¡°Por sus emociones, el c¨®mic es adecuado para el buen periodismo¡±
Pino Creanza presenta en Espa?a 'Cairo blues', un tebeo que fusiona poes¨ªa y reporterismo para narrar el presente de Egipto

A doble p¨¢gina en splash. El caos urbano de El Cairo en todo su esplendor. Un r¨ªo automovil¨ªstico de muchos meandros y el paisaje de la metr¨®poli salpicado de logotipos del Hilton, DHL o Zabado. Sobre una miniatura de un taxi, dos bocadillos: "Ana min Italiya"; "Ah, Italiya! Pizza, maffia, Birlusconi". El que iba en el taxi, italiano evidentemente, era Pino Creanza (Altamura, 1958), ingeniero y autor de tebeos que ha saltado a la novela gr¨¢fica con Cairo blues (Oriente y Mediterraneo, 2014), un c¨®mic entre el reportaje y la poes¨ªa en vi?etas que describe cu¨¢l es el presente de Egipto y c¨®mo se ha llegado a ¨¦l. Que el formato sea el tebeo nace de la convicci¨®n de este autor en el potencial de este medio: "Pienso que el c¨®mic es adecuado para hacer buen periodismo por la implicaci¨®n emocional que consigue con el lector".
Creanza es sin embargo modesto al valorar lo que ha conseguido en Cairo blues. Para ¨¦l, el verdadero periodismo en vi?etas tiene un h¨¦roe claro: Joe Sacco. "?l vive todas las experiencias que cuenta, como un corresponsal. Yo no he vivido todo lo que cuento. Me he documentado". Pero ha sido una documentaci¨®n muy exhaustiva para plantear una estructura ambiciosa que mezcla todos los g¨¦neros period¨ªsticos: desde el reportaje cl¨¢sico con pinceladas subjetivas hasta las numerosas entrevistas que salpican el conjunto. A veces, estas no han sido realizadas por Creanza, como en su recreaci¨®n en 16 vi?etas de los 4 minutos 36 segundos con los que la activista Asmaa Mahfuz supo levantar a su pa¨ªs el 18 de enero de 2011. "?Yo saldr¨¦ a la calle el 25 de enero y gritar¨¦ 'No' a la corrupci¨®n, 'No' a este r¨¦gimen!", reza el texto de su ¨²ltimo bocadillo en el c¨®mic.
El reportero en vi?etas se enfrenta a desaf¨ªos semejantes al tradicional. Est¨¢ el conseguir y verificar las fuentes, recopilar el material de investigaci¨®n y tambi¨¦n uno de los quid de la cuesti¨®n period¨ªstica, sufrir el calvario de la s¨ªntesis: "Es un enorme esfuerzo. Resumir en cuatro p¨¢ginas un episodio de una situaci¨®n tan rica y compleja". Creanza, consciente de que ¨¦l no es "un narrador profesional", prefiri¨® abordar el conjunto de la situaci¨®n con m¨²ltiples focos, como si de un cuadernillo especial de revista se tratara, en el que caben temas m¨¢s amplios, el seguimiento de c¨®mo se gest¨® la revoluci¨®n pol¨ªtica y la brutal represi¨®n contra ella, a m¨¢s curiosos, como el himen de pl¨¢stico, el remedio para fingir la virginidad prematrimonial que se exige a la mujer y que levant¨® una gran polvareda pol¨ªtica y religiosa. Eso s¨ª, Creanza no deja nunca de romper una lanza por esta v¨ªa alternativa para el reportero: "Un art¨ªculo es probable que, si lo lees entero, solo lo leas una vez. Mientras que en un c¨®mic vuelves a las im¨¢genes, descubres nuevos detalles que te invitan a repasar otra vez la historia".
Cairo blues ¡ªas¨ª se titula tanto por una canci¨®n hom¨®nima del grupo Radiodervish como por el hecho de que el blues hunde sus ra¨ªces en ?frica y es, como El Cairo, "triste y vital a un tiempo"¡ª trata de contar hasta con su estilo, en el que otra vez aparece la humildad (y el sentido de la pr¨¢ctica) de Creanza. Sin carrera de Bellas Artes o experiencia profesional en el tebeo, el creador italiano se invent¨® su propia t¨¦cnica: coger una fotograf¨ªa, pasarla a un programa de retoque digital tipo Photoshop y comenzar a dibujar (digitalmente) sobre ella. "Es algo que le digo siempre a los j¨®venes que no se animan porque no saben dibujar. No hace falta ser un artista, solo querer contar una historia".

El usar fotograf¨ªas le permite al historietista escarbar en otra de sus obsesiones: el detallismo. "Amo el detalle. Sobre todo la arquitectura urbana de los paisajes.Trabajar sobre fotograf¨ªa me lo da todo para que luego pueda decidir qu¨¦ dejo fuera y qu¨¦ dentro". Y as¨ª por las p¨¢ginas de Cairo Blues se suceden espectaculares splash (cuando una vi?eta ocupa la totalidad o gran parte del espacio de dibujo) en el que se puede sentir El Cairo en toda su extensi¨®n o en la m¨¢s ¨ªnfima de sus porciones. Creanza, eso s¨ª, reconoce que le debe mucho a un "padre" creativo. Ese genial doble artista que fue Jean Giraud Moebius. "Hay una vi?eta de ¨¦l que me obsesiona. Te muestra algo muy simple: una figura a caballo y un escenario urbano. Pero dibujado con una extrema minuciosidad. Y es eso precisamente lo que invita a demorarse, a reflexionar, a explicar una situaci¨®n a partir solo de la imagen".
Pero Creanza no se olvida de que el c¨®mic es un medio expresivo, abstracto, pict¨®rico. El color, un sepia a medio camino entre el tono de las arenas del desierto y el gris del cemento urbano, se convierte a su aliado para transmitir no solo la realidad palpable del Cairo, sino tambi¨¦n su esp¨ªritu: "El Cairo son contrastes: c¨¢lido pero polvoriento; vivaz pero inmemorial... Aunque muchos edificios son nuevos, su mantenimiento no es gran cosa. Los ¨¢ngulos se inclinan, las fachadas se degradan y todo adquiere este tono entre el sepia y el gris".
La esencia del c¨®mic es la poes¨ªa". Pino Creanza autor de 'Cairo Blues'.
Lo curioso en un autor tan volcado en reflejar el aqu¨ª y ahora en su trabajo es c¨®mo define el c¨®mic, llegando a afirmar que su esencia es "la poes¨ªa". Aunque de su obra no se atreve a tacharla de l¨ªrica: "No, tanto como que estoy haciendo poes¨ªa, no. Pero s¨ª que me alejo en mi relato de la cr¨®nica pura e intento insuflar a mis textos algo de mi subjetividad, de mis emociones, sobre todo ante mi fascinaci¨®n por El Cairo arquitect¨®nico... A fin de cuentas la poes¨ªa es transmitir el sentimiento de una vivencia". P¨¢gina 27 de Cairo blues: De fondo, la silueta de un barco con su vela al tercio y su pareja de tripulantes. Sobre ella, un poema. T¨ªtulo: El sol de sobretarde. Primeros versos: "El sol postrero de la tarde/ Dora las hojas de las palmeras, oh Nilo./ Y deja un reflejo de belleza so?ada en tu piel".
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