Gran despedida con dos presidentes
El pa¨ªs en el que vivi¨® durante d¨¦cadas le despedir¨¢ hoy en el Palacio de Bellas Artes, un honor reservado a pocos elegidos
Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez no era al¨¦rgico a las sotanas. Estudi¨® en un colegio religioso y entre sus amigos hab¨ªa alg¨²n p¨¢rroco. Sin embargo, su adi¨®s a este mundo en M¨¦xico va a estar envuelto en la m¨¢s absoluta laicidad. El pa¨ªs en el que vivi¨® durante d¨¦cadas le despedir¨¢ hoy a lo grande en el Palacio de Bellas Artes, un honor reservado a otros personajes fundamentales de la cultura local, como Diego Rivera, Frida Kahlo, Cantinflas o Carlos Fuentes.
El palacio estar¨¢ abierto al p¨²blico entre las 16.00 y las 19.00, ¡°o hasta que el ¨²ltimo se vaya¡±. Una m¨¢xima que puede aplicarse tambi¨¦n a las fiestas mexicanas a las que asist¨ªa Gabo incluso cuando las achaques de salud ya eran una cosa muy presente. Se espera, aunque todav¨ªa falta que lo confirme la familia, que Mercedes Barcha, la viuda del escritor, le entregue las cenizas del novelista al ministro de cultura mexicano, Rafael Tovar y de Teresa. Los restos guardados en una urna ser¨¢n colocados a continuaci¨®n en el vest¨ªbulo del palacio, por el que podr¨¢n desfilar seguidores y amigos. La primera guardia de honor la encabezar¨¢n Tovar y el embajador colombiano. La ¨²ltima la montar¨¢n los presidentes Enrique Pe?a Nieto y Juan Manuel Santos. Este ¨²ltimo volar¨¢ al acabar el d¨ªa en su avi¨®n presidencial para llegar a tiempo al homenaje que se le rendir¨¢ el martes al escritor en la Catedral Primada de Bogot¨¢. La Orquesta Sinf¨®nica de Colombia interpretar¨¢ el R¨¦quiem de Mozart.
Los organizadores mexicanos esperan una afluencia masiva de lectores. La gaboman¨ªa comienza a expresarse estos d¨ªas en sus versiones m¨¢s disparatadas. Una adolescente se acerc¨® a unos escritores mexicanos, reconocidos amigos de Garc¨ªa M¨¢rquez, y se levant¨® la camisa para mostrarles lo que se hab¨ªa tatuado en la barriga: ¡°Gabo¡±.
Recibir honras f¨²nebres en el Palacio de Bellas Artes se considera un signo de grandeza. De todos modos, algunos personajes p¨²blicos dejaron dicho a sus familiares que rechazaran la distinci¨®n llegado el momento. Jos¨¦ Emilio Pacheco, posiblemente el escritor m¨¢s querido por la gente en M¨¦xico, muri¨® a finales de enero y prefiri¨® ser velado en el edificio del Colegio Nacional. All¨ª iba de vez en cuando a leer y en la puerta charlaba con todo el que se le cruzaba, desde la se?ora que iba a la compra a un bolero, como se les llama a los que limpian zapatos.
Hay que echar la vista atr¨¢s para encontrar un homenaje de esta magnitud a un extranjero en M¨¦xico. El gran poeta espa?ol Le¨®n Felipe fue homenajeado a?os despu¨¦s de su muerte en el bosque de Chapultepec, una antigua residencia de dirigentes nacionales. El acto acab¨® convirti¨¦ndose en un sentido homenaje a los republicanos en el exilio que fueron acogidos en su d¨ªa por el presidente mexicano L¨¢zaro C¨¢rdenas. Desde entonces, una estatua de Le¨®n Felipe permanece en un rinconcito del bosque. Sostiene en una mano un libro y en la otra un bast¨®n. El poeta hab¨ªa dicho que el dictador se hab¨ªa quedado con la pistola y ¨¦l se hab¨ªa llevado la canci¨®n.
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