¡°Argentina est¨¢ presa¡±
El poeta Arnaldo Calveyra participa en la Feria del libro de Buenos Aires con una nueva edici¨®n de su 'Poes¨ªa reunida'
Arnaldo Calveyra es uno de los m¨¢s importantes poetas latinoamericanos vivo. Tiene 85 a?os, es de la provincia argentina de Entre R¨ªos y vive desde los veinte a?os en Par¨ªs. Ahora la editorial Adriana Hidalgo presenta en la Feria del Libro de Buenos Aires una nueva edici¨®n aumentada de su Poes¨ªa reunida y su narraci¨®n Novela. Es tambi¨¦n dramaturgo y ensayista. En su libro Si Argentina es una novela escribe: ¡°Sobre nuestro pa¨ªs se podr¨ªa escribir un cuento, una de esas f¨¦eries a las que tan aficionados somos. Su protagonista: un gigante sin nombre que mantuviera presa a la doncella¡¡±.Sobre Argentina, la madre, la memoria y la poes¨ªa tuvimos esta conversaci¨®n ayer en Buenos Aires.
Pregunta. Imagine que este periodista es un extraterrestre y lee esa definici¨®n suya de Argentina. ?C¨®mo explicar¨ªa este pa¨ªs?
Respuesta. No s¨¦. Ahora lo veo tan grande¡ Antes yo sab¨ªa mucho de la provincia, de las afueras, pero de pronto quisieron que todos vivi¨¦ramos aqu¨ª, en Buenos Aires, y es tan grande el pa¨ªs¡ Millones de kil¨®metros, y hab¨ªa que venir: ac¨¢ estaban las bibliotecas. Tantos kil¨®metros de pa¨ªs, ?c¨®mo no iban a salir cinco o seis poetas? Me fui de Entre R¨ªos gracias a mi madre; era pobre, inventaba la plata, mandaba el cheque, los huevos de gallina en cajas de madera. Ella viv¨ªa en el campo, mi padre era campesino, ella era maestra. Una maestra en el campo, ?imagina esa experiencia? ?ramos doce, murieron dos, quedamos siete chicos y dos chicas.
P. ?Y esa definici¨®n, el gigante y la doncella?
R. Ah, s¨ª. Es que este pa¨ªs est¨¢ preso. Preso por la gente mediocre. La gente mediocre ha tomado el poder. Un pa¨ªs mediocre que tiene cinco o seis poetas. Eso, querido, es as¨ª. Es un misterio por qu¨¦ ha sido pose¨ªdo por la mediocridad. La gente es simp¨¢tica, viene a la feria, va a escuchar poes¨ªa, necesita una valencia, est¨¢n enfermos de carencia¡ Pero de pronto tienen en la cabeza como una revelaci¨®n perversa y entienden que no se puede gobernar sin robar¡ Preso, un pa¨ªs preso por eso.
P. ?Qu¨¦ le produce a usted esa evidencia?
R. No se puede entender. No se puede entender que esa misma gente simp¨¢tica que busca poes¨ªa tenga un punto en su conciencia en que les da lo mismo esta se?ora Cristina que aquel hombre llamado Alfons¨ªn, que no se sabe que robara¡
P. Usted mismo se hace esta pregunta: ¡°Pregunta mirando al oeste: ?hay un reposo de ser argentino?¡± ?Su respuesta?
R. No, no hay reposo. Aqu¨ª est¨¢n los amigos de la vida, aqu¨ª est¨¢n los muertos de uno. Est¨¢n enterrados ac¨¢, no son muchos, pero cuando alguien querido est¨¢ enterrado en un sitio, ah¨ª est¨¢s t¨² tambi¨¦n de alguna manera buscando la forma de estar con ellos¡ Y no, no hay reposo de ser argentino. Est¨¢s lejos y est¨¢s ac¨¢, eso es as¨ª, querido.
