Una inquietante, perversa y graciosa comedia argentina
No hab¨ªa visto nada del director argentino Dami¨¢n Szifr¨®n, cuya ¨²ltima pel¨ªcula Relatos salvajes se ha presentado en la Secci¨®n Oficial. La coproduce El Deseo y deduzco inicialmente que puede haberle ayudado a ser seleccionada por Cannes teniendo en cuenta la ancestral veneraci¨®n que le profesa este festival (todos en general) a Pedro Almod¨®var. En cualquier caso celebro que la notable racaner¨ªa de Cannes hacia el cine hablado en castellano se torne de vez en cuando en generosa receptividad. Relatos salvajes tambi¨¦n posee un inter¨¦s suplementario para m¨ª y es que en su reparto figura Ricardo Dar¨ªn, actor que adem¨¢s de su enorme talento posee un acreditado olfato para escoger guiones y proyectos que merecen la pena. En mi caso ver su nombre en una pel¨ªcula es raz¨®n suficiente para que vaya a verla. Y casi siempre sus interpretaciones est¨¢n a la altura de las expectativas. Me lo creo en cualquier personaje, es un actor con presencia, arte, matices y alma.
En mi caso ver el nombre de Ricardo Dar¨ªn es raz¨®n suficiente para que vaya a verla.
El desarrollo de Relatos salvajes no traiciona a su t¨ªtulo. Se compone de seis historias sin vinculaci¨®n aparente, pero que si lo piensas con detenimiento al final resulta transparente que la tienen. Hablan de las barbaridades que somos capaces de hacer con el pr¨®jimo cuando estalla la ira, los viejos agravios, la venganza, los celos con causa, la compraventa de todo. El primer episodio en el que los pasajeros de un avi¨®n descubren que han estado conectados todos ellos con la misma persona es sorprendente y surrealista. Te deja tocado, pero la cosa va a m¨¢s. Una discusi¨®n de tr¨¢fico en una carretera solitaria, una camarera que recibe fortuitamente en una noche de lluvia a la persona que hundi¨® su vida y la de su familia, un hombre que se siente permanentemente estafado y humillado por la burocracia, un millonario cuyo hijo se ha cargado accidentalmente con el coche a una mujer embarazada y ha escapado, una novia que se mosquea el d¨ªa de su boda ante la probable infidelidad de su pareja, forman el contenido de estos relatos que efectivamente acaban siendo salvajes.
El guionista y director Dami¨¢n Szifr¨®n revela tanta imaginaci¨®n como feroz gracia. Tambi¨¦n un conocimiento lleno de acidez sobre el comportamiento de la naturaleza humana en situaciones l¨ªmite y en c¨®mo lo que parece cotidiano se puede transformar en un volc¨¢n. Es una pel¨ªcula ins¨®lita, inteligente y mordaz que siempre te inquieta y en bastantes momentos te hace re¨ªr, una tragicomedia muy bestia en la que puedes llegar a identificarte con un poco de verg¨¹enza en actitudes que consideramos irracionales, extremas y devastadoras. Y, c¨®mo no, agradeces mucho que se haya colado una comedia en Cannes. Los festivales parecen sentir alergia hacia este g¨¦nero impagable. Las risas no parecen serias y no se prodigan en estos sitios tan cultivados.
No te r¨ªes nada en Saint Laurent, la biograf¨ªa de aquel modisto (antes los llamaban as¨ª, no iba aparejado machaconamente el t¨ªtulo de artista) llamado Yves Saint Laurent que ha perpetrado el abominable director Bertrand Bonello, se?or al que apreciaba mucho la cr¨ªtica vanguardista. El problema es que tampoco te provoca ning¨²n otro tipo de sensaciones, exceptuando el tedio ante la viscosa personalidad del hombre que revolucion¨® la moda. Desconozco si el biografiado se parec¨ªa al personaje que describen en esta pel¨ªcula, pero aqu¨ª ignoro d¨®nde reside el menor encanto de este tipo amanerado hasta la n¨¢usea, autodestructivo sin inter¨¦s, m¨¢s hier¨¢tico que fascinante.
Bonello describe con estilo pl¨²mbeo la gloria creativa y las desventuras personales de Saint Laurent desde los compulsivos a?os sesenta hasta su muerte. Admito que la moda est¨¦ en deuda con el arte de Saint Laurent, pero el retrato que el director hace de ¨¦l y de su entorno, habitado por una fauna especializada en los pasotes l¨¢nguidos y continuos, las modelos yonquis, gigol¨®s vaporosos y chaperos de lujo, un perrito al que le dan caviar y que la palma por sobredosis de drogas, las presiones mercantiles en ese negocio tan art¨ªstico, el amor y la admiraci¨®n que le profesan al gur¨² la gente que trabaja para ¨¦l, lo ¨²nico que me provoca es la sensaci¨®n de estar perdiendo el tiempo observando las sofisticadas vivencias de gente que no me importa nada, ni sus triunfos ni sus tragedias, ni lo que hacen, ni lo que dicen, ni lo que piensan. Todo me resulta cargante en este aburrido biopic con in¨²tiles pretensiones de complejidad.
Babelia
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