Alfombra de flores en los V¨ªa Crucis peruanos
Los concursos en Per¨² atraen la participaci¨®n de ni?os de modo que contin¨²e la tradici¨®n del arte ef¨ªmero en Semana Santa
Carlos Enrique Campos Cisneros compite desde hace 19 a?os en el concurso de alfombras florales que realiza por Viernes Santo Surco, un distrito del sur de Lima. ¡°?Es una preciosidad!¡±, comenta una mujer al ver el resultado de m¨¢s de ocho horas de trabajo bajo el sol. Esta costumbre es de las m¨¢s arraigadas en las fiestas religiosas en la provincia de Tarma - sierra central de Per¨² - y adem¨¢s los concursos ayudan a atraer a los turistas.
¡°La tradici¨®n de los arcos y las alfombras de flores decay¨® en los a?os de la violencia (1980-2000), aunque nunca se perdi¨®¡±, explica el antrop¨®logo Manuel R¨¢ez, investigador de las festividades de la sierra central peruana. Seg¨²n el exdirector de patrimonio inmaterial del ministerio de Cultura, ¡°las autoridades de Tarma empezaron a incentivar premios y concursos para rescatar las formas tradicionales, y el uso de flores y cenizas de caf¨¦ para marcar el dibujo¡±.
Este Viernes Santo- en la plaza de armas del distrito lime?o de Surco, el artesano Juan Carlos Chuco explica que en San Pedro de Cajas, en Tarma, usan ¡°lo neto, solo flores: el caf¨¦ para delinear los trazos es t¨ªpico de Chanchamayo (un valle cafetalero pr¨®ximo)¡±. Chuco lleg¨® invitado con el alcalde de San Pedro de Cajas, Luis V¨ªlchez, y otros seis artesanos, para confeccionar una alfombra al estilo tarme?o. Obtuvieron el primer puesto en la categor¨ªa mayores.
Al inicio del concurso, V¨ªlchez mostr¨® la foto de un tapiz tejido en telar en su distrito, famoso por esa artesan¨ªa, cuyo dise?o ser¨ªa copiado para la alfombra de flores. ¡°En el centro est¨¢ la oveja. Lo escogimos por su significado, que somos nosotros, en estas fechas¡±.
¡°Esta vez hemos tra¨ªdo una flor que crece a m¨¢s de 4.500 metros: es rima-rima en quechua, que significa habla-habla. La usamos cuando los beb¨¦s demoran en empezar a hablar. Les ponemos la flor en la punta de la lengua y, poco despu¨¦s, resulta¡±, explica el alcalde, quien lamenta haber tra¨ªdo poca cantidad: ¡°Se perdi¨® una parte debido a la helada¡±.
Mientras un grupo deshoja y separa en bolsas o recipientes los p¨¦talos de las flores, otros miden y dibujan en el asfalto. Una vez delineado el espacio, se rellena. Para una alfombra peque?a, un colegio gast¨® 70 d¨®lares en flores compradas en un mayorista de Lima. La cantidad de p¨¦talos y hojas por separado requiere m¨¢s de siete horas continuas de actividad. Ocho personas confeccionaron la alfombra tarme?a y atraen la atenci¨®n de los m¨¢s peque?os, siempre dispuestos a formar parte de la tradici¨®n.
En la plaza, pantallas gigantes y altavoces reproduc¨ªan ¨Cen volumen muy alto¨C las Siete Palabras, las misas y c¨¢nticos. ¡°En la Semana Santa anterior no fue as¨ª, el alcalde se ha lucido, debe ser porque ya vienen las votaciones¡±, dijo uno de los peque?os, Emilio, con claridad. En octubre son las elecciones municipales y regionales en Per¨².
En otra parte de la plaza, los organizadores del concurso entregaron, tarde, viseras para los ni?os del colegio Villa San Jos¨¦: ya llevaban tres horas expuestos a los rayos.
¡°No han dejado que los ni?os usen los servicios en la Municipalidad, ni proporcionaron agua para las alfombras, pero aqu¨ª estamos. Contratamos a un profesor de arte que ense?a a los ni?os en verano y los alumnos han practicado dos veces en el patio el dibujo, antes de venir a concursar¡±, refiri¨® Rosa Huapaya, representante de la escuela. La alfombra estuvo entre las m¨¢s fotografiadas por el p¨²blico.
¡°En el concurso, el jurado califica la iconograf¨ªa, la calidad de la representaci¨®n, la frescura de las flores, los colores vivos. A diferencia de las alfombras hechas con aserr¨ªn, la temporalidad de los p¨¦talos es importante¡±, a?ade el antrop¨®logo R¨¢ez.
El investigador tambi¨¦n se?ala que los premios usualmente sirven para cubrir los gastos que demanda la confecci¨®n. ¡°Las comunidades bajan a las cabeceras distritales en las festividades para hacer homenaje a las devociones o para competir por el prestigio. A algunas municipalidades en la sierra central les adelantan una cantidad de dinero porque las comunidades no tienen muchos recursos. Al municipio provincial le interesa porque las alfombras est¨¢n en su circuito tur¨ªstico. Cuanto m¨¢s metros de alfombra, los turistas se quedan m¨¢s tiempo en el lugar¡±, asegura.
Seg¨²n R¨¢ez, catedr¨¢tico de antropolog¨ªa en la Universidad Cat¨®lica, una alfombra mediana puede requerir una inversi¨®n de 180 a 360 d¨®lares, sin incluir los gastos de alojamiento y alimentaci¨®n. ¡°Las personas se organizan: unos se encargan de preparar alimentos, otros buscan a los artistas para que dibujen la idea que tiene la comunidad. Pero en el caso de San Pedro de Cajas, los artesanos trabajan una preciosidad de dibujos, no tienen necesidad de contratar dibujantes¡±.
Carlos Enrique Campos, quien retrat¨® a Jesucristo y coloc¨® la palabra ¡°Perd¨®nanos¡± en su composici¨®n floral, pidi¨® permiso en su trabajo como camarero de un conocido restaurante para hacer su alfombra. Us¨® flores, aserr¨ªn con ocre negro para los bordes, y papel met¨¢lico dorado picado, como toque final. No alcanz¨® el primer lugar, pero su trabajo fue el preferido de las fotos de los tel¨¦fonos de los fieles y paseantes del Viernes Santo.
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