El edificio-¨¢rbol de Sou Fujimoto
El arquitecto japon¨¦s levantar¨¢ en Montpellier una torre alternativa al bloque tradicional de pisos
Todo apunta a que la ¨²nica v¨ªa de convivencia en las ciudades pasa por su densificaci¨®n. Pero, ?podremos apretarnos en los centros urbanos sin perder luz y ventilaci¨®n? El arquitecto Sou Fuimoto ha querido demostrar que es posible hacerlo con el bloque de apartamentos que levantar¨¢ en Montpellier. Junto a los estudios franceses Nicolas Laisn¨¦ Associates y Manal Rachdi Oxo Architects, el japon¨¦s acaba de ganar un concurso para construir un edificio de 17 plantas en el nuevo distrito de Port Marianne y Odysseum, entre el viejo y el nuevo centro de la ciudad francesa y justo al lado de otro experimento arquitect¨®nico, el barrio Antigone, de 36 hect¨¢reas, que Ricardo Bofill dise?ara entre 1978 y el a?o 2000.
¡°Nuestro rascacielos no quiere ser una torre de marfil¡±, sostine Fujimoto. Y, ciertamente, el inmueble tiene una estructura arb¨®rea que deshace el per¨ªmetro tradicional de cualquier torre y despliega las diversas plantas permitiendo que cada uno de sus pisos y terrazas formen abanicos con acceso directo a la luz y el aire y con vistas a un cielo estrellado. ¡°Combina el dise?o japon¨¦s de un espacio vers¨¢til y adaptable con la cultura mediterr¨¢nea, que busca aprovechar la iluminaci¨®n y el soleamiento natural con el consiguiente ahorro energ¨¦tico¡±, explican los arquitectos.
El dise?o de esta torre-¨¢rbol rompe la disyuntiva que obliga a elegir entre densidad y diversidad. Y lo hace ramificando las plantas del edificio en lugar de encerrarlas con una fachada. El inmueble parece romper los forjados al barajar varias alturas en las terrazas de esos 17 niveles.Combinando el reparto del espacio en planta y dividiendo el volumen en altura logran los proyectistas aumentar la diversidad de sus pisos y abrir al exterior los apartamentos. Esa idea de fragmentar para multiplicar el espacio es la gran apuesta arquitect¨®nica de Fujimoto, habituado a darle vueltas a la escasez de metros en viviendas como la Casa NA de Tokio.
En Montpellier, la fachada sobre el r¨ªo Lez es convexa, gira para ofrecer vistas a cada uno de los pisos sin que el despliegue de las sucesivas terrazas obstaculice las panor¨¢micas. As¨ª, la b¨²squeda del sol y tambi¨¦n la sombra dibujan la excentricidad de esta torre de 10.000 metros cuadrados, prevista para 2017. Sus promotores defienden que no quieren hacer de ella una isla urbana. Por eso, para integrarla en la ciudad, han ideado un doble mirador en la planta m¨¢s alta. Una parte ser¨¢ para los vecinos. La otra la ocupar¨¢ un bar panor¨¢mico que contribuir¨¢ a rentabilizar la construcci¨®n del edificio. M¨¢s all¨¢ de extenderse por los salientes de la fachada rota ¡ªdonde las terrazas ¡°empujar¨¢n hacia fuera para empaparse del exterior¡±¡ª , las estancias interiores ser¨¢n vers¨¢tiles. Los compradores podr¨¢n elegir, sobre plano, la manera de distribuir sus dos o tres dormitorios. Esa arquitectura ¡°a la carta¡± es la apuesta de los dise?adores para que las viviendas del futuro sean densas pero diversas. Su peculiar traducci¨®n visual, es, de momento, la torre ?rbol blanco, la folie m¨¢s alta de Montpellier.
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