Vargas Llosa afirma que descubri¨® la literatura latinoamericana en Par¨ªs
El Nobel protagoniza uno de los actos de la XXVII Feria Internacional del Libro de Bogot¨¢, con Per¨² como pa¨ªs invitado
Fue en la distancia que conect¨® con su continente. El nobel peruano Mario Vargas Llosa ha revelado este mi¨¦rcoles que descubri¨® la fuerza de la literatura latinoamericana durante los a?os en que vivi¨® en Par¨ªs, donde pudo conocer a autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Jorge Luis Borges o Julio Cort¨¢zar. As¨ª, Vargas Llosa ha hablado de su obra y de su relaci¨®n con otros autores latinoamericanos en un coloquio que tambi¨¦n contaba con la presencia del escritor colombiano Juan Gabriel V¨¢squez en la XXVII Feria Internacional del Libro de Bogot¨¢, que tiene a Per¨² como invitado de honor. Durante la charla del autor, un hombre ha irrumpido para interpelarlo por su relaci¨®n con el expresidente de Colombia ?lvaro Uribe, para terminar destrozando ante el p¨²blico una de sus obras. Vargas Llosa ha reaccionado con humor: "Se lo agradezco sinceramente, no sabe hasta qu¨¦ punto estas conversaciones pueden ser aburridas", ha reaccionado. Y al alborotador le ha deseado "una larga vida". Pero el encuentro ha transcurrido por derroteros literarios no pol¨ªticos.
El sal¨®n estaba a reventar. Escuchar a un Nobel no es algo que suceda a menudo en Bogot¨¢. Y aunque la cita era a las seis de la tarde, desde las dos, la fila empez¨® a crecer de a poco y a las cinco ya llegaba hasta la entrada del gran complejo ferial. Era una multitud desordenada que se apretujaba para escuchar a un Nobel que les es familiar. Despu¨¦s, Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) empez¨® lo que por hora y media se convirti¨® en un viaje por las costuras de sus novelas, la historia detr¨¢s de la historia, su m¨¦todo de trabajo, los personajes de carne y hueso, la debilidad por el melodrama, el humor, la pol¨ªtica. Primero un largo aplauso. Ese fue el arranque de la Feria del Libro de Bogot¨¢.
¡°Nunca habr¨ªa sospechado que en el a?o 61, cuando publiqu¨¦ La ciudad y los perros ¡ªque ya cumpli¨® 50 a?os¡ª iba a comenzar un despertar de la literatura latinoamericana¡±. As¨ª arranc¨® esta conversaci¨®n para no olvidar. A Garc¨ªa M¨¢rquez, por ejemplo, lo descubri¨® en Par¨ªs, cuando trabajaba en la Radio Televisi¨®n Francesa. Un d¨ªa lleg¨® a su escritorio un librito de un escritor colombiano traducido al franc¨¦s. Era El Coronel no tiene qui¨¦n le escriba y a Vargas Llosa le pareci¨® una peque?a obra maestra. Y dice peque?a, por lo corta.
Un d¨ªa lleg¨® a su escritorio un librito traducido al franc¨¦s. Era El Coronel no tiene qui¨¦n le escriba y a Vargas Llosa le pareci¨® una peque?a obra maestra
Lo que ocurri¨® en los a?os siguientes fue algo totalmente extraordinario. As¨ª habl¨® del boom y en especial de la llegada de Borges a Par¨ªs en 1963: ¡°Ese viejecito ciego que contaba cuentos y con ellos un panorama maravilloso de lo que entend¨ªa por literatura fant¨¢stica¡±. Ese hombre venido de Am¨¦rica Latina, que citaba de memoria a Shakespeare, deslumbr¨® a los franceses. ¡°Yo creo que Francia fue la primera que lanz¨® la idea de que hab¨ªa escritores latinoamericanos que estaban creando nuevas formas de narrar. De pronto descubrimos, porque creo que le pas¨® a Cort¨¢zar y a Garc¨ªa M¨¢rquez, que form¨¢bamos parte de eso que se llama Am¨¦rica Latina y que adem¨¢s de su historia y problem¨¢ticas, esta ten¨ªa una literatura que expresaba su complejidad y diversidad¡±.
Vargas Llosa habl¨® entonces de lo que La Ciudad y los perros le ense?¨® en esos primeros a?os. ¡°Las novelas que uno escribe, una vez se publican, se independizan¡±. Y record¨® una an¨¦cdota que ya es conocida. El escritor lleg¨® a agradecerle a Roger Caillois la traducci¨®n al franc¨¦s de su primera novela y este le dijo ¡°?Usted no ha entendido la novela. Reflexione!¡±. Qued¨® desconcertado pero luego entendi¨®. ¡°Un escritor no tiene el control total sobre lo que escribe¡±.
