Muere Emmanuel Carballo, cr¨ªtico literario mexicano

¡°Una figura molesta pero necesaria¡±. El que exige a los dem¨¢s que se arriesguen mientras los mira desde las gradas. El cr¨ªtico. ¡°El aguafiestas, el villano, el resentido, el amargado, el ogro y la bruja, el mani¨¢tico¡±, glos¨® el mexicano Emmanuel Carballo (Guadalajara, 1929). Y Carballo era un cr¨ªtico, uno de los mejores en M¨¦xico. Muri¨® este domingo en la capital del pa¨ªs. Ten¨ªa 84 a?os.

Hijo de un inmigrante gallego, Emmanuel Carballo naci¨® en Guadalajara el 2 de julio de 1929. Ten¨ªa 20 a?os cuando comenz¨® a escribir cr¨ªtica literaria en la revista Ariel, donde comparti¨® p¨¢ginas con Jaime Sabines, Emilio Carballido y Blas Otero. A?os despu¨¦s fund¨® la revista Odiseo en la Ciudad de M¨¦xico y, al lado de Carlos Fuentes, cre¨® la Revista mexicana de Literatura. Fue un profuso colaborador en la prensa mexicana, y sus art¨ªculos en las p¨¢ginas editoriales de Exc¨¦lsior entre 1964 y 1972 se guardan entre las aportaciones m¨¢s c¨¦lebres al periodismo cultural mexicano.

En sus cr¨ªticas desfilaban Gustavo Sainz, Jos¨¦ Agust¨ªn, Octavio Paz, Fernando del Paso, Sergio Pitol, Carlos Monsiv¨¢is y Salvador Elizondo. ¡°Habl¨¢bamos de Borges como un cl¨¢sico, un hombre que iba a revolucionar el siglo XX. He tenido el don de adivinar un poco lo que va a pasar: al ver a alg¨²n escritor y leer algunos de sus textos he profetizado c¨®mo algunos ser¨ªan importantes. Aunque tambi¨¦n me he equivocado¡±, explicaba en una entrevista concedida a la Revista de la Universidad de M¨¦xico de la UNAM.

¡°La literatura es cara, la escribimos los burgueses, la leemos los burgueses y la criticamos los burgueses", critic¨®.

Carballo se confesaba del lado de ¡°los innovadores¡±. Afirmaba que sus simpat¨ªas literarias pertenec¨ªan a los que luchaban por una manera de vivir, o de escribir, distinta. Los que pose¨ªan la actitud de los acr¨®batas ¡°que ejecutan sus piruetas a gran altura y no tienen, abajo, una red que los proteja¡±.

El mexicano tambi¨¦n escribi¨® cuentos y poemas. Cr¨ªtico, siempre cr¨ªtico, no se perdonaba ni a s¨ª mismo: dec¨ªa que su obra ¡°era mediocre, tirando a buena, pero mediocre¡±. Manten¨ªa una f¨¦rrea ¨¦tica sobre su oficio, del encargado de que las obras de los escritores ¡°no llegaran impunes a las manos de los lectores¡±. ¡°El cr¨ªtico tiene el compromiso de probar que sus juicios son correctos, que no habla de memoria sino que, por el contrario, sus ideas est¨¢n respaldadas por la realidad est¨¦tica de la obra que analiza¡±, escribi¨® en un texto publicado en su sencilla web personal, en la que solo hay una suerte de autobiograf¨ªa y un muy abultado CV.

Descre¨ªdo e ir¨®nico, atacaba lo que llamaba ¡°el c¨ªrculo burgu¨¦s¡± en el que se mov¨ªa la literatura mexicana. ¡°La literatura es cara, la escribimos los burgueses, la leemos los burgueses y la criticamos los burgueses. Todo queda en familia¡±, relat¨®.

Ensayista, editor, cuentista, investigador, Carballo deja una vasta obra literaria. El propio escritor esperaba el d¨ªa en que un lector joven se tope con ella: ¡°Y pondr¨¢ en tela de juicio todo lo que pens¨¦ y edifiqu¨¦ y se pitorrear¨¢ de m¨ª. Y yo ya estoy esperando a ese joven que va a tener raz¨®n como yo la tuve cuando fui irrespetuoso con mis mayores¡±.