?El mejor?
Gritan los descerebrados intentando ahuyentar su pavor ante el coloso: ¡°Messi es subnormal¡±. Denigran a alguien que nos est¨¢ regalando un arte sublime
Veo a un hombre peque?ito con un bal¨®n en sus pies, sabiendo que es el incontestable due?o de ese universo presuntamente futbol¨ªstico pero que ante todo es un negocio de siempre, alimentado de arte y de pasi¨®n, incluidos millones de perdedores en su vida cotidiana que aspiran a ser ganadores si triunfa el club en el que han depositado sus sue?os. Y escucho un grito popularizado y pat¨¦tico, que nace en esos descerebrados con pedigr¨ª o joveznos de ultrasur enfrentados por algo tan corrupto como la venta de golosas entradas que les regalaba a los patri¨®ticos centuriones el club de sus entra?as, cuando aparece el mago.
Gritan con enga?osa seguridad, intentando ahuyentar su pavor ante el coloso: ¡°Messi es subnormal¡±. Denigran con ese calificativo tan improbable a alguien que nos est¨¢ regalando un arte sublime e irrepetible, que solo se muestra persuasivo y esplendoroso ejerciendo su trabajo. Le comparan grotescamente, intentando insultar a lo evidente, con ese pavo adornado de gomina, cuya expresividad y rasgos externos no se caracterizan por nada magn¨¦tico, que responde con frases huecas y previsibles como el m¨¢s tonto de la tribu, que, a diferencia de Messi, es un jugador excelente, pero no genial, llamado Cristiano Ronaldo. Ese ganador frecuentemente pat¨¦tico que escarba en el suelo cuando su lanzamiento de la falta se va al cielo, echa la culpa a sus compa?eros, escupe al aire para justificar sus fallos, ese fulano tan desarmantemente est¨²pido y sincero, convencido de que los que le detestan es debido a la envidia, a que es guapo, rico y jugador extraordinario (no menciona afortunadamente a su preciosa mujer, ser¨ªa excesivo, humillante para esos admiradores que tienen que compartir a perpetuidad su lecho con Conchas forgianas mientras que se masturban mentalmente con sus goles), y es rid¨ªculo.
Y te preguntas c¨®mo es posible que los se?oriales socios no clamen contra un presidente especializado en disparates millonarios, el hombre que ech¨® a Del Bosque, el valedor incondicional de Mourinho, lo m¨¢s abyecto que le ha ocurrido al f¨²tbol, de que hasta el jugador m¨¢s viejo al m¨¢s joven, desde el m¨¢s listo al m¨¢s tonto, repita sonrojantemente cada que vez que le entrevistan la consigna: ¡°Todos sabemos que el Madrid es el mejor del mundo¡±. Y tan contentos.
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