Cantar y actuar en lenguaje de se?as: una zarzuela de int¨¦rpretes sordos llena el teatro m¨¢s grande de Bogot¨¢
Unas 30 personas sin audici¨®n, usualmente excluidas de los proyectos art¨ªsticos, se suben al escenario para adaptar la obra cubana ¡®Mar¨ªa la O¡¯

Vestidas de un rojo intenso, dos mujeres cantan en el escenario del Teatro Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n sobre el futuro l¨²gubre de Mar¨ªa la O, la mulata que acuchill¨® al amor de su vida, el Ni?o Fernando, luego de que ¨¦l se casara con otra. Ana Mar¨ªa Mart¨ªn, arrodillada frente al cad¨¢ver del arist¨®crata, canta en un lenguaje de se?as en¨¦rgico, apasionado: el amor en unos pu?os cruzados sobre el pecho, la ruptura en un coraz¨®n que se derrite. La soprano Gloria Casas, de pie, redobla el desconsuelo. Su voz colma de angustia a la sala teatral m¨¢s grande de Bogot¨¢. Sufren dos protagonistas: una oyente y una sorda. ¡°Mar¨ªa la O, ya no m¨¢s cantar, hora de llorar¡±, ¡°Mar¨ªa la O, todo se acab¨® y jam¨¢s ¨¦l volver¨¢¡±, ¡°Mar¨ªa la O, sue?a en morir¡±.
Mart¨ªn no solo act¨²a, sino que es la creadora de Zarzuela para sordos y oyentes. Cuenta que quiso ser cantante desde que era ni?a y su madre participaba del coro de la iglesia a la que asist¨ªan los domingos. Decidi¨® estudiar m¨²sica en la universidad. Pero algunos de sus compa?eros y profesores pronto le hicieron sentir que hab¨ªa algo mal en ella. ¡°Usted no puede. No canta, no sirve¡±, recuerda que le dec¨ªan. Fue ah¨ª que tom¨® consciencia de las implicaciones de la perdida total de la audici¨®n en su o¨ªdo derecho y el 60% en el izquierdo. Sus compa?eros escuchaban algo distinto a lo que ella percib¨ªa al cantar: le explicaban que no afinaba ni entraba en el tiempo correcto. Hubo momentos de discriminaci¨®n. ¡°Tiene que dedicarse a otra cosa, tiene que aceptar que no puede hacer esto¡±.
La cantante sigui¨® adelante gracias a Casas, la soprano cubana con la que ahora comparte personaje. Era su profesora e insisti¨® en ense?arle. Le comparti¨® t¨¦cnicas para que detectara en los m¨²sculos de su garganta c¨®mo afinar. Ahora, a sus 31 a?os, Mart¨ªn puede cantar. En la obra hay una escena en la que interpreta a Mar¨ªa la O tanto en la parte oralizada como en la de se?as. Para su maestra, presentar esta zarzuela en el teatro m¨¢s grande de Bogot¨¢ es la culminaci¨®n de a?os de trabajo. ¡°El objetivo no era que Ana Mar¨ªa se convirtiera en la mejor cantante del mundo, sino lograr un proyecto de vida. Busc¨¢bamos que pudiera tener un trabajo que tuviera que ver con la m¨²sica¡±, dice en el camerino que comparte con Mart¨ªn.
El siguiente hito fue cambiarse de universidad. Mart¨ªn cuenta que en la Pedag¨®gica Nacional se sinti¨® m¨¢s integrada, conoci¨® a personas sordas y comenz¨® a aprender lenguaje de se?as. ¡°Me empec¨¦ a preguntar c¨®mo ser¨ªa para los dem¨¢s. Si todo esto me hab¨ªa pasado a m¨ª, que soy oralizada, ?c¨®mo ser¨ªa para los sordos profundos que quieren entrar al arte?¡±, relata. Sus nuevos amigos le dijeron que no hab¨ªa espacios para que pudieran ser actores y cantantes, como deseaban. ¡°Sienten la m¨²sica desde el est¨ªmulo visual, de ver a la gente bailar, de sentir las vibraciones en el pecho. Las luces en una discoteca los emocionan¡±, explica Mart¨ªn. Fue entonces que decidi¨® enfocarse en adaptar Mar¨ªa la O, una zarzuela estrenada en La Habana en 1930 y con la que Casas la hab¨ªa encari?ado.
La primera parte de su versi¨®n fue su trabajo de grado en 2020. Analiz¨® por qu¨¦ una escena de la obra era ideal para los sordos: ten¨ªa un ritmo intenso que ellos captaban f¨¢cilmente por las vibraciones y se cantaba en abaku¨¢, un dialecto minoritario de Cuba que tra¨ªa paralelismos de exclusi¨®n. Despu¨¦s, hizo un documental con una beca distrital y conoci¨® a varios bailarines, cantantes y actores que se sumaron al proyecto. En 2024, mientras trabajaba en una escuela en las afueras de Bogot¨¢, gan¨® otra convocatoria distrital para llevar la obra completa al Gait¨¢n durante una noche. Volvi¨® a contactar a sus antiguos compa?eros y sum¨® dos coros: el Tenuto de Juan Trivi?o (oyentes) y el de Manos Blancas de Johana Arias (oyentes y sordos). Ahora, se?ala que Mar¨ªa la O es ideal para su primera gran noche como cantante. ¡°Es una obra cubana, como Gloria [Casas]. Permite honrar todo¡±, dice.