P. Dice usted tambi¨¦n: ¡°Entonces, pastor de un pa¨ªs llamado Argentina, desembarcado en una ciudad (Buenos Aires) donde el espect¨¢culo del despellejamiento colectivo era tan evidente como el d¨ªa sucede a la noche¡¡± Un panorama.
R. Lo escrib¨ª en 1958, siempre soy yo mirando; era un muchacho, pero ese muchacho mira lo mismo¡ Pero yo amo mi pa¨ªs, lo amo, es mi pa¨ªs¡ Aqu¨ª quer¨ªa vivir para siempre, y entonces me fui, as¨ª pasan las cosas, amas y a¨²n as¨ª te vas. Iba a dejar para siempre a mi madre. Eso es un dolor. Un dolor terrible irse y tu madre atr¨¢s.
P. Dijo de usted la escritora italiana Cristina Campo: ¡°Mete miedo: transforma en alegr¨ªa todo lo que toca¡±. As¨ª es su libro sobre su madre, Cartas para que la alegr¨ªa. ?C¨®mo mantiene esa alegr¨ªa?
R. Est¨¢ adentro, y me acompa?a, siempre. He estado en Nueva Delhi con mi hijo Beltr¨¢n, tan lejos. Y soy como ellos, como en Espa?a, tan simp¨¢ticos, esas ganas de estar. No tengo una explicaci¨®n te¨®rica para la alegr¨ªa, est¨¢ ah¨ª, estoy content¨ªsimo, ahora mismo lo estoy, me ir¨ªa a vivir contigo¡
P. La acad¨¦mica francesa Florence Delay se preguntaba si usted era ¡°exclusivamente humano¡¡±
R. Creo que no, f¨ªjate. Me consustancio con un ¨¢rbol, tambi¨¦n me ir¨ªa con ¨¦l, o con los animales. Esa quiz¨¢ sea la fuente de la alegr¨ªa. El campo es el origen de todo, mi madre, las gallinas¡ Ahora voy a Mansilla, mi pueblo, quiz¨¢ sea la ¨²ltima vez que vaya y entonces, mir¨¢, van a tirar la casa por la ventana¡
P. La ¨²ltima vez¡ ?Le inquieta el tiempo, lo que queda por venir?
R. No, ?noooooo! Pero est¨¢ bien, est¨¢ muy bien, querido. Est¨¢ perfecto.
P. Aconseja el sustantivo, quitar adjetivos de la poes¨ªa y de la vida. ?Cu¨¢l ser¨ªa un sustantivo para su vida?
R. El otro d¨ªa escuch¨¦ a alguien en la calle decirle a otro: ¡°Con su voz modesta¡±. Me qued¨¦ con esa frase, tendr¨¦ que elaborarla. Pero no est¨¢ mal la palabra ¡°modesta¡±.
P. Dice que a Argentina viene a ¡°desovar¡±, como las langostas. ?C¨®mo ve este gran continente desde su isla de Par¨ªs?
R. Grande. ?Pero no me saquen ni una coma de este continente! ?Ni una coma!
P. Tuvo un gran amigo, Cort¨¢zar.
R. Y qu¨¦ amigo. Me piden que haga un an¨¢lisis intelectual de aquel hombre. No puedo. Era un verdadero amigo, jam¨¢s hubo una cosa fuera de lugar. Todo perfecto. Un amigo: m¨¢s que eso y nada menos que eso¡
P. ?C¨®mo dejan ausencias as¨ª?
R. De pronto te haces el chancho rengo [el distra¨ªdo], como si eso no pasara por ti. Pero vaya si pasa, y el vac¨ªo lo llen¨¢s como puedes¡ La muerte es fatal, fatal, qui¨¦n la mandar¨¢.
P. El dolor, dice usted sobre su madre, es lo que te impide cantar¡
R. ¡°?Y sabes?, no supe que estaba triste hasta que me pidieron que cantara¡±¡ Ah, es lo que anuncia el dolor: que ya no se puede m¨¢s si est¨¢s triste.
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