Los or¨ªgenes de esa primera novela lo llevaron a los suyos y a la dif¨ªcil relaci¨®n con el padre que cre¨ªa muerto y que se opuso rotundamente a su vocaci¨®n literaria. Pero Vargas Llosa se lo agradece, as¨ª como que lo hubiera inscrito en un colegio militar. ¡°Muchas veces, despu¨¦s, he dicho que ese aferrarme a la literatura fue una manera de resistir esa autoridad¡±. Adem¨¢s, fue en el Leoncio Prado de Lima que se convirti¨® en un escritor profesional.
Borges era "ese viejecito ciego que contaba cuentos y con ellos un panorama maravilloso de lo que entend¨ªa por literatura fant¨¢stica"
Vargas Losa tambi¨¦n habl¨® de la importancia de la memoria y evoc¨® que cuando escribi¨® Conversaci¨®n en la Catedral, que describe los a?os de la dictadura entre 1948 y 1956 en Per¨², el hecho decisivo que simboliza el recuerdo de esos a?os fue haber conocido a Alejandro Esparza, el jefe de la represi¨®n, el hombre m¨¢s odiado por Per¨² en esos a?os. Y revivi¨® el encuentro con el m¨ªnimo detalle. ¡°De repente abri¨® un cajoncito y sac¨® un periodiquito donde lo insult¨¢bamos en cada p¨¢gina. Luego dijo: yo s¨¦ d¨®nde lo imprimen, yo s¨¦ los seud¨®nimos con los que escriben. Hab¨ªa entrado a nuestros secretos y ah¨ª, yo creo, naci¨® esa novela, que de paso es una de las historias que m¨¢s me ha costado escribir¡±.
Precisamente, ese m¨¦todo, su manera de escribir novelas, lo reban¨® minuciosamente ante el p¨²blico colombiano. Primero un borrador, dijo. ¡°Que es un caos, una selva, pero es el que me permite vencer la enorme inseguridad que tengo cuando empiezo una historia¡±. Luego, ¡°cuando tengo ese magma todo cambia porque la historia est¨¢ ah¨ª¡±. El tercer y ¨²ltimo paso consiste en trabajar el lenguaje.
La conversaci¨®n tambi¨¦n pas¨® por ese humor que era tan precario en sus primeras novelas ¡ª¡°el mal ejemplo de Sartre¡±¡ª. Pero luego vendr¨ªa el descubrimiento. Entonces hizo re¨ªr al auditorio al recordar un viaje corto a las selvas peruanas, donde escuch¨® esa historia de que el ej¨¦rcito hab¨ªa montado un servicio de visitadoras. ¡°Primero trat¨¦ de escribirla en serio (Pantale¨®n y las visitadoras) y me di cuenta que era imposible. Esa historia, para ser persuasiva, ten¨ªa que ser contada con un humor de brocha gorda¡±.
Vargas Llosa tambi¨¦n confes¨® tener una debilidad por el melodrama. La culpa, dijo, la ten¨ªa el cine mexicano. ¡°Esa es una vena que creo nos expresa profundamente a los latinoamericanos¡±. Luego se extendi¨® contado c¨®mo fue empezar a escribir historias que no fueran sobre el Per¨² como La guerra del fin del mundo y la huella profunda que le dej¨® haber le¨ªdo Os Sertoes, de Euclides da Cunha. ¡°Si quieren saber qu¨¦ cosa es Am¨¦rica Latina y sobre todo qu¨¦ cosa no es Am¨¦rica Latina, hay que leerlo¡±.
El tiempo alcanz¨® para llegar a La historia de Mayta y ¡°esa b¨²squeda por una sociedad perfecta basada en la historia de un revolucionario fracasado¡±, le dijo el colombiano Juan Gabriel V¨¢squez, que fue el responsable de ir hilando los relatos del Nobel. La historia de Mayta lo llev¨® hacia lo que llam¨® la ¡°decepci¨®n total de la utop¨ªa socialista¡±. Vargas Llosa cont¨® lo que ocurri¨®: estaba cerca del marxismo, lo deslumbr¨® la revoluci¨®n cubana y luego lo decepcion¨®. Tambi¨¦n fue definitiva su estad¨ªa por dos semanas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Al final, vendr¨ªa un comentario corto sobre su paso por la pol¨ªtica: ¡°Aprend¨ª que las ideas, desgraciadamente, juegan un papel mucho menos protag¨®nico en una campa?a, lo son m¨¢s las pasiones, los instintos¡±. Entonces, como si se tratara de un personaje salido de su novela de Mayta ¡ªas¨ª lo dir¨ªa unos segundos despu¨¦s¡ª un espectador interrumpi¨® al escritor para interpelarlo con rabia por su relaci¨®n con el expresidente ?lvaro Uribe V¨¦lez. El auditorio lo abuche¨® y el hombre termin¨® rompiendo un libro del escritor. ¡°Se comienza rompiendo libros y se termina matando gente¡±, fue la respuesta del Nobel y luego le dese¨® una larga vida. "Personas como usted son provocadores fundamentales que est¨¢n detr¨¢s de las grandes aventuras literarias".
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