Cantar en se?as
Los camerinos est¨¢n repletos el jueves por la tarde, antes de un ensayo general: hay alrededor de 35 actores oyentes y 30 sordos. Los coristas oyentes, que tambi¨¦n act¨²an, dicen que se adaptaron bien a los ensayos: hubo que ir m¨¢s lento que en otras obras porque hab¨ªa que sincronizar las voces con el lenguaje de se?as, pero valoran que el proceso les ayud¨® a mejorar su expresividad corporal. Jhon Londo?o, en tanto, cuenta en lenguaje de se?as que hace 10 a?os que se suma a toda convocatoria que encuentre disponible para sordos. ¡°El teatro es como una adicci¨®n¡±, dice. Su d¨ªa a d¨ªa es en un dep¨®sito de ropa deportiva. En Mar¨ªa la O se convierte en Ireme, el esp¨ªritu que despierta a los dem¨¢s al inicio de la obra y activa el baile y la m¨²sica.
Johana Arias, en tanto, termina de prepararse en uno de los camerinos. Mientras la maquillan, cuenta que el coro de Manos Blancas tiene 25 ni?os y adolescentes: 9 oyentes y 16 sordos. Explica que la lengua de se?as tiene su propia musicalidad y transmite elementos po¨¦ticos. ¡°No es lo mismo un sordo enojado que uno enamorado. No se mueve igual, su cara no es la misma¡±, apunta. ¡°Mi trabajo no es ponerle se?as a las letras de las canciones. Yo no soy int¨¦rprete. Mi trabajo es agregar la m¨²sica a las se?as: aqu¨ª va m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s lento, m¨¢s grande, m¨¢s peque?o, m¨¢s arriba o m¨¢s abajo¡±, comenta.
La directora del coro, que trabaja con ni?os sordos en colegios de Bogot¨¢ desde 2015, asegura que es estricta. ¡°Les digo: ¡®?Me falta expresi¨®n, me falta expresi¨®n!¡¯. En algunos eso es algo que suena, y por eso les insisto en que abran la boca y articulen. En otros es algo que se ve, y les digo que abran una mano que no se entiende¡±, explica. Enfatiza que poner en valor la lengua de se?as en el escenario es importante para la identidad. ¡°Hace muy visible que alguien es sordo y esa es la idea: mostrar que tiene valor en s¨ª mismo. No queremos hacer que el sordo parezca un oyente, eso ser¨ªa negar qui¨¦n es¡±, resalta.
En el escenario, ensayan una de sus alumnas sordas y una cantante oyente del coro Tenuto: Mar¨ªa Fernanda Zambrano, de 18 a?os, y Luna Melo D¨ªaz, de 26 a?os. Interpretan a la Ni?a Tula, la nieta de un marqu¨¦s y tercera en discordia de un tri¨¢ngulo amoroso con Mar¨ªa la O. Preparan un solo en el que la Tula le pide a un ruise?or que traiga de regreso a su amado. Cantan una al lado de la otra, con c¨®digos que crearon para no ir a destiempo. ¡°Cuando Luna empieza a cantar con la letra A, me hace la letra en la espalda¡±, dice Zambrano en lenguaje de se?as. Melo D¨ªaz a?ade: ¡°Cuando tengo unos ornamentos vocales, Mar¨ªa Fernanda no los escucha. As¨ª que se los pinto en la espalda para que los dibuje en el espacio¡±.
El p¨²blico
Mart¨ªn empez¨® a angustiarse a una semana de la presentaci¨®n, cuando vio que solo se hab¨ªan vendido 150 de m¨¢s de 1.500 entradas. ¡°Llenar este teatro no es f¨¢cil, y menos para un grupo que nadie conoce, con una persona que nadie conoce¡±, explica. Grab¨® un video en el que alertaba que los actores cantar¨ªan ante una platea vac¨ªa y ped¨ªa que se les diera una oportunidad. El mensaje se volvi¨® viral en TikTok, salt¨® a los principales medios de comunicaci¨®n y comenz¨® a circular por grupos de WhatsApp. Las entradas se agotaron en dos d¨ªas y Mart¨ªn comenz¨® a pensar en que la obra puede convertirse en un proyecto de formaci¨®n art¨ªstica a largo plazo.
La noche de la zarzuela, el s¨¢bado 1 de marzo, el teatro est¨¢ repleto. Al comienzo de la funci¨®n, se ve y escucha a una inmensa mayor¨ªa que aplaude con las palmas. Solo algunos alzan y agitan las manos en el aire. Pero las proporciones se invierten a medida que avanza la obra. Sobre el final, ya casi nadie vitorea con aplausos con sonido. Unos cuantos incluso empiezan a golpear el suelo con los zapatos cuando sale Francisco, un sordociego que interpret¨® a un brujo. Es la manera que tiene el p¨²blico de hacerle llegar su aprobaci¨®n en forma de vibraciones.
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