y el de Cristina Iglesias?
R. Conozco a Cristina desde hace mucho tiempo y me encanta su obra. Estuvimos tres d¨ªas en Ivorypress en octubre pasado trabajando sobre el espacio. Viendo cu¨¢ntas piezas necesitar¨ªamos y d¨®nde se deber¨ªan situar. Estoy seguro de que ambos trabajos funcionar¨¢n muy bien.??
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