Un glorificador y olvidable retrato
Percibes el esfuerzo de Nicole Kidman por dotar a su papel de matices, pero el resto naufraga
Al ojear la programaci¨®n de la Secci¨®n Oficial en esta edici¨®n de Cannes tienes sensaci¨®n de dej¨¤ vu, de que gran parte de los directores son habituales en este festival desde que comenzaron sus carreras, de que hace 20, 30 o 40 a?os compet¨ªan los mismos nombres que ahora. Veremos las ¨²ltimas entregas de Mike Leigh, Atom Egoyan, David Cronenberg, Ken Loach, Jean-Luc Godard, Olivier Assayas y los hermanos Dardenne. Les suenan, ?verdad? Por una parte celebro la inextinguible vitalidad de su obra, que contin¨²en haciendo cine gente que ya ha entrado en el invierno de su existencia, pero tambi¨¦n te planteas d¨®nde est¨¢n los directores j¨®venes, ya que todo el mundo del cine aspira a que este festival seleccione sus pel¨ªculas y Cannes parece seguir apostando por la infalible creatividad de la tercera edad, de sus cl¨¢sicos. Esperemos que aunque no haya posibilidad de sorpresa, las ¨²ltimas obras de los que fueron consagrados por Cannes hace tanto tiempo se mantengan en buena forma.
Tambi¨¦n hab¨ªa rumores de que concursar¨ªan las nuevas pel¨ªculas que han dirigido Clint Eastwood, Terrence Malick y Paul Thomas Anderson, pero al parecer su montaje se ha demorado y no est¨¢n a punto para presentarlas aqu¨ª. Para mi gusto, estas ausencias de tres de los grandes directores del cine estadounidense supone una frustraci¨®n notable, pero sospecho que no hubiera echado de menos, si hubieran llegado tarde, a otros creadores cuyo ¨¦xito est¨¢ restringido exclusivamente a los festivales de cine, que fuera de ellos solo disponen de un p¨²blico exiguo o nulo.
Cannes se ha inaugurado con la proyecci¨®n de Grace de M¨®naco y quiero pensar que sobre todo se ha debido a la cercan¨ªa geogr¨¢fica y a las excelentes relaciones vecinales entre esta ciudad y el Principado de M¨®naco, ya que el valor art¨ªstico de este biopic sobre aquella actriz y princesa es inexistente. Confieso que la actriz Grace Kelly nunca me impresion¨® demasiado, aunque reconozco que Hitchcock era tan listo y estaba tan enamorado de ella que consigui¨® que sus interpretaciones fueran admisible en las tres pel¨ªculas que rod¨® con ella. Pero nunca pude entender que Gary Cooper en Solo ante el peligro y Clark Gable en Mogambo prefirieran en su amor a la guapa y sosa Grace Kelly, a costa de desde?ar a dos hembras tan impresionantes como Katy Jurado y Ava Gardner. De entrada, el personaje no me apasiona, pero despu¨¦s de observar el plano retrato que hace de ella el director Olivier Dahan en Grace de M¨®naco mi desinter¨¦s es absoluto.
Dahan plantea el dilema de Grace Kelly en ese Principado en el que la corte la trata con frialdad o pretenden que se limite en sus funciones a ejercer de lujoso florero, cuando Hitchcock le propone que regrese al cine para interpretar Marnie, la ladrona. Esta mujer, obligada al aislamiento y a la pasividad, se rebela contra la imagen que pretenden crearle y no solo salvar¨¢ su desfalleciente matrimonio sino que ser¨¢ fundamental para cerrar la crisis que se ha creado en las relaciones entre Francia y M¨®naco y que puede asfixiar a perpetuidad a los Ranieri. Al final, consigue no solo ser imprescindible para su marido sino tambi¨¦n impresionar a De Gaulle y que el pueblo monegasco la adora.
Todo ello est¨¢ contado de forma plana y hueca, con aroma a telefilme exultante, con personajes y situaciones que bordean involuntariamente la caricatura, con una incapacidad transparente para transmitir ning¨²n tipo de emociones. Lo ¨²nico salvable en este esquem¨¢tico, torpe y cursi pasteleo es la interpretaci¨®n de Nicole Kidman. Es una actriz con talento y tambi¨¦n percibes su esfuerzo en hacer cre¨ªble y dotar de matices a Grace Kelly, tarea ardua porque el gui¨®n y la direcci¨®n naufragan. Aseguran que la familia de Grace Kelly no aprueba el retrato que han hecho de ella. Digo yo que lo rechazar¨¢n por mediocre, ya que las intenciones del director son presentarte con olor a santidad a la figura de la difunta princesa.
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