La distancia sin olvido
Es un proyecto de c¨¢mara que hace de sus limitaciones un c¨®digo expresivo completamente riguroso
Primer largometraje de Carlos Marqu¨¦s-Marcet, 10.000 km se abre con una demostraci¨®n de fuerza (formal) que conjura toda sospecha de chuler¨ªa y exhibicionismo para ponerse al servicio del ambicioso plan general del discurso: un dilatado y virtuoso plano secuencia que presenta a los dos personajes de esta historia de amor doliente y desamor en la distancia en toda su cruda y conmovedora intimidad. Una coreograf¨ªa dom¨¦stica de la cercan¨ªa f¨ªsica y la continuidad emocional que resonar¨¢ sobre todo lo que viene despu¨¦s: la desintegraci¨®n de esa unidad en dos insularidades separadas por la distancia que traza el t¨ªtulo.
10.000 KM
Direcci¨®n: Carlos Marqu¨¦s-Marcet
Int¨¦rpretes: Natalia Tena, David Verdaguer.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2014.
Duraci¨®n: 99 minutos.
Una oportunidad profesional se cruza en el camino de una joven pareja que se est¨¢ planteando el acto decisivo de ingreso en la madurez y la responsabilidad que supone traer hijos al mundo. Ella (Natalia Tena) tomar¨¢ la decisi¨®n de instalarse una temporada en Los ?ngeles, mientras que ¨¦l (David Verdaguer) asumir¨¢ la condici¨®n de guardi¨¢n dom¨¦stico de ese proyecto en com¨²n en suspenso, dej¨¢ndose dominar progresivamente por los demonios de la soledad, las cuentas sentimentales pendientes y los reproches.?10.000 km tiene, pues, uno de sus m¨¢s llamativos elementos diferenciales en ese intento de ahondar en la vulnerabilidad sentimental masculina: ¨¦l es aqu¨ª el flanco d¨¦bil, la encarnaci¨®n de la fragilidad sin que ella tenga que asumir ni el m¨¢s m¨ªnimo rasgo de mujer fatal en su decisi¨®n pragm¨¢tica, pero, en el fondo, perfectamente razonable.
Proyecto de c¨¢mara que hace de sus limitaciones un c¨®digo expresivo completamente riguroso, 10.000 km tiene, en opini¨®n de este cr¨ªtico que no tienen por qu¨¦ compartir espectadores m¨¢s afines a los c¨®digos generacionales que maneja la propuesta de Marqu¨¦s-Marcet, su particular tal¨®n de Aquiles en el cors¨¦ expresivo que centra el grueso de su metraje. Es cierto que la pel¨ªcula aprovecha las posibilidades de la comunicaci¨®n por Skype para las fracturas de di¨¢logo y el desencuentro comunicativo, pero la r¨¢pida absorci¨®n de esas nuevas gram¨¢ticas de la comunicaci¨®n en tantas pel¨ªculas recientes empieza a tantear el clich¨¦. Tampoco simpatiz¨® demasiado este cr¨ªtico con una pareja protagonista un tanto antip¨¢tica. El desenlace (brillante, sutil, complicado en su aparente sencillez) cierra, no obstante, el discurso en alto.
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