Hombres dif¨ªciles
Lanzmann desprecia los dramas recreados del Holocausto y practica la rememoraci¨®n en tiempo real, dici¨¦ndole al espectador aqu¨ª se fragu¨® la matanza planificada del pueblo jud¨ªo en Europa
Claude Lanzmann es un hombre dif¨ªcil. Basta con leer la reciente biograf¨ªa de Marcel Ophuls, otro de los directores que trat¨® en formato documental alguna de las atrocidades nazis, y que recibi¨® el oscar por Hotel Terminus, para entender que discrepar con ¨¦l es abrir la caja de los truenos. Pero su labor contra el olvido de los cr¨ªmenes nazis merece el desaf¨ªo. Lanzmann es casi un anticineasta porque defiende un cine de la memoria enfrentado a la reconstrucci¨®n. Desprecia los dramas recreados del Holocausto y practica la rememoraci¨®n en tiempo real, sobre los escenarios actuales, retando al espectador, dici¨¦ndole aqu¨ª, en estas calles, estaciones, parajes apacibles se fragu¨® la matanza planificada del pueblo jud¨ªo en Europa.
Ha llegado a la televisi¨®n su pel¨ªcula El ¨²ltimo de los injustos, centrada en el funcionamiento del campo de Terez¨ªn, una ciudad del miedo y el dolor concebida para el exterminio jud¨ªo en pleno coraz¨®n de Bohemia, dise?ada por un maestro de la s¨¢dica impostura, Adolf Eichmann. A trav¨¦s de una larga entrevista filmada por Lanzmann junto al c¨¢mara Willy Lubtchansky hace 40 a?os, el presidente del consejo jud¨ªo, llegado desde su sinagoga en Viena para ser la autoridad entre los propios reclusos, rememora episodios que son emocionantes e ilustrativos de la indignidad humana, pero tambi¨¦n de su capacidad de adaptaci¨®n.
Hab¨ªa que ser indispensable para sobrevivir, declara Benjamin Murmelstein para describir la paradoja de colaborar para no perecer. Se autodefine como un Sancho Panza que entre ideales solo contempla comer, vivir un d¨ªa m¨¢s, liberar de enfermedades y mantener organizados a los prisioneros. Uno entiende que este material devorara la conciencia de Lanzmann desde que lo dejara fuera en tiempos de su obra imprescindible Shoah. Y m¨¢s cuando Lanzmann, ese hombre dif¨ªcil, se presenta claramente seducido y convencido por la inteligencia viva de Murmelstein. La pel¨ªcula, o lo que sea, porque Lanzmann acaba recreando con folios en la mano episodios destacados, a medio camino entre el teatro y la conferencia, es otro regalo demoledor para aquellos que aun no quieren cerrar los ojos a la verdad sobre el ser humano, para ver m¨¢s all¨¢ de la banalidad de la obediencia y tener presentes las consecuencias de alimentar la espita del odio racial y el resentimiento nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.