Tesoros de Crimea en tierra de nadie
Ucrania y la pen¨ªnsula anexionada a Rusia temen perder obras expuestas en ?msterdam El Gobierno holand¨¦s estudia a qui¨¦n devolver las piezas de escitas, hunos y godos
Crimea: oro y secretos del mar Negro, la muestra abierta en el museo arqueol¨®gico Allard Pierson, de la Universidad de ?msterdam, bien podr¨ªa llevar el subt¨ªtulo provisional de Arte en el exilio.Las obras proceden de cinco museos ucranios, cuatro de ellos ubicados en Crimea, y la anexi¨®n de la pen¨ªnsula por parte de Rusia ha complicado su devoluci¨®n. Aunque se trata de una cesi¨®n normal entre centros culturales, la universidad y el Gobierno holand¨¦s estudian ahora ¡°la forma de retornarla a sus leg¨ªtimos due?os¡±. La pregunta es ?ad¨®nde?, porque Crimea y Ucrania las reclaman con igual intensidad.
No puedo precisar el procedimiento legal para el retorno Mikhail Shvydkoi, representante del presidente Putin para la cooperaci¨®n cultural internacional
La comunidad internacional no ha reconocido la anexi¨®n de Crimea, y el oro de Escitia llevado a Holanda, procedente de la antigua regi¨®n euroasi¨¢tica que abarcaba el sur de Rusia y Ucrania, el norte del C¨¢ucaso, y el Bajo Danubio, es m¨¢s preciado que nunca. En Ucrania temen que vaya a parar directamente a la magn¨ªfica Sala Rusa del Hermitage de San Petersburgo, que cuenta asimismo con abundantes restos de tumbas del pueblo escita. Su director, Mikhail Piotrovsky, asegur¨® a la radio nacional que el conjunto debe permanecer en la pen¨ªnsula. Luego dijo que ¡°desde el punto de vista jur¨ªdico, las cosas no est¨¢n tan claras¡±, en una Ucrania escindida desde el pasado 18 de marzo. Una frase ambigua que el Hermitage aclar¨® enseguida. En una nota remitida a la agencia rusa Itar-Tass, se explica: ¡°Ni nuestra sala, ni las dem¨¢s salas rusas, reclamar¨¢n las colecciones de Crimea¡±. El resto del comunicado aclaratorio volv¨ªa a enredar las cosas: ¡°La ¨¦tica marca que los pr¨¦stamos de arte regresen al museo que los guard¨® durante siglos. Las leyes, por otro lado, pueden se?alar como due?o al museo del pa¨ªs que incluye el territorio que las cedi¨®¡±.
El viernes, Mikhail Shvydkoi, representante del presidente Putin para la cooperaci¨®n cultural internacional, quiso zanjar la cuesti¨®n con una advertencia. ¡°No puedo precisar el procedimiento legal para el retorno, porque puede haber varias formas de hacerlo. Pero el conjunto forma parte del patrimonio cultural de la regi¨®n¡±, afirm¨®, a trav¨¦s de la agencia RiaNovosti.
Poco antes, el Ministerio ucranio de Cultura hab¨ªa se?alado que aguardaba el preciado cargamento en Kiev, la capital. Las razones para ello ser¨ªan que su departamento negoci¨® el pr¨¦stamo para la exposici¨®n holandesa, montada antes en Bonn (Alemania). Andrei Malgin, director del Museo de la T¨¢urida (Simfer¨®pol, Crimea), uno de los afectados, pidi¨® lo mismo, pero para su sala. ¡°Puede que haya gente en Kiev que las quiera, pero esperamos aqu¨ª las obras cuando echen el cierre en Holanda, el pr¨®ximo 18 de agosto¡±. En plena confusi¨®n, el Museo de Tesoros Art¨ªsticos de Ucrania desminti¨® que pensara entregar el de Escitia a cambio de un pr¨¦stamo del Fondo Monetario Internacional. ¡°No es cierto¡±, comentaron fuentes del museo.
No tenemos intenci¨®n de quedarnos con nada, pero es un tema complejo? Portavoz del Museo Allard Pierson de ?msterdam
La madeja pol¨ªtica, cada vez m¨¢s gruesa, ha cogido por sorpresa al museo holand¨¦s. Abocado a un ejercicio que amenaza con invocar el derecho internacional, sus portavoces pregonan: ¡°No tenemos intenci¨®n de quedarnos con nada, pero es un tema complejo y lo estudiaremos a fondo¡±. Para los juristas de la Universidad de ?msterdam, y sus colegas de Exteriores, es una aut¨¦ntica patata caliente de la diplomacia cultural, y no pueden soltarla sin conocer su destino. Desde la propia Universidad de ?msterdam admiten que la situaci¨®n es muy complicada: ¡°Estamos en contacto permanente con el museo, con Kiev y con Mosc¨²¡±. El centro holand¨¦s tiene una de las colecciones arqueol¨®gicas m¨¢s importantes del mundo, en especial sobre Egipto, Grecia antigua, el Imperio Romano, los etruscos y Oriente Pr¨®ximo.
La muestra, entretanto, sigue su curso bajo una luz distinta. Con la perspectiva de la anexi¨®n de Crimea a Rusia, puede leerse casi en t¨¦rminos pol¨ªticos. Del casi millar de objetos a la vista, unos 300 llegaron del Museo de la T¨¢urida. El Museo de Historia y Arqueolog¨ªa de Kerch, y el de Bachjisar¨¢i, tambi¨¦n colaboran. En Crimea, todos exponen ¨¢nforas, cer¨¢mica, armaduras, material etnogr¨¢fico (como telas y bordados) y litograf¨ªas.
Cuando el cat¨¢logo subraya ¡°la identidad pol¨ªtica y cultural de Crimea (¡) una pen¨ªnsula escenario de sucesivos dramas hist¨®ricos¡±. Y cuando habla de ¡°Crimea y el mar Negro, que estuvieron y siguen estando en la encrucijada entre Europa y Asia¡±, resulta dif¨ªcil evadirse del trasfondo pol¨ªtico actual. En el Allard Pierson han hecho un gran esfuerzo por ¡°revisar la trayectoria de escitas, hunos y godos, llamados err¨®neamente b¨¢rbaros durante siglos¡±. Unas cajas de laca china, llegadas a Crimea a trav¨¦s de la Ruta de la Seda en tiempo de los Romanos (siglo I a.C.), evocan hoy caminos m¨¢s dif¨ªciles de transitar, si cabe.